El reciente estreno de El escándalo Ted Kennedy, la estimable película de John Curran sobre el famoso “incidente de Chappaquiddick” que, además de llevarse por delante la vida de la secretaria Mary Jo Kopechne, hizo lo propio con las opciones del senador por Massachusetts de ser presidente de los Estados Unidos (quizá para alivio del interfecto, como comentamos en nuestra crítica), nos permite hablar de cómo el cine y la televisión han tratado a la familia Kennedy, clan que, como decíamos también en nuestro texto sobre ese film, es lo más parecido a la aristocracia que tienen en los USA. Desde los años veinte hasta prácticamente principios del siglo XXI, los Kennedy han tenido una considerable influencia en la política norteamericana (vale decir en la política mundial, dado el peso que todo lo que suceda en los USA tiene en el resto del orbe), una influencia que alcanzó su máximo esplendor y poderío durante el primer lustro de los años sesenta, cuando uno de los suyos, John Fitzgerald Kennedy, conocido familiarmente como Jack, y también con el acrónimo de sus iniciales, JFK, llegó a la Casa Blanca como el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos de América. Parafraseando a Graham Greene, el poder y la gloria podría haber sido el lema de esta ambiciosa familia bostoniana, una ambición que pagaría un altísimo tributo en sangre y tragedia.
Los Kennedy son, como parece evidente, personajes extraordinariamente atractivos para el gran público: la desmedida ambición política del patriarca, la muerte en combate como un héroe del primero de sus hijos, el magnicidio de un carismático presidente en ejercicio, el asesinato de otro de sus miembros en vías de serlo, el oscuro incidente del cuarto de los varones que le invalidó para optar a la Casa Blanca, entre otros muchos eventos, han sido llevados a la pantalla, grande o pequeña, de forma monográfica o formando parte de otras historias, a veces incluso como meras referencias cronológicas o sociales. No es la vocación de este artículo, como es lógico, inventariar esas innúmeras películas, miniseries televisivas o TV-movies, sino solo comentar algunas de las más relevantes o significativas, sobre todo aquellas que han tratado más directamente la vida, milagros y trágica muerte de estos personajes que, como decían en el Fotogramas de hace mil años, son “bigger than life”, más grandes que la vida.
Miradas globales sobre la saga
Sobre la familia Kennedy al completo se han rodado o grabado varias producciones, casi siempre para televisión, medio que permite, sobre todo en el formato miniserie, la posibilidad de contar por capítulos historias tan dilatadas como esta, que se inicia en las primeras décadas del siglo XX hasta prácticamente finales del mismo.
Hemos seleccionado tres miniseries televisivas que, a nuestro juicio, relatan de forma atractiva la vida de la familia a lo largo de varias décadas del siglo XX, desde que Joseph Patrick Kennedy fundó el clan en los años diez de esa centuria, al casarse en Boston con Rose Fitzgerald, hija del alcalde de la ciudad, hasta los años ochenta y noventa, cuando el poder del grupo familiar comienza a languidecer. La primera de esas miniseries es Los Kennedy (1990), cuyo título original, curiosamente, es The Kennedys of Massachusetts, como si hubiera otros Kennedy famosos en el mundo… Con dirección de ese buen profesional que fue Lamont Johnson (cuya notable película La ejecución del soldado Slovik se considera un estandarte del cine contra la pena de muerte) y producción de Orion Television y Edgar J. Scherick Associates, esta miniserie de tres capítulos consiguió trasladar razonablemente bien la ambición del patriarca Joseph Kennedy, los sucesivos reveses que sufriría tanto en su carrera política (como su destitución como embajador en el Reino Unido por su postura de acercamiento a los nazis en los años treinta) como en la de sus hijos, con la muerte del brillante primogénito Joseph Jr. (en el que el patriarca tenía depositadas todas sus esperanzas), en un combate durante la Segunda Guerra Mundial, la posterior de John F. Kennedy, en un magnicidio en Dallas, cuando ya era presidente, y la de Robert Kennedy cuando estaba a las puertas de ser elegido nuevo presidente de la nación. Aunque fue una producción televisiva más bien modesta en medios, Los Kennedy contó con un interesante reparto, con William Petersen como el patriarca y Annette O’Toole como su esposa Rose, siendo Steven Weber quien encarnara a John Kennedy y, como curiosidad, el ahora muy popular Casey Affleck haría de Robert Kennedy niño.
