Enrique Colmena

Termina el año 2022, con sus luces y sombras, y como todos los años hacemos en Criticalia el resumen correspondiente de lo que, a nuestro juicio, ha sido lo más granado del cine que ha sido posible ver en las pantallas. Como estamos haciendo hace ya algunos años (la pandemia ha dejado huellas, y qué huellas...), incluimos también títulos (sólo películas, no series, lo que haría este balance inabarcable) estrenados en plataformas, esa nueva manera de ver cine que ha llegado evidentemente para quedarse, y ya veremos si no también para acabar con el cine en salas, lo que tanto lamentaríamos, por supuesto.

Como otros años, vamos a hacer nuestro resumen por las grandes áreas geográficas de donde proceden las películas que más interés nos han suscitado, siempre haciendo hincapié en que huimos absolutamente de pontificar ni de hablar “ex catedra”: seguro que cada cual tiene su propia lista de títulos atractivos, y ésta es solo la nuestra.

Centraremos este resumen en 22 títulos, por poner una cifra que cuadra (y hasta rima, aunque sea de forma ripiosa...) con el año 2022; estas dos decenas (con propina) las glosaremos brevemente, para después, conforme a lo prometido en el titulillo de esta crónica, añadir a vuela pluma otras 16 pelis que también nos han interesado, aunque quizá algo menos. Son tiempos estos en los que, vía plataformas, se pueden recuperar muchas películas estrenadas y perdidas cuando fueron exhibidas en salas, así que recordar títulos que han tenido (siempre a nuestro juicio) atractivo nos parece de lo más apropiado.


EUROPA

Pujante cine español

Lo cierto es que el cine español, dentro del europeo, nos parece uno de los más estimulantes, a fuer de variado y diverso, a fuer de innovador y original, dentro del cine que se hace en el Viejo Continente. Así, Alcarràs, con dirección de la catalana Carla Simón, ha suscitado gran interés por su planteamiento realista a la par que telúrico, por su aproximación en clave entrañable al tema de la tierra como hogar donde nacer, vivir y morir. Modelo 77, de nuestro paisano el sevillano Alberto Rodríguez, nos ha recordado una página olvidada de la Transición, la lucha de los presos (políticos, pero también comunes) por tener ellos también un nuevo comienzo, un reseteo en sus existencias tras la muerte de Franco. En los márgenes, el debut (quién lo diría...) en la dirección de largometrajes del actor Juan Diego Botto, es un acercamiento en clave emocional hacia los más débiles, los más vulnerables, los que luchan diariamente por algo tan básico como techo y comida. As bestas, del no menos talentoso Rodrigo Sorogoyen, ha sido una de las sensaciones del año, una bronca historia ambientada en tierras galaicas que ha gustado mucho. A las mujeres de España. María Lejárraga, de la sevillana Laura Hojman, nos ha contado espléndidamente la triste historia de la esposa de Gregorio Martínez Sierra que no solo le sirvió de “negra” (en la acepción del DRAE que dice: “Persona que trabaja anónimamente para lucimiento y provecho de otro, especialmente en trabajos literarios”) durante toda la vida al supuesto escritor, sino que, a su muerte, no pudo reivindicar su autoría. Y Mantícora, de Carlos Vermut, una inmersión a ratos insoportable en el universo vidrioso de un pedófilo, un monstruo que no quería serlo.


Francofonía

El cine europeo en francés, fundamentalmente producido en Francia o en Bélgica, con frecuencia en comandita entre ambas naciones, nos ha deparado algunas joyas ciertamente interesantes. Como Un pequeño mundo, de la belga Laura Wandel, una mirada desde la perspectiva de una cría de 6 años y cómo reacciona ante el fenómeno del “bullying”, el acoso escolar contra su hermano algo más mayor. El acontecimiento, de Audrey Diwan, es la adaptación del relato autobiográfico de la flamante Nobel de Literatura de este año, Annie Ernaux, sobre las penalidades que sufrió en su juventud tras quedar embarazada y no poder abortar legalmente en una Francia que penalizaba tales actos. Y Close, del belga Lukas Dhont, una lacerante historia de amistad truncada por ese monstruo conocido como "el qué dirán", en los albores de la preadolescencia, cuando todo es tan doloroso, aún más la renuencia del amigo.


Estos nórdicos...

Los escandinavos, los europeos nórdicos en general, suelen tener fama de gente extraña, y su cine con frecuencia lo confirma, sin que ello quiera decir, ni mucho menos, que eso sea negativo (más bien al contrario...). Véase el caso de La peor persona del mundo, del noruego-danés Joachim Trier, la historia de una mujer en proceso de conquistar su autoestima tras relacionarse con hombres que, desde luego, no la ayudaron mucho en ello. Por su parte, Flee, del danés Jonas Poher Rasmussen, presenta, con técnicas de animación clásica, una verídica historia de expatriación por motivos de orientación sexual, la dura peripecia de un homosexual afgano en su huida de su país, donde su condición lo abocaba a la cárcel, cuando no a la muerte más atroz.


Muy “british”, muy peculiar

Del cine británico (y otras naciones europeas coproductoras) nos ha llegado este año, vía plataformas, una rareza ciertamente casi inclasificable, La casa, un film de terror hecho con marionetas mediante “stop motion”, a la manera de las deliciosas historietas de la productora Aardman, aunque esta peli es cualquier cosa menos deliciosa, a fuer de terrorífica y tristérrima, con tres episodios independientes, aunque todos centrados en la casa del título, con dirección de Emma de Swaef, Marc James Roels, Niki Lindroth von Bahr y Paloma Baeza.


