La conspiración del uranio

Aunque en los títulos de crédito de la película se dice que “es un film de Menahem Golan”, lo cierto es que también se incluye un rótulo que advierte que está realizada por Frank G. Carroll, sonoro seudónimo anglosajón bajo el que se esconde el cineasta italiano Gianfranco Baldanello, esforzado ayudante de dirección y director de segunda unidad que también hizo una cierta carrera como director, siempre en los terrenos del cine de género más artesanal: eurowéstern, giallo, aventuras, cine erótico...

Y en efecto, la endeble factura de la cinta hace pensar que el director y, sobre todo, prolífico productor judío Menahem Golan prácticamente lo único que ha hecho ha sido prestar su nombre en esta coproducción. Así las cosas, La conspiración del uranio es un oscuro thriller entreverado de acción, que gira en torno a cierto importante cargamento del llamado “hielocake”, un tipo de uranio capaz de ser transformado en plutonio y, con ello, hacer posible la fabricación de bombas atómicas que en las manos equivocadas (por ejemplo, en las de los regímenes árabes enemigos del estado hebraico), supondrían el traumático borrado de Israel del mapa. Todo el film, entonces, es la persecución por parte de los agentes secretos del servicio secreto judío del barco en el que va cargada tan peligrosa mercancía, sucediéndose las acciones violentas a través de un accidentado viaje.

En el desarrollo de la película se da entrada a un romance amoroso entre los protagonistas, lo que justifica la presencia en el reparto de Janet Agren. A pesar de que los guionistas intentan apartarse de los tópicos del género, no pueden evitar caer una y otra vez en ellos, aunque en ocasiones consigan su objetivo, como en la trepidante persecución en lancha a través de los canales de Amsterdam, que sustituye aquí con éxito a la inevitable persecución en automóvil de este tipo de cine.

La última parte del film nos trae el recuerdo en cierto modo del film judío Operación relámpago, ese sí dirigido con todas sus consecuencias, y en solitario, por Golan. También aquí en La conspiración del uranio se trata de un comando israelí que salva la vida de varias personas, en diferentes circunstancias a las de la película citada, aunque su resultado final sea manifiestamente más pobre que en el de la obra de Golan en solitario.

La interpretación es mediocre, haciendo Fabio Testi su papel de aventurero profesional sin demasiado convencimiento, y cumpliendo Janet Agren y Assi Dayan en sus respectivos roles. Una deficiente fotografía y la música entonada a ratos de Coriolano Gori no terminan de levantar el tono medio de una obra que, en su conjunto, resulta ser una floja película de acción y aventuras.

(14-06-2021)