Ya en el siglo XXI, de nuevo será la televisión la que afronte el reto de llevar a la pantalla a la más famosa familia que haya dado Massachusetts. El título será de nuevo Los Kennedy (2011), con dirección de Jon Cassar, reputado realizador y productor televisivo, al que le debemos series como 24 y Mentes criminales; la producción, costeada y ambiciosa, correrá a cargo de Muse Entertainment y Asylum Entertainment; en los ocho episodios de la miniserie asistiremos a los conocidos hechos de la familia, centrándose en este caso en las décadas de los cincuenta y, sobre todo, sesenta, con la llegada de JFK a la Casa Blanca y algunos de los graves problemas a los que tuvo que enfrentarse, desde la erección del Muro de Berlín a la fallida invasión de Bahía de Cochinos, pasando por el fatídico día del magnicidio de Dallas; también recoge la carrera política, con sus dudas, de Robert Kennedy, y su asesinato cuando arrasaba en las primarias para ser el nuevo presidente USA. La miniserie es, en este sentido, menos amplia en su ámbito cronológico pero desarrolla más intensamente los sucesos de los que trata. El reparto estará cuajado de nombres conocidos, con Greg Kinnear como Jack Kennedy, Barry Pepper como Bobby Kennedy, Katie Holmes como Jackie, y Tom Wilkinson como el patriarca Joseph Sr.
La tercera de las miniseries que traemos a colación sobre la familia Kennedy se puede considerar una secuela de Los Kennedy (2011), estando dirigida también por Jon Cassar en tres de sus episodios, más un cuarto de cuya realización se encargó la actriz Katie Holmes. La producción, de nuevo, corre a cargo de Muse Entertainment. El título de esta miniserie televisiva es The Kennedys after Camelot (2017), aludiendo a ese lugar, el mítico y metafórico Camelot kennedyano, donde sería posible todo, donde Estados Unidos, y con ellos el mundo, encontraría la utopía de una sociedad más justa, equilibrada y próspera, ese sueño kennedyano que se fue por el sumidero cuando Lee Harvey Oswald asesinó en Dallas a su estandarte máximo, JFK. La historia retoma a la familia más famosa de Boston tras el magnicidio de Jack Kennedy, cuando el clan habrá de recomponerse de tan brutal golpe. Katie Holmes, además de dirigir uno de los episodios, se hace cargo de nuevo del papel de Jacqueline “Jackie” Kennedy, y a lo largo de la miniserie tendremos ocasión de ver su evolución tras el mazazo del asesinato, que ella vivió en primerísima persona, al ir junto a su marido en el coche en el que le destrozaron la cabeza al presidente. Del resto de los personajes de la familia se harán cargo, entre otros, Matthew Perry como Ted y Diana Hardcastle como la matriarca Rose, además de aparecer Aristóteles Onassis (con los rasgos del actor anglo-sudanés Alexander Siddig), que finalmente casaría con la exPrimera Dama, en otra de las historias kennedyanas que convulsionaron (en este caso por otros motivos) a la sociedad de su época.
Ilustración: Los principales miembros del clan en la serie Los Kennedy (2011). De pie, de izquierda a derecha: Katie Holmes como Jackie, Greg Kinnear como JFK, Tom Wilkinson como el patriarca Joseph, Barry Pepper como Bobby, Kristin Booth como su mujer Ethel; sentada, Diana Hardcastle como la matriarca Rose.
Próximo capítulo: Los Kennedy en la pantalla: El poder y la gloria (II). JFK