28/12/2025
Si hasta finales de los años sesenta las versiones que el cine y la televisión hicieron sobre esta mítica novela corta de Stevenson fueron más o menos respetuosas con la historia que contaba en ella el escritor escocés, a partir de los años setenta la cosa irá cambiando de forma paulatina pero creciente, confirmando que los clásicos, como es el caso, lo aguantan todo…
Esta impresión se reafirma por el hecho de que, por ejemplo, la década de los setenta se abriera con la primera versión de la novela en la que el desdoblamiento de personalidad conllevaba… un cambio de sexo. Así ocurría en la película británica Dr. Jekyll y su hermana Hyde (1971), con dirección de Roy Ward Baker, uno de los cineastas más significativos de la Hammer, la mítica productora de cine de terror, en la que, efectivamente, cuando Jekyll se transformaba en otra persona, lo hacía cambiando de sexo, justificándolo ante los demás con la existencia de una supuesta hermana (de ideas más bien cuestionables…). Evidentemente, había un cierto morbo en esta metamorfosis, impensable solo algunos años atrás; los papeles principales, lógicamente (en aquellos años…), eran interpretados por un hombre, Ralph Bates como Jekyll, y una mujer, Martine Beswick como Miss Hyde.
Ese mismo año de 1971 el cine británico hace otra versión, ésta más ajustada a los cánones stevensonianos, titulada El monstruo, con dirección de Stephen Weeks, que traemos a esta selección de adaptaciones por varias cuestiones, como la peculiaridad de que, aunque es bastante respetuosa con la trama, cambia los nombres de los personajes protagonistas, que se convierten en el Dr. Marlowe y Mr. Blake, ambos interpretados nada menos que por Christopher Lee, en una versión que busca adentrarse más en los terrenos de la psicología que del terror puro, y con Peter Cushing (el otro grande de los horrores británicos de los años cincuenta y sesenta) como Mr. Utterson, el amigo del protagonista que tendrá un relevante papel en la trama.
Dentro de las versiones exóticas encontramos en aquel mismo comienzo de década una TV-movie brasileña titulada O médico e o monstruo, grabada en blanco y negro por la Rede Globo Televisâo, con dirección de Zbigniew Ziembinski, director polaco nacionalizado brasileño que se desempeñó principalmente como afamado director teatral en su país de adopción.
No deja de ser curioso que el mismísimo Kirk Douglas, ya entonces una consagradísima estrella de Hollywood (y un muy interesante productor) pusiera sus ojos en el texto stevensoniano para producir e interpretar Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1973), a las órdenes de David Winters, en una coproducción USA-Reino Unido, cuya peculiaridad, aparte de la presencia del astro yanqui, fue su carácter de musical, además de contar con un más que apañado reparto, en el que, junto a Douglas como Jekyll y Hyde, aparecían gente tan buena como Susan George, Donald Pleasence y Michael Redgrave.
Si hablamos de versiones exóticas habrá que citar El hombre y la bestia (1973), una adaptación mexicana y mexicanizada, con dirección de Julián Soler, en la que los personajes desdoblados tomaban nombres hispanos, llamándose el protagonista Dr. Enrique Duval y su “alter ego” Eduardo Ray, ambos interpretados por el actor mexicano Enrique Lizalde, y ambientando la historia en el México del tiempo de su rodaje. Aunque en un imaginario ránking de exotismos nos parece que estaría muy arriba el largometraje Chehre pe Chehra (1981) (ChatGPT nos dice que podría traducirse como “Rostro sobre rostro”, ciertamente un título sugestivo y que viene al pelo…), versión producida en la India, con dirección de Raj Tilak, y con Sanjeev Kumar como el Dr. Wilson y Blackston, que es como fueron rebautizados aquí los desdoblados personajes principales.
También a principios de los años ochenta, Walerian Borowczyk, un cineasta de origen polaco que gozó de bastante predicamento en los años setenta y ochenta, con un cine que combinaba la rijosidad “softcore” con cierto toque intelectual, se atrevió con el tema en su film El Dr. Jekyll y las mujeres (1981), una producción franco-alemana con el entonces famoso Udo Kier como el doctor, mientras que el bastante menos conocido Gérard Zalcberg interpretó a Hyde, en una versión lógicamente (teniendo en cuenta los antecedentes de su director de impronunciable apellido…) muy subida de tono, con mucho sexo, aunque, eso sí, simulado.
Antes hablábamos de versiones exóticas, aunque pocas como la (nada menos que) rusa Strannaya istoriya doktora Dzhekila i mistera Khayda (1986) (no hace falta traductor online para ver que en español sería literalmente el título de la novela: ya sabemos que los rígidos soviéticos no eran muy dados a la imaginación…), ya en los estertores de la URSS, una producción de la vetusta productora estatal Mosfilm, con dirección de Aleksandr Orlov, y con los personajes principales desdoblados, correspondiendo a Innokently Smoktunovskiy (nuestro agradecimiento eterno al creador del “copia-pega”…) encarnar a Jekyll, y a Aleksandr Feklistov interpretar a Hyde, manteniendo los nombres y el ambiente ingles del original stevensoniano.
A Anthony Perkins, desde su célebre interpretación en Psicosis como Norman Bates y su madre, con frecuencia le adjudicaron personajes bipolares, y, claro está, los roles desdoblados de esta novela son “los bipolares” por excelencia. Pues el actor neoyorquino lo encarnaría en la película Al borde de la locura (1989), producción anglo-húngara dirigida por Gérard Kikoïne, en la que la variante temática la ponía el hecho de que la disociación entre Jekyll y Hyde se producía por el consumo de coca (eran tiempos en los que la drogadicción avanzaba imparable…), y además el “alter ego” Hyde era un trasunto de Jack el Destripador (así teníamos a dos monstruos en lugar de uno…).
