Rafael Utrera Macías

Continuamos con los aspectos más significativos del encuentro celebrado el día 7 de noviembre de 2003 en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla con el director Luis García Berlanga. Tal como hemos dicho en capítulo anterior, hemos mantenido el tono coloquial y respetado los cambios conversacionales que se producían.

Pregunta: En la película El verdugo, ¿de dónde sacó la idea para que ambos, ejecutado y ejecutor, se negaran a cumplir su obligación?; ¿cómo hizo que todo fuera tan claustrofóbico?


Respuesta: Vino un amigo mío abogado y me contó la ejecución, en el garrote, de una señora en Valencia y lo espantoso que había sido, tan espantoso que hasta al verdugo habían tenido que estar toda la noche atendiéndole, más casi que a la ejecutada, dándole pinchazos, inyecciones, pastillas, lo que fuese para ayudarlo y, entonces, inmediatamente, visualicé, como digo por vez primera, una gran sala blanca, no sé por qué, y me costó conseguir que hiciesen un gran decorado que era una gran sala blanca sin ningún objeto, sin ningún mundo objetal y con una puertecita pequeña al final y dos pequeños grupos arrastrando a dos personas, una que iba a morir y otra que iba a matar. Nace como digo de esa visión, pero inmediatamente también nace en ese momento.

Pregunta. ¿Qué anécdotas personales recuerda del rodaje de Mr. Marshall?

Respuesta. La verdad es que yo lo pasé muy mal en el rodaje de la película porque, ya entonces habían inventado la palabra “pijo” y me llamaban este “pijo que está salido de una escuela de cine…”; nos odiaban, aparte de que yo pues estaba siempre dubitativo, colocaba la cámara aquí, no, no, aquí no, o sea que fue un rodaje muy inquietante para mí. Me tomaban el pelo, me hacían la novatada de obturarme el objetivo y yo miraba y no veía nada. Y me llamaban “sí, señor Viladomat” porque había un director de cine, Viladomat, que era famoso porque no tenía ni la más puta idea de lo que era el cine y me bautizaron como Viladomat y “mister cagada” porque yo, después, de cada toma decía “esto es una cagada”. Y luego, además, la película, fíjate que fue una cosa que yo no vuelvo a ver mis películas desde que las termino, desde la primera, desde Bienvenido Mr. Marshall, no las vuelvo a ver, pero con el motivo del cincuentenario la vi entera, esa es la única vez, y los primeros treinta minutos me parecieron espléndidos, pero espléndidos de ritmo, de cómo está llevado todo, pero cuando llega lo que ha sido famoso y lo que parece que ha gustado más a la gente, que son los sueños, me parece catastrófico, allí ya se me hunde la película a tope; no sé si habéis opinado igual.

Pregunta: Respecto al sueño de la señorita Eloísa, ¿qué pasó?

Respuesta: La señorita Eloísa, la maestra de Bienvenido Mr.Marshall, soñaba con que los jugadores de un equipo de rugby se echaban encima de ella y se la disputaban como si del mismísimo balón se tratara.Yo creo que no lo rodé porque no encontrábamos unos jugadores de rugby o de fútbol americano, de dos metros de altura, la definición exacta del ídolo americano en el mundo del deporte. Pero también hay quien dice y el mismo productor, el único productor superviviente, nos dijo, con motivo del cincuentenario, que no, que la verdad es que había tenido una indicación de la censura. Yo creo que no, porque yo era un desconocido, la censura no me conocía. Por el contrario, en Los jueves, milagro, prácticamente me cambiaron la película de arriba abajo, porque yo quise poner al sacerdote de la censura, que estuvo conmigo un mes cambiando todo lo que debía decir yo en la película, pues quise ponerlo en el guion, poner “guion del reverendo padre Garau”, que así se llamaba, y no lo conseguí tampoco.

Pregunta ¿Qué película española ha visto últimamente y le ha gustado?

Respuesta. Creo que la última película que he debido ver es la primera parte de Torrente. Reíros, a mí me parece que la primera es, la primera mitad del primer Torrente, el segundo ya no lo vi, me parece extraordinario… con este escupir contra la sociedad que nos rodea. Luego lo convierte ya en un héroe, eso ya no es, no entra dentro de lo que yo deseo en mis películas, pero sí defiendo totalmente.

Pregunta. ¿Por qué las películas suyas que han recibido mejor crítica se hicieron durante el franquismo? Quizás, esa presión de la censura, ¿le hizo estrujarse el cerebro para decir lo que quería?