AMÉRICA

Una Hispanoamérica diversa

Tres títulos nos han parecido los más interesantes de ese subcontinente cultural americano que habla español, y quizá lo más llamativo sea su diversidad, el hecho de no tener nada que ver uno con otro. Así, la estupenda Argentina, 1985, de Santiago Mitre, recrea la complicada tarea de sentar en el banquillo, y finalmente condenar, a buena parte de la cúpula militar que gobernó el país de Borges desde 1976 a 1983, tras dar un cruento golpe de estado. En el otro extremo, la mexicana Noche de fuego, con dirección de Tatiana Huezo, es un emocionante a la par que modesto drama rural incardinado en el campo, donde la ley es la de las mafias, donde el estado no llega, y cómo en ese contexto las madres habrán de proteger, incluso travistiendo, a sus niñas para evitar la abyecta trata de blancas. Y, en otro polo opuesto, la guatemalteca La Llorona, con realización de Jayro Bustamante, pone en escena, con toques de terror, la historia oprobiosa de un antiguo jerarca juzgado por sus actos reprobables en alguna de las dictaduras que destrozaron el país en el último medio siglo.


USA poco usual

Un par de títulos nos han gustado especialmente del cine que nos ha llegado de Estados Unidos, y ambos ajenos al “mainstream”, al cine de gran espectáculo (vamos, que los títulos de Marvel más bien nos han interesado poco, para entendernos...). Ambos también curiosamente vía plataformas. Es el caso de Pinocho de Guillermo del Toro, una preciosa aunque oscura, casi tenebrosa nueva versión sobre el clásico de Carlo Collodi, que Del Toro hibrida con sus obsesiones políticas situándola en pleno fascismo rampante de la Italia de los años treinta. Y Blonde, con dirección de Andrew Dominik, una mirada también distinta sobre uno de los mitos por excelencia del siglo XX, Marilyn Monroe, vista a través del prisma del relato paralelo que sobre la rubia más famosa del mundo escribió (entre la realidad y la ficción) la novelista Joyce Carol Oates.


El (casi) octogenario (casi) veinteañero

De Canadá nos ha llegado Crímenes del futuro, la nueva apuesta, tan rara como atractiva, de un señor, David Cronenberg, a punto de cumplir los ochenta años, pero que da la impresión mayormente de estar ahora por los veinte o así... Porque desde luego la capacidad para fabular, la creatividad exacerbada, la imaginación más desatada de este tan extraño film no parece ser la que corresponde a un hombre que debería estar ya para sopitas y buen vino, como se suele decir en nuestra tierra, sino de un jovenzuelo de pujante talento. Eso sí, la película es rara como ella sola, y desde luego no apta para todos los estómagos...


ASIA

Irán (y sí volverán...)

No hay año (afortunadamente) en el que no aparezca el cine iraní en estos resúmenes con uno o varios títulos relevantes que nos han gustado mucho. Este año no iba a ser una excepción. Tenemos dos pelis que nos han interesado especialmente. Uno es La ley de Teherán, con dirección de Saeed Roustayi, un vibrante policíaco a la manera persa, que no desdeña la crítica soterrada al omnímodo poder de la teocracia gobernante en su país. Y la otra peli iraní es Un héroe, del doblemente oscarizado Asghar Farhadi, de nuevo uno de esos relatos esquinados que tanto gustan al director al que descubrimos con la estupenda A propósito de Elly, aquí en una historia con un pobre hombre que pasará inopinadamente de héroe popular a tipo canallesco, en un relato sobre la capacidad del ser humano (y de las masas...) para ser objeto de manipulación.


¿Los nórdicos extraños? Pues anda que los japoneses...

Del país del Sol Naciente hemos apreciado este año un par de buenas películas. Una es Drive my car, la última obra del estupendo Ryûsuke Hamaguchi, un sentido drama sobre el duelo y la necesidad de pasar página, en una película cuajada de elementos cultistas, de Chéjov a Shakespeare, pasando por Ozu, entre otros, en una historia de amistad casi paternofilial entre dos seres heridos por la vida. Y Belle, un anime de Mamoru Hosoda, que juega hábilmente con las nuevas tecnologías, reescribiendo el mito de la Bella y la Bestia con los ropajes de técnicas nuevas como la realidad virtual y los universos paralelos, el famoso metaverso que, según dicen, nos cambiará la vida (ya será menos...).


La prometida coda

Y aquí van otros dieciséis títulos que también nos han gustado, aunque quizá un poco menos, pero que son, a nuestro juicio, también perfectamente recomendables:

-En un muelle de Normandía (Emmanuel Carrère)
-Licorice Pizza (Paul Thomas Anderson)
-Language lessons (Nathalie Morales)
-Cyrano (Joe Wright)
-A tiempo completo (Éric Gravel)
-Mass (Fran Kranz)
-El hombre del Norte (Robert Eggers)
-Azor (Andreas Fontana)
-Red Rocket (Sean Baker)
-El sastre de la mafia (Graham Moore)
-Todo a la vez en todas partes (Dan Kwan, Daniel Scheinert)
-Elvis (Baz Luhrmann)
-Tres mil años esperándote (George Miller)
-Desierto particular (Aly Muritiba)
-Fuego (Claire Denis)
-Girasoles silvestres (Jaime Rosales)

Ilustración: Miguel Herrán y Javier Gutiérrez, en una imagen de Modelo 77, de Alberto Rodríguez, a nuestro juicio, una de las mejores películas españolas del año.