Serie: El refugio atómico

ESTRENO EN NETFLIX

El estrepitoso éxito de la serie La casa de papel (en lo sucesivo, LCDP, para ahorrar), estrenada primero en televisión en Antena 3 sin pena ni gloria, pero repescada después en plataformas, en concreto en Netflix, con un enorme impacto en todo el mundo, es evidente que está detrás de este nuevo audiovisual de la misma factoría que produjo aquella serie de 5 temporadas, la compañía Vancouver Media, y con ella su principal artífice, el pamplonés Álex Pina, y con él su mano derecha desde hace años, Esther Martínez Lobato, que ahora aparece también como co-creadora.

La serie se sitúa en nuestro tiempo. Conocemos a Max que, en off, nos habla de su vida. Es un chico de clase alta, enamorado de Ane, una chica también de su mismo estatus, hija de otra familia amiga igualmente muy adinerada; ambos se ennovian, pero un día, en un accidente de tráfico, ella queda muy malherida y él, sorprendentemente, abandona el lugar; en el juicio posterior se sentencia que ese abandono pudo provocarle la muerte, al no prestársele el auxilio que podría haberle salvado la vida, por lo que es condenado a la cárcel. En presidio las pasa canutas, hasta que se da cuenta de que tiene que darse a valer, poniéndose cachas y fortaleciendo su mente, y a partir de ahí ya será inexpugnable… Le dan la condicional, y su padre se lo lleva porque hay noticias alarmantes en todo el mundo, parece aproximarse un conflicto nuclear que acabaría con la civilización humana. El padre le informa de que su familia compró hace tiempo una participación en un proyecto, Kimera, que garantizaba que, de ocurrir lo que parece que va a suceder inexorablemente, tendrán un refugio atómico con todas las comodidades donde esperar hasta que la Tierra vuelva a ser habitable. Ya en el refugio, se reencuentra con la familia de su novia, la que dejó abandonada, y ahí comienzan los malos rollos…

La serie, compuesta en esta primera temporada (porque habrá más, sin duda…) de 8 episodios, nos parece bastante evidente que bebe sin recato del éxito de LCDP, e incluso reedita una fórmula parecida, que pasa por contarnos lo que sería un gran “golpe” (aquí dado de forma muy distinta, eso sí…), pero con los giros de guion y sorpresas que ya hicieron famosos los episodios de la anterior y exitosa serie, de tal manera que, a cada contratiempo que ocurra en el refugio entre los inquilinos de lujo y sus servidores, habrá el correspondiente flashback que nos explicará que todo estaba ya previsto y cuál va a ser la solución que el equipo anfitrión tiene ya preparada... 

Estamos entonces ante una serie obviamente muy costeada, que en principio parece buscar el análisis de una situación extrema en un lugar plagado de ricos, en sus relaciones entre sí y con los miembros del equipo que les asisten en ese refugio atómico que han comprado a precio de oro, un búnker que, según informa Minerva, la líder de Kimera, está excavado bajo un lago a 275 metros de profundidad y cuenta con 45 refugios inexpugnables. Todo parece maravilloso y digitalizado, pero, claro está, de por medio anda el factor humano (también la codicia humana…) y la estancia en aquel privilegiado lugar distará mucho de ser idílica… 

Lo cierto es que todo en la serie se ve bastante artificioso, con un guion lunático y muy lejos en cuanto a su acabado al de LCDP, con sus mismos trucos (que ya nos conocemos…), siendo evidente que hay demasiados agujeros, flecos e incoherencias, en una historia alargada por una serie de líneas secundarias sin mucho interés. Tampoco ayuda que la trama, más que centrarse en el eje principal de la serie (que no debe ser desvelado, pero del que el espectador avispado se dará cuenta en el primer capítulo…), lo hace en las relaciones entre los inquilinos, en especial entre las dos familias que conocemos, las de Max y Ane, los novios trágicamente separados por el accidente mortal, dos familias en las que habrá secretos y mentiras de todos los colores, con personajes tan abyectos como fascinantes (esa abuela Victoria, una supremacista de libro, lesbiana muy fuera del armario gracias a su poder económico, una tipa absolutamente segura de sí misma), pero también con otros que son papafritas (ese padre de Max, qué poquita cosa el hombre, qué poco le pega para el dinero y las relaciones que tiene…). La serie, entonces, resulta ser muy divagatoria, centrándose más en los conflictos entre las dos familias protagonistas que en el meollo mismo de la serie, que es muy otro…

Busca El refugio atómico la espectacularidad a toda costa, pero resulta hueca, impostada, sin la grandeza del engranaje perfecto de LCDP; además, ahora, con su misma fórmula repetida con algunas variantes, suena demasiado a “déja vù”. Las diversas líneas románticas o eróticas tienen pinta como de relleno, salvo la que se aparta de los cánones clásicos, la relación de atracción/repulsión, de amor/odio, entre Max y Asia, que fueron cuñados, y ahora late entre ellos, in crescendo, una imparable tensión sexual no resuelta. 

Tampoco ayuda a la serie el hecho de que los intérpretes carezcan del carisma de los de LCDP, con una líder del equipo que dirige el búnker, interpretada por Miren Ibarguren, al que le va mucho mejor la comedia que los personajes serios, hasta el punto de que, a ratos, parece que está haciendo un rol cómico (sin pretenderlo, que es lo malo…). Del resto nos quedamos con algunos veteranos, como el argentino Joaquín Furriel, cuyo personaje inmensamente rico tiene matices interesantes, entre el sordo rencor hacia el chico que le quitó lo que más le importaba en la vida, su hija, pero también el tipo de clase alta que desprecia a todos los que están por debajo de él. Los jóvenes nos parecen bastante más endebles, tanto Pau Simon como Alícia Falcó. En general, los actores y actrices de la serie no son, ni de lejos, tan solventes como los de LCDP: carecen de personalidad, son como de cartón, no hay nada detrás, ni siquiera el personaje de la líder, Minerva, que nos hace añorar el extraordinario rol del Profesor de LCDP.  

Como curiosidad, parece que los creadores de la serie, con el personaje llamado Asia, han querido hacer un guiño a LCDP, aunque ahora usando como nombre de pila un continente en vez de una ciudad, como ocurría en la célebre serie anterior.  

(19/11/2025)


El refugio atómico - by , Nov 19, 2025
2 / 5 stars
La casa de hormigón