Respuesta. No, lo que pasa es que, en el franquismo, ir al cine era un refugio para no estar en los que estaban fusilando. Yo no he sido un hombre de grandes taquillas ni en el franquismo ni en la democracia, he sido un hombre que he tenido buenos recibimientos críticos de muchas películas, pero taquillas yo creo que la única, y precisamente durante la democracia, ha sido La vaquilla, la única que recuerdo que he tenido un gran reconocimiento ha sido La vaquilla, las demás, ni fu ni fa. Hombre, los productores me lograban compensar; les gustaba mucho que, luego, si los festivales de cine, las películas mías, tenían un reconocimiento en esa línea, en ese sector, pero a nivel de público no creo que haya sido un hombre que se pueda reconocer, un éxito en ese sector.

Pregunta. Vamos a dar una pasada por diversos centros de su interés: el erotismo, la misoginia.

Respuesta. Bueno yo hubiese querido que, en vez de todas estas horas, que hemos terminado hablando de cine, hubiésemos hablado de erotismo. Con eso defino la pasión que tengo yo por el erotismo, muy, muy superior a la que pueda tener por mi oficio, por el cine. Por descontado creo que para mí el erotismo, lo que, en el siglo pasado era una enfermedad, se nos llamaba a los que teníamos rarezas sexuales, yo creo que, en este siglo, van a ser la solución, muy importante, a muchos problemas que tiene la sociedad, yo acepto unas cosas que se hacen con la libertad y el mutuo consentimiento de la persona que haga contigo esas cosas, son unas cosas dignísimas para quién las hacía desde el valor que debe tener. Yo soy sadomasoquista y soy fetichista, fetichista del zapato de tacón femenino, que luego os daré un repaso a todas. Y os digo a todas que hemos creado una fundación real, que se llama “La academia del tacón de aguja”, y entonces damos, desde hace cinco años, que os deis por enteradas, un premio todos los años para la mujer mejor calzada de España. No se lo podemos dar a las que yo querría, porque lo exige la industria del calzado, que sean personas conocidas. Son Conchita Velasco, que fue la primera, hasta, que esa sí que estoy contento y con mucho amor, porque tiene las mejores piernas de España y aparte pues también calza muy bien y la última ha sido Tita Cervera. Siempre piden que sean famosas y todo eso, porque es la promoción. Mis grandes emociones del zapato de tacón las tuve en Sevilla. Una en el aeropuerto, y había una maravillosa criatura balanceando sus zapatos de tacón, balanceando, vaya un rato que pasé mirando… Está escrito en un prólogo que escribí, un libro sobre la moda y eso, ahora mismo no me acuerdo el nombre, describo el momento del aeropuerto de Sevilla.

Lo más aburrido de la relación de pareja, es la relación reglamentada, la relación de la postura del misionero (gesto). La del sadomasoquismo, cuando hay mutuo consentimiento y mutuo placer, es, de todos los actos sexuales, de todos los actos eróticos, la que más se aproxima al cine, porque es el único que necesita escenografía. A mí me gusta atar a las chicas mucho. Necesitas escenografía, necesitas todo lo que necesitas en el cine, de todos los actos eróticos o sexuales, como los queramos llamar, es el que más se aproxima a una creatividad que necesite también una serie de soportes de todo tipo, tanto digamos objetales, de muebles, aparatos, cadenas o de ropa, sobre todo, y de objetos como el látigo… Ahí lo dejamos.

Larguísima ovación conformada por encendidos aplausos.


Una anécdota fuera de campo

Entre los corrillos que se formaron para seguir conversando, para despedirse, etc., un jovencísimo alumno, dirigiéndose al maestro, le preguntó:
-¿Te puedo hablar de tú?
Y el octogenario director de cine, Doctor Honoris Causa, le contestó muy cortésmente:
-No hace falta que te dé permiso. Ya lo estás haciendo.


Publicación

El “Equipo de Investigación en Historia del Cine Español y sus Relaciones con Otras Artes (Eihceroa)” no quiso que este encuentro universitario con Luis García Berlanga se perdiera en el olvido. Por ello, dedicó uno de sus “Cuadernos” al cineasta, con colaboraciones de los profesores nombrados en artículo anterior. Obviamente, a D. Luis García-Berlanga se le enviaron ejemplares de la edición.

Remitente: Berlanga


Con fecha 24 de octubre de 2005, recibimos carta manuscrita de D. Luis que decía textualmente:

“Querido Rafael: Ha sido una sorpresa maravillosa que inesperadamente reciba este libro que me resucita porque creía que era residente en Atapuerca.
Os agradezco el obsequio y espero que podamos vernos pronto para charlar sobre la extraña situación de nuestro cine. De una forma u otra sé que nos abrazaremos donde sea. Gracias también, a Perales y Navarrete. Y hasta pronto. Luis Gª Berlanga”.


Ilustración: Nino Manfredi, en una escena de El verdugo.


Próximo capítulo: Berlanga (100 años): de cerca, al natural. Ópera prima/obra maestra (V)