Pues sí: no sólo los ingleses, mayormente los de la BBC, son capaces de hacer vistosos dramas de época, de recrear suntuosos palacios, hermosos ropajes, pelucones empolvados, envarados lacayos. Pero aún más: no sólo pueden hacer eso, sino también algo que suelen hacer los anglosajones mejor que nadie: dotar de vida a esos actores con levitas y llenar de pasión y sentimientos encontrados la historia de un país; para el caso la Dinamarca de mediados del siglo XVIII, cuando, bajo la férula del monarca Christian VII, aunque realmente bajo los auspicios de un médico alemán partidario de la Ilustración, el país dio un salto de gigante en sus anticuados esquemas sociales, aún anclado en la Edad Media, forjándose un estado extremadamente avanzado para su época, aunque las fuerzas conservadoras, aprovechando la debilidad del rey y, sobre todo, la relación amorosa entre el valido y la reina, consiguieron invertir esos avances hasta volver a la etapa de oscuridad y represión que hasta entonces había sido la tónica del reino.
Con una dirección que no se recrea en la belleza de los monumentales palacios, sino que los imbrica con facilidad en la narración, Nikolaj Arcel, brillante escritor y también interesante director, consigue una obra sólida, consistente, donde todo sabe a verdad, desde la insania del rey (en España tuvimos uno, Carlos II, llamado El Hechizado, que fue mucho peor) hasta los hábiles manejos del preferido del rey (y de la reina…) para modernizar un país donde los nobles tenían derecho a todo y los plebeyos a nada. Contada en forma epistolar por la reina, desde su exilio, a sus hijos, Un asunto real es un hermoso, percutante, vibrante drama histórico que nos recuerda de donde venimos, para no volver a caer, jamás, en semejante barbarie.
Mads Mikkelsen está soberbio: es un actor al que en alguna ocasión se le ha encasillado en papeles de villano, cuando su paleta es mucho más amplia. Aquí es un hombre que se encuentra en el sitio adecuado (aunque después no lo sea) en el momento correcto, y que tuvo los arrestos para hacer lo que era justo. Un asunto real es, entonces, una muy notable aportación al cine histórico de corte comprometido: aunque a estas alturas pueda pensarse que la abolición del castigo físico a la servidumbre o la eliminación de la censura previa es un tema del Jurásico, la evolución de los acontecimientos actuales nos debe prevenir para evitar que esos tiempos, que parecen tan lejanos, vuelvan jamás. Visto así, esta película es casi revolucionaria…
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