Serie: Los crímenes de Are

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La literatura y el cine escandinavos han generado en las últimas décadas un interesante fenómeno generalmente conocido como “nordik noir”, una variante (aborigen de aquellas tierras) del género negro; en cine se suele considerar históricamente que el “film noir” ha brillado especialmente en los casos norteamericano y francés, y muy concretamente en sus etapas clásicas (treinta a sesenta en el primero, cincuenta a setenta en el segundo; ambos períodos del siglo XX, por supuesto). Pero, como decimos, desde hace ya varias décadas hay escritores escandinavos que han generado un interesante movimiento en el género; hablamos de autores tan conocidos como Henning Mankell (con su famosa serie sobre el policía Wallander), Asa Larsson, Jo Nesbo o Camilla Läckberg, por no hablar de aquel fenómeno editorial que fue, a principios del siglo XXI, la trilogía genéricamente titulada Millennium, del periodista Stieg Larsson, precozmente malogrado. En cine hay también ya una amplia relación de títulos que se pueden incluir sin problema bajo esa etiqueta de “nordik noir”, desde la adaptación de la mentada trilogía novelística de Larsson hasta la famosa serie sueco-danesa Bron (El puente), que ha conocido varias adaptaciones en otros países.

Pero, claro está, no es oro todo lo que reluce, y esta miniserie de 5 capítulos, Los crímenes de Are, aun teniendo algunas cualidades, parece evidente que no mantiene el mismo nivel de interés que los títulos citados.

La acción transcurre en nuestro tiempo, en la zona de Are, comarca situada en el centro-norte de Suecia. Allí vemos a una chica, Amanda, que sale de una fiesta nocturna. Llama a su padre, que está en un coche retozando con una chica, por lo que no le coge el teléfono. Amanda se marcha de noche por las carreteras heladas, con su bici; alguien desde un coche la llama con un claxon… Al día siguiente, ya de día, conocemos a Hanna, policía de Estocolmo que llega en coche a la zona a descansar; se la ve afectada por un asunto relacionado con su trabajo. Cuando se entera que Amanda ha desaparecido, se ofrece a la policía local para ayudar en su búsqueda. El pueblo se moviliza para encontrar a la joven desaparecida. Hanna, con los polis del lugar, inician una investigación, empezando por los padres, separados, para intentar localizar el paradero de la chica…

La miniserie se basa en sendas novelas de Viveca Sten, tituladas (en su edición en español) Oculto en la nieve y Oculto en las sombras. La primera de esas dos adaptaciones ocupa los tres primeros capítulos y la otra los números 4 y 5. En ambos casos la protagonista y los personajes principales (los policías locales de Are) son los mismos, mientras que varían los roles implicados en los dos crímenes a investigar. 

En la literatura y el cine negro es ya casi un tópico que hay que buscar algún elemento que se diferencie de los estereotipos habituales del género: aquí la peculiaridad, si así puede llamársele, es el hecho de que la poli protagonista se encuentre en la zona en situación de excedencia mientras se resuelve el expediente que se ha abierto sobre su actuación en uno de los casos que investigó en la capital. Ello permite profundizar un poco (no demasiado…) en el rol de la protagonista, devastada emocionalmente por su trabajo (se dedica al tema de la violencia de género, lo que debe ser muy duro, sin duda), probablemente con un proceso de depresión, quizá sin diagnosticar, que se ve inmersa en un caso aparentemente lejano a lo que la ha llevado a esa situación.

También se podría hablar de cierto color local (la zona de Are, una zona de vacaciones en el país), buscando desmarcarse del cine y la televisión centrada en Estocolmo, donde suelen ambientarse la mayoría de los audiovisuales suecos. Tiene la miniserie un ritmo pausado, a ratos incluso gélido (lo que viene al pelo…), en una filmación austera, sin subrayados, con una narración clásica que, sin embargo, conforme van pasando los capítulos (y en especial en el segundo de los casos que se investigan) se torna fatigosa y desganada, incluso con problemas derivados de un montaje defectuoso en los últimos episodios.

Como es habitual en este tipo de series, van apareciendo los posibles sospechosos, en lo que es casi un tópico, como también lo es que, una vez que aparece uno de esos posibles culpables, ya podemos estar seguros de que ese no es el asesino…

Los dos casos en cuestión presentan temáticas no precisamente nuevas: el primero, la desaparición de una adolescente que se había visto involucrada en un tema de sexo con adultos (incluyendo el vidrioso sexting, ahora tan lamentablemente de actualidad), mientras que en el segundo el crimen viene dado por la aparición de un cuerpo despedazado aparentemente por el tren, aunque, como ya podemos imaginar, no fue el tren el que le quitó la vida… Este segundo caso estará adobado también por otro tema bastante tópico, el del pastor (en su acepción de clérigo, no el de cuidador de ovejas…) de carácter ultradominante que tiene aterrorizada a su esposa, uno de esos supuestos hijos de Dios que, desde luego, de quienes son hijos es de Satanás… 

Jugando mortecinamente con flashbacks para explicar los antecedentes de cada uno de los casos, mezclando las comeduras de coco de la prota con sus problemas mentales procedentes de su angustioso trabajo en Estocolmo, la miniserie se deja ver con cierta benevolencia, aunque no pasará, nos tememos, a la Historia del “nordik noir”. Entre otras cosas, porque las motivaciones de los asesinos, y la resolución de los crímenes, son bastante flojas, y el problema de ir desechando sospechosos es que al final te quedas prácticamente con el tonto del pueblo, como casi literalmente pasa aquí…

Busca la miniserie con cierta frecuencia presentar en pantalla los paisajes nevados, blanquísimos, típicos de la zona (aunque, curiosamente, en ningún momento vemos nevar…), mientras que en las escenas nocturnas el color está rebajado hasta prácticamente el blanco y negro. La banda sonora, original de Anders Herrlin y Jennie Lofgren, bien orquestada, utiliza con tino una preciosa música de cuerda de corte melancólico, siendo uno de los aciertos del audiovisual. En cuanto a los personajes, nos parece que estos tienen, en general, poco calado psicológico, y tampoco es que los actores y actrices estén eximios…

(29/09/2025)


 


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Los crímenes de Are - by , Sep 29, 2025
1 / 5 stars
Un "nordik noir" poco distinguido