Rafael Utrera Macías


                                                                          In memoriam:
                                                                          José M.ª Ródenas Pallarés.
                                                                          Escritor cinematográfico
                                
"El Cineclub Español", fundado en 1928 por Ernesto Giménez Caballero, fue el órgano cinematográfico de la revista La Gaceta Literaria.

El talante liberal de la publicación actuó como nexo entre dos generaciones artísticas y aglutinante de la intelectualidad coetánea. Su preocupación por los movimientos de vanguardia le llevó a impulsar diversas manifestaciones culturales; destacaron las derivadas de un cineclubismo activo que ofreció muestras significativas del cine cómico americano, del experimental francés, del ruso de la revolución, del científico y pedagógico, presentado por escritores y artistas.

La ficticia sesión que aquí se relata, apoyada en la historicidad de algunos textos literarios, no es ajena, por sus procedimientos e intenciones, a las veintiuna que le precedieron. En tantas de ellas, la Literatura y el Cine se dieron cordialmente la mano.


Madrid. Cinema Palacio de la Prensa y Cineclub Español. Homenaje a Charlot

El cinema Palacio de la Prensa, en la madrileña Gran Vía, frente a la Plaza del Callao, congrega, en otoñal mañana de domingo, a intelectuales, escritores, artistas, cineastas, y acoge, como, en ocasión anterior, a los cineclubistas que, hoy, celebran sesión extraordinaria.

En el vestíbulo de entrada, un doble cartel, que se ilustra con dibujos de Maruja Mallo y Ramón Gómez de la Serna, anuncia

Cineclub Español. Homenaje Literario a Charlot.

La pintora ha hecho una personalísima interpretación de una secuencia famosa: Charlot, de espaldas, recorta su inconfundible figura sobre la lona de un circo; de puntillas, tirando de sí y de sus pantalones, intenta mirar el interior a través del roto de la tela; sus atributos, hongo, garrotín, zapatones, adquieren un sorprendente relieve sobre el imponente telón.

El escritor, por su parte, firma un collage, "charlotismo" pudiera llamarse, semejante a la imagen de una greguería donde las estéticas de Bracque y de Léger se hubieran combinado, por razón de un gesto ingenuo, descomponiendo los símbolos del popular cineasta y fundiéndolos sobre la silueta de una gran ciudad. Los reclamos visten hoy colores con firma.

En el programa de mano, apergaminada cartulina ocre, leemos:

Sesión 22. Cuarta época. 24 de Octubre de 1932.

Presentación del acto por:  Ernesto Giménez Caballero y César M. Arconada.
Representación de:  "Charlot en Zalamea", de Benjamín Jarnés.
Proyecciones:     1.- Antología de secuencias: El Circo y Luces de la ciudad.
                                    2.- La quimera del oro.
Acompañamiento musical: Orquesta dirigida por Rafael Martínez.
Intervendrán los escritores: Rafael Alberti, Jorge Luis Borges, Andrés Carranque de Ríos, Federico García Lorca, Antonio Marichalar y Fernando Vela.
 
La sala está repleta de un público formado por socios y escritores; no faltan los curiosos. Caras conocidas como los doctores Gregorio Marañón y Luciano de Feo, el acuarelista Ricardo Baroja, los cineastas Francisco Camacho, Florián Rey y Pedro Larrañaga, los escritores Eugenio Montes, Julio Álvarez del Vayo, Antonio Espina y Miguel Pérez Ferrero, entre otros, se acomodan en sus correspondientes asientos.

Diversos aparatos de luminotecnia ensayan juegos de luces antes de comenzar la sesión. Un estrado, situado en el lateral derecho de la pantalla, da asiento a los escritores participantes. La orquesta, situada bajo el escenario, comienza su actuación interpretando música popular que identificamos con los habituales acompañamientos sonoros de las películas cómicas.

Hecho el silencio, se adelanta en el escenario Ernesto Giménez Caballero, quien se dirige a los espectadores con estas palabras de

Presentación
- Señoras y señores, estimados socios:

Como director del Cineclub me satisface poder reiniciar sus actividades una vez más. Hemos creído oportuno dedicarle esta primera sesión de la nueva etapa al admirado Charles Chaplin. En la última, celebrada hace ya más de un año, ofrecimos El acorazado Potemkim, de Eisenstein, junto a una "antología del beso", con escenas censuradas de las películas Metrópolis, Varieté, Fausto.

La dinámica de nuestras sesiones se modificará; a partir de ahora, éstas se dedicarán monográficamente a un autor; la de hoy es una ampliación, en primer plano, de la sexta, donde proyectamos, entre otros cortos cómicos, "Charlot en la granja"; la próxima, adelanto, estará dedicada a Buster Keaton.

Las proyecciones irán acompañadas de otras facetas artísticas. Esto mismo pretendemos ofrecerlo en provincias, en Sevilla, en Bilbao, en Valencia; nuestro querido Guillermo de Torre nos ha prometido continuarlo en Buenos Aires.

Si, en el pasado año, escribimos sobre "la muerte" de nuestro Cineclub, hoy hablamos, con orgullo y entusiasmo, de su "resurrección". Esta sesión se justifica por sí misma; no supone la eliminación de contrario porque, en la pretendida guerra Chaplin-Keaton, nosotros seguimos apostando por los dos. Charlot es una huella constante en nuestra Gaceta Literaria; un lector curioso puede rastrearla en poemas de Buendía, Cardoza y Alberti, en comentarios de Gómez de la Serna, Paladini y Epstein, en crónicas y críticas de Pérez Ferrero y Gómez Mesa.

Con este acto queremos constatar la impronta que Charlot-Chaplin ha dejado en nuestros escritores, tanto a su favor como en su contra.

Porque él ha sido, así nos lo parece, el primer personaje capaz de atraer la atención de nuestros intelectuales hacia el "séptimo arte"; acaso por ello mismo, Luis Buñuel haya podido escribir que nosotros lo hemos estropeado y, en contrapartida, Charlot, ahora, nos hace llorar con los más vivos lugares comunes del sentimiento.

Termino excusando públicamente la ausencia de Federico García Lorca (que ofreció leer su "Muerte de la madre de Charlot") y la de Andrés Carranque de Ríos (que nos deleitaría con algún pasaje de su novela "Cinematógrafo" donde Chaplin está presente), y anunciando la adhesión a este homenaje de Enrique Gómez Carrillo, Rafael Marquina, Manuel Villegas López, Juan Gil-Albert, Paul Morand y Harry  D’Abbadie  D’Arrast.

Cedo la palabra a César Arconada para que informe sobre el sentido concreto otorgado a esta sesión por nuestra junta directiva. Muchas gracias.

Aplausos corteses.

Ilustración: Una imagen de La quimera del oro, de Charles Chaplin.

Próximo capítulo: Generación del 27. Homenaje literario a Charlot en el Cine-club Español (II)