19/12/2025
El extraño caso del Dr. Jekyll y el señor Hyde, título de la mítica novela corta de Robert Louis Stevenson, como decíamos en la Introducción a esta serie de artículos, ha sido versionada de múltiples maneras a lo largo de la historia del cine y la televisión, hasta alcanzar la bonita cifra de 82 títulos, y con otros 3 en distintas fases de pre-producción. Una cantidad ingente, sin duda, para una historia stevensoniana que se presta a muchas y muy diversas interpretaciones.
Sinopsis de la novela El extraño caso del Dr. Jekyll y el señor Hyde: John Utterson, un abogado moralmente muy estricto, y su primo Enfield, pasean por Londres cuando llegan a una casa ubicada en un bullicioso barrio. Enfield relata a Utterson que meses atrás fue testigo de la escena de un hombre de aspecto malévolo llamado Hyde pisoteando a una joven después de una colisión menor. Enfield obligó a Hyde a pagar a su familia mucho dinero para evitar un escándalo. Entonces, Hyde le dio a Enfield un cheque firmado por el Dr. Jekyll, amigo y cliente de Utterson. Éste teme que Hyde esté chantajeando a Jekyll, ya que el doctor, recientemente, cambió su testamento, para que Hyde fuera su único heredero. Cuando Utterson habla de Hyde con Jekyll, el doctor le dice que no se preocupe porque puede deshacerse de Hyde cuando quiera. Un año más tarde, un sirviente ve a Hyde golpear a Sir Danvers Carew, otro de los clientes de Utterson, hasta la muerte, dejando atrás medio bastón roto. La policía contacta a Utterson, quien lleva a los oficiales al apartamento de Hyde. Éste ha desaparecido, pero encuentran la otra mitad del bastón roto, que Utterson reconoce como uno que él había regalado a Jekyll. Utterson visita a Jekyll, quien produce una nota supuestamente escrita a Jekyll por Hyde, disculpándose por el problema que ha causado. Sin embargo, la escritura de Hyde es similar a la de Jekyll, lo que lleva a Utterson a concluir que Jekyll falsificó la nota para proteger a Hyde…
Por supuesto, no glosaremos los 82 títulos basados, de una u otra forma, en esta novela corta stevensoniana; nos ceñiremos a aquellas que nos parezcan significativas, bien por su calidad, por su exotismo, por la forma en la que abordaron la versión… en definitiva, hablaremos, como siempre, de aquellas que pueden ser atractivas para el lector (también para el autor de estas líneas, primer interesado en ellas…). Aun así, dado el elevado volumen de títulos a comentar, desarrollaremos este análisis dividiéndolo en dos artículos, en razón a la fecha de producción de esas versiones.
Con independencia de las virtudes del texto de RLS, que son evidentes, creando un arquetipo sobre la dualidad espiritual del hombre, sobre su esencia a la vez bondadosa y pérfida, el cine tuvo casi desde el minuto uno de su creación (lo descubrió Méliès en 1896, al año siguiente del considerado año inicial del fenómeno, en 1895), un arma que parecía mágica y que permitía algo que resultaba prodigioso en pantalla, el llamado en inglés “stop trick” y en español “truco de manivela”, que consistía (y consiste, porque aún se sigue haciendo …) en filmar una escena con un personaje, parar la máquina tomavistas, y sustituir ese personaje o hacerle parecer otra cosa; al reanudar la filmación, la impresión para el espectador es que el personaje ha desaparecido o mutado a otra cosa, instantáneamente… Ese truco, por supuesto, daba muchísimo juego para la transformación de Jekyll en Hyde, y así fue en toda aquella época, en los primeros años de forma más rudimentaria, más adelante con una perfección creciente.