Como ya decíamos, eran tiempos de rizar el rizo, y en Julia Jekyll and Harriet Hyde (1995) los dos personajes principales eran femeninos, en una producción televisiva británica de la BBC, lo cual ya era una garantía, historia que se desarrollaba en una serie de 3 temporadas cuyo creador fue Jeremy Swan, en una versión en tono más bien cómico y familiar. Todo lo contrario de lo que hizo nuestro Gonzalo Suárez en Mi nombre es sombra (1996), su particular contribución al mito stevensoniano, en una coproducción entre España, Portugal y Bélgica, una adaptación libérrima que apenas mantiene la esencia del relato de RLS, ambientada en las húmedas tierras de su Asturias natal, en un thriller de complejas irisaciones psicológicas en el que Jekyll es el Dr. Beiral y Hyde es El Otro, o bien el Sr. Sombra.
El siglo XXI se presenta, en lo tocante a las versiones de esta novela corta de Stevenson, con una variante ciertamente peculiar (por decir algo…), la TV-movie La profecía del tigre (2000), que adapta el mito de RLS… al universo de las artes marciales orientales, en una coproducción canadiense-australiana dirigida por Colin Budds, con el entonces muy en boga (dentro del género de mamporros, se entiende…) Adam Baldwin (nada que ver con los famosos hermanos Baldwin) como protagonista, confirmando con ello que los clásicos lo aguantan todo…
Como otra versión musical, que llevó el explícito título de Jekyll & Hyde: The musical (2001), en realidad la grabación de una función teatral de este musical en Nueva York, en el que los dos papeles protagonistas lo encarnaba el entonces muy popular David Hasselhoff, el famoso Mike de la serie El coche fantástico y también protagonista de Los vigilantes de la playa. Otra singularidad la pondrá (oh, sorpresa) una modesta producción andaluza, sevillana por más señas, el corto de 17 minutos titulado InHyde (2004), rodado en la capital hispalense bajo la dirección de Alberto Hermida y Álvaro Fernández, con el actor sevillano Roberto Quintana en el doble papel de la novela, en una versión de tono lógicamente teatralizante, aunque en parte se rodó en exteriores, con un Hyde muy interiorizado, un Hyde que lucha mayormente contra sí mismo (el lector interesado puede ver el corto pulsando en el enlace situado al final de este artículo).
Seguirán las peculiares variantes sobre el mito en The strange case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde (2006), que proponía la posibilidad de que ambos roles centrales de la historia fueran de raza negra, siendo por tanto la primera versión “racializada” de la novela stevensoniana, en una producción norteamericana dirigida por John Carl Buechler, y con el actor afroamericano Tony Todd como los dos personajes desdoblados, en una historia ambientada en nuestro tiempo.
Dentro de las versiones cada vez más apartadas del original, llama la atención la película titulada Madame Hyde (2017), producción franco-belga en tono de comedia, en una variante femenina cuando menos peculiar, en la que madame Géquil (sic), a consecuencia de recibir el efecto de un rayo, se convierte en madame Hyde (en vez de morirse directamente, que es lo que suele ocurrir si te cae encima semejante fenómeno meteorológico…), con una Isabelle Huppert a la que se le dan bien estas excentricidades, más otra estrella del cine galo, Romain Duris, todos bajo la dirección de Serge Bozon.
Puestos a rizar el rizo en cuanto al transformismo de Jekyll en Hyde, en la película británica titulada Doctor Jekyll (2023) resulta que el personaje central lo interpreta una trans, Eddie Izard (bueno, se define como “género fluido”), con lo que el cambio del científico al monstruo resulta, cuando menos, curioso... La película, con dirección de Joe Stephenson, presenta a la Dra. Nina Jekyll, en una versión que, ciertamente, es más que libérrima con respecto al original literario, en clara clave LGTBI, con algunos actores y actrices de renombre, como Lindsay Duncan y Simon Callow.
Finalizaremos este repaso de las versiones del dueto Jekyll/Hyde con una película muy reciente, de este mismo 2025, titulada Hyde, producción norteamericana donde (lo has adivinado, lector) el protagonismo no recae en Jekyll (que aquí tiene una participación secundaria), sino en Hyde, en una versión actualizada sobre el mito stevensoniano, que imagina que Hyde fuera “el bueno” de la historia… el director Matthew Winstead está a los mandos de la película, con David Draper Jr. en el personaje central.
Hemos visto que en las últimas décadas el mito creado por RLS ha sido objeto de muy diversas visiones, interpretaciones, variantes, tomándose libertades de todo tipo. Y todas ellas las aguanta esa historia, la de Jekyll y su contraparte pérfida Hyde, que, si hay que creer a los exégetas de Stevenson, éste la imaginó a partir de una serie de sueños alucinógenos, casi como si se los hubiera dictado otra persona (¿su propio Hyde, quizá?). Sea como fuere, y como hemos repetido, los clásicos lo aguantan absolutamente todo.
Por eso son clásicos…
--Para ver el corto InHyde (2004) pulse en este enlace:
https://www.imdb.com/es-es/video/vi2961351961/?ref_=ttvg_vi_1
Ilustración: Cartel de la película Mi nombre es sombra (1996), de Gonzalo Suárez, un libérrimo Jekyll & Hyde en Asturias.
Próximo capítulo: En el 175 aniversario del nacimiento de R.L. Stevenson: sus narraciones más versionadas en el audiovisual. “La isla del tesoro” (IV)