Enrique Colmena

Con motivo del estreno en España de "La intérprete", una cadena generalista española (vale, lo dire: Antena 3 TV) comentó reiteradamente en sus telediarios que con este filme volvía algo así como el "maestro de la intriga" Sydney Pollack. Hombre, no seré yo el que diga que el autor de "La tapadera" ("The firm") no ha firmado, valga la redundancia, algún que otro thriller de tensión y más o menos suspense, como ése título citado, pero de ahí a motejarlo de maestro del género va un abismo.
Porque Pollack ha hecho su cine mucho más en otros terrenos como el melodrama comprometido (véase, por ejemplo, "Danzad, danzad, malditos") o existencialista ("El nadador", nada menos), la aventura protoecologista ("Las aventuras de Jeremiah Johnson" es un claro exponente, y en alguna medida también "El jinete eléctrico") o romántica ("Memorias de África", probablemente su obra maestra), el thriller político-periodístico ("Ausencia de malicia", con el gran Paul Newman), el drama romántico ("Tal como éramos", una pequeña joya, o "Sabrina (y sus amores)", un pequeño fiasco), y hasta el thriller de acción ("Yakuza"); incluso la comedia ha cultivado ("Tootsie", que ha ganado con el tiempo). Pero su incursión en el género de la intriga podría reducirse a, además de la citada "La tapadera", algún que otro título, como "Los tres días del cóndor", en su variante política, o "Caprichos del destino" (por cierto, título anterior a "La intérprete", entre los que ha mediado nada menos que seis años: eso es un año sabático, y lo demás es cuento...), en la variedad de cornudos reunidos por el adulterio de sus parejas. Así que, Antena 3 ¿desde cuando es maestro de la intriga Sydney Pollack? Se supone que una cadena con los medios que maneja la empresa dominada por el Grupo Planeta no debía incurrir en patinazos como éste. En fin, cosas de gacetilleros...
Terminando con Pollack: es un cineasta irregular, capaz de filmar historias muy diversas, generalmente con solvencia, si bien, como todo director no guionista, los resultados están en consonancia con la calidad de los guiones: sabe sacarle partido a un buen libreto ("Memorias de África", "Tal como éramos") pero con historias flojas petardea a modo ("Un instante, una vida", "Habana"). Vaya, lo que antiguamente se llamaba un buen artesano, aunque es cierto que, con alguna frecuencia, ha pasado por ser mismamente un artista...