CINE EN SALAS
[El lector interesado en el "grotesque" puede consultar también en Criticalia el artículo del profesor Rafael Utrera Macías titulado Lo grotesco en el cine también.]
Coralie Fargeat (París, 1976) es una cineasta francesa cuyo formación inicial al llegar a la edad adulta distaba mucho (bueno, según se mire...) de la que finalmente ha sido: estudió en el Instituto de Estudios Políticos (conocido en París como Science Po), eminente institución que forma desde hace más de un siglo a los futuros políticos del país (aquí en España nos vendría bien algo así, para no padecer los zopencos que tenemos...), pero finalmente se decantó por el cine, formándose en la prestigiosa La Fémis, donde se especializó en cine de género, y en concreto en cine de terror.
Tras varios cortos y alguna miniserie en comandita, todos con un tono un tanto amateur, por los escasos medios económicos disponibles, consigue acceder por fin al cine profesional con un muy peculiar largometraje, Revenge (2017), una historia de ultraje y venganza que se diferenciaba sutilmente de este tipo de cine, generalmente bastante casposo y elemental, en una personalísima versión que, sobre todo en su planteamiento y nudo, resultaba muy interesante; el desenlace no tanto, pero en cualquier caso aquel film vino a decirnos que Fargeat no era una mera pegaplanos, ni mucho menos, sino que probablemente tendría mucho que decirnos, que contarnos, en el futuro.
Le ha costado tiempo y esfuerzo conseguirlo, porque el proyecto de este segundo largo, que comentamos, ha tardado siete años en ponerse en pie, con un paréntesis llamémosle alimenticio en 2022 cuando grabó para Netflix un episodio de la serie (lógicamente de terror...) Sandman. Con La sustancia, la verdad, Coralie parece que no se ha dejado nada en el tintero...
La historia se ambienta en nuestro tiempo (o eso parece: no hay ninguna referencia temporal), en algún lugar del mundo (tampoco hay ninguna referencia locativa, aunque está rodado en París). Conocemos a Elisabeth Sparkle, estrella televisiva famosa por sus programas de gimnasia tipo “aerobic”, cuando cumple los 50 años, momento en el que el productor del programa, un tipo infecto llamado Harvey, decide cambiarla por una chica más joven, considerando que ya está desfasada y avejentada. Elisabeth se deprime, y, tras un accidente de tráfico del que sale milagrosamente ilesa, uno de los sanitarios que la trata, viéndola tan triste e intuyendo la razón, le da secretamente un “pen-drive”. Ya en su casa, Elisabeth lo ve, y descubre que se ...
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DISPONIBLE EN FILMIN
La transexualidad, hoy por hoy, está plenamente asumida en las sociedades avanzadas; hay reductos que no la aceptan, pero generalmente es por razones ideológicas (y de muy diverso tipo, no solo de ultraderecha...). Rurangi es una serie neozelandesa (con el apoyo para la ocasión de la industria finlandesa –que ya le pilla lejos—y la australiana –ésta bastante más cerca--) cuyo tema es precisamente la transexualidad, pero situada en un contexto social en el que ésta resulta todavía poco aceptable.
La serie, compuesta de dos temporadas de 5 capítulos cada una (con una duración ciertamente bastante corta, en torno a 20 minutos cada episodio), plantea la historia de Caz, un joven transexual que nació niña, aunque ya en su juventud se dio cuenta de que en realidad era un hombre, y realizó la transición marchándose a Auckland, la ciudad más poblada de la nación, abandonando el pueblo que le vio nacer, llamado Rurangi, y sin advertir a su padre, Gerald (la madre murió de cáncer tiempo después de su marcha), de esa transición. En Auckland Caz es activista especializado en salud mental “queer” y trans, con un grupo compacto en el que se apoyan unos a otros. Pero Caz, en la ciudad, era amante de un famoso jugador de rugby, una gloria nacional, casado con una mujer y con un hijo. Cuando ese famoso jugador aparece repentinamente suicidado, el mundo de Caz se desmorona, y decide volver a su pueblo natal, par ...
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Movistar+ ofrece desde el 26 de septiembre hasta el 13 de octubre de este 2024 un interesante ciclo sobre el gran Alfred Hitchcock, con motivo del 125 aniversario de su nacimiento (ocurrido en el último año del siglo XIX, en 1899). El ciclo consta de un total de 29 largometrajes dirigidos por el recurrentemente llamado Mago del Suspense, todos ellos en el canal temporal dedicado al cineasta británico, más otros 4 que figuran en el canal propio de TCM, también disponible en el operador propiedad de Telefónica de España. A esa oferta se le añade, en el propio canal específico de Hitchcock, tres documentales sobre su figura o su obra ciertamente también muy atractivos.
Etapa del cine mudo
En el ciclo de Movistar+ se incluye un único film mudo de Hithcock, concretamente El ring (1927), un melodrama romántico inmerso en el mundo del boxeo; aunque podría considerarse una muy escasa representación de la obra del cineasta londinense del período silente, debe entenderse que, dado que la plataforma, evidentemente, está dirigida al gran público, se puede calificar hasta de osadía que se haya incluido al menos un título de ese tiempo cinematográfico que hoy día es (reconozcámoslo...) veneno para la audiencia, en el sentido de que solo una minoría muy, muy minoritaria está dispuesto a ver pelis mudas. Así que, poca cosa de esa etapa, pero hay que entenderlo como una valentía. También habrá que decir que las películas hitchcockianas del período mudo eran todavía bastante endebles, nada que ver con las que sir Alfred haría ya en el período sonoro y, sobre todo, cuando se instaló ya en Hollywood.
Etapa británica
Ocho son los títulos que emite Movistar+ del Hitchcock de la etapa inglesa sonora, que va desde 1929 a 1940. Esos títulos son, por orden cronológico:
--La muchacha de Londres (1929)
--El hombre de la isla de Man (1929)
--Asesinato (1930)
--El hombre que sabía demasiado (versión de 1934).
--39 escalones (1935)
--La mujer solitaria (1936)
--Inocencia y juventud (1937)
--Alarma en el expreso (1938)
En esta etapa quizá los t&ia ...
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