CINE EN SALAS
[La Filmoteca de Andalucía, en su sede del cine Cervantes de Sevilla, programa hoy 14 de octubre, dentro de su ciclo "Indomables del Nuevo Hollywood", esta película de Peter Bogdanovich, cuya crítica recuperamos con tal motivo]
Peter Bogdanovich es un director enamorado del cine. Empezó como crítico cinematográfico, autor de varios libros de cine, pasó a la dirección con películas que rinden homenaje al séptimo arte y a sus admirados maestros, estando todas plagadas de alusiones a ellos. Tras realizar Targets (El héroe anda suelto) (1968), comienza su consagración con esta The last picture show (1971), que fue la única realizada en blanco y negro en ese año en el cine norteamericano.
En el contexto del cine nostálgico que invadió Hollywood en la década de los años setenta, este film figura en un lugar de privilegio. El éxito comercial le sonrió a Peter Bogdanovich al obtener una recaudación superior a los 13 millones de dólares, lo que le permitió hacer los títulos que le gustaban, como Luna de papel (1973), ¿Qué me pasa, doctor? (1972), y Una señorita rebelde (1974), que lograron su consagración definitiva.
Su mirada nostálgica a estos años y a estas personas gira como si fuera todo un símbolo, en torno a esa última película que proyecta el cine local antes de cerrar para siempre. Es una sociedad decadente que se desmembra y cuyo único futuro son los jóvenes únicamente preocupados por el sexo e influidos por sus mayores. El despertar del sexo y los mitos del cine son los temas dominantes de esta historia.
Peter Bogdanovich nos da así un amplio fresco, en una gran panorámica, donde caben muchos personajes, diluyéndose el interés repartido en cada uno de ellos, entrando en su extensa gama todo lo que puede abarcar la sociedad, que trata de describirnos en el momento y el lugar en que viven.
Film nostálgico, lleno de añoranzas en torno a la América provinciana, con mirada hacia atrás, pero sin ira, aunque sí compadecida, donde la crítica se desprende por sí sola de la simple contemplación. Peter Bogdanovich demuestra que sabe hacer cine y lleva la cinta con pulso firme, aunque pausado, a veces recreándose en las situaciones. Saca un buen partido de los actores jóvenes y orquesta bien a los veteranos.
A la ambientación de la época contribuyen los ritmos y las canciones de entonces que suenan de fondo y el tono gris sin matices de la fotografía de Robert Surtees. Título interesante para el buen aficionado, que puede rellenar así el hueco que había quedado en la filmografía de este gran director.
La última película fue definida por el crítico Paul Zimmerman como "la mejor de un joven director americano desde los tiempos de Ciudadano Kane (1941)". Pero su acierto fue decreciendo con los años y superado por los italianos de la nueva generación, como Brian de Palma, Martin Scorsese y Francis Ford Coppola entre otros.
La última película figura en un lugar de privilegio dentro del cine nostálgico. La acción se sitúa en un pueblecito de Texas en el año 1951; tras la marcha de los jóvenes a la guerra de Corea, los locales de cine tienen que cerrar por falta material de público. Dos amigos alcanzan la mayoría de edad en ese sombrío y remoto pueblo de Texas que está muriendo lentamente, tanto en lo cultural como en lo económico, y presencian la última proyección antes del cierre: Río Rojo (1948), de Howard Hawks. Esto le sirve de excusa a Peter Bogdanovich para exponer el despertar del sexo y los mitos del cine, entre otros temas dominantes. Para muchos es la mejor película de Bogdanovich.
Ben Johnson y Cloris Leachman lograron el Oscar secundario; el film tuvo seis nominaciones más. Bafta al mejor guion y a los actores Ben Johnson y Cloris Leachman. Globo de Oro para Ben Johnson. Y así hasta casi una veintena de premios...
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