La primera adaptación de la que hablaremos fue “la primera” en términos absolutos en la filmografía versionada de Stevenson (lo citaremos a partir de ahora como RLS, para abreviar), tanto porque fue la primera adaptación de una de sus obras como por ser también la primera versión de esta novela corta sobre la dualidad del alma del ser humano. Hablamos de Dr. Jekyll and Mr. Hyde, corto de 16 minutos, por supuesto en blanco y negro y mudo, dirigido por Otis Turner, y con Hobart Bosworth en el doble papel de Jekyll y su "alter ego” Hyde. Aquí, como imaginará el lector, el “truco de manivela” tuvo ya su aparición para dar la sensación (que al espectador de la época le debió poner los pelos de punta…) de que, efectivamente, el probo doctor se convertía delante de sus ojos en una mala bestia…
Las producciones exóticas sobre la novela de RLS empezaron pronto: nada menos que en 1910, con el cine aún en pañales, la entonces incipiente cinematografía danesa rueda Den Skaebnesvangre opfindelse (literalmente, según el traductor online que hemos utilizado, “El fatídico invento”), con dirección en comandita de dos cineastas, August Blom y Viggo Larsen, en un corto de 17 minutos (por supuesto mudo y en blanco y negro), que contó con el actor Alvin Neuss en el doble papel de Jekyll y Hyde.
En fecha tan temprana como comienzos de la década de los años veinte se rueda una de las versiones canónicas del mito stevensoniano, con el título (en España) de El hombre y la bestia (1920), con dirección de John Robertson, con John Barrymore (entonces ya una gran estrella del cine) como el doctor que se transformó, en un largometraje de casi 80 minutos, lo que permitía una adaptación bastante libre y costeada, convirtiéndose en buena medida durante una década en “la” versión al cine por antonomasia del mito creado por RLS (Ver esta película pulsando en enlace al final de este artículo).
Claro que esa posición de privilegio se la disputó, y no sin razón, otra película que en su momento causó gran sensación, la versión que F.W. Murnau (el autor de Nosferatu, para situarnos) hizo de la novela stevensoniana en su film Der Januskopf (1920) (literalmente, “La cabeza de Jano”), en la que el cineasta alemán contó con el entonces aún no demasiado conocido Conrad Veidt para el personaje dual principal, que aquí cambia de nombres, pasando a ser el Dr. Warren y Mr. O’Connor, y cuya escisión en dos personalidades distintas no se produce por brebaje alguno, sino por la visión hipnótica de un busto de Jano (de ahí el título original), evidente MacGuffin que permite que lo que de malvado hay en el doctor se manifieste sin él saberlo. La película se considera perdida, y solo se conservan algunas imágenes, además del guion y algunos materiales de producción originales.
Por supuesto, el mito stevensoniano se ha prestado a lo largo de la historia a múltiples variantes, de todo tipo, aunque es cierto que, en general, éstas se han ido produciendo más adelante en el tiempo, cuando los modos y modas de décadas más recientes han propiciado otras lecturas. Pero ya entonces (aparte de la versión en modo Jano de Murnau) el cine vio otras posibilidades en ese dúo (no precisamente) dinámico de Jekyll & Hyde, como se puede apreciar en el corto de 21 minutos Dr. Pyckle and Mr. Pride (1925), nada menos que con Stan Laurel como protagonista (antes de unirse a Oliver Hardy para formar la celebra pareja cómica conocida como El Gordo y el Flaco), en el que el actor se desdoblaba en los personajes del título, que emulaban jocosamente a los creados por RLS, con la peculiaridad de que “el malo” en realidad era “el guasón”, convirtiendo al serio personaje bondadoso en un tipo que se chifla por gastar bromas, mayormente pesadas… (Ver esta película pulsando en enlace al final de este artículo).
En 1931 llegamos a otro film que se considera justamente canónico. Hablamos de El hombre y el monstruo, film dirigido por Rouben Mamoulian, con Fredric March en el stevensoniano doble papel, cuando ya gozaba de justa fama en su país. Ésta es ya, por supuesto, una versión sonora (el nuevo sistema llevaba ya cuatro años vigente), y es considerada una de las mejores de su época, una versión clásica cuya iconografía era claramente deudora del expresionismo alemán, y a la que Mamoulian dotó de su refinado estilo; la técnica del “truco de manivela” alcanzaba aquí dosis de virtuosismo, y la película fue, en su momento, un gran éxito, consiguiendo incluso el Oscar para March (Ver la escena de la transformación pulsando en enlace al final de este artículo).
Saltamos una década para encontrar otra de las versiones canónicas hechas sobre la novela, aunque aquí nos parece que hubo un error de cásting, como comentaremos… Hablamos de El extraño caso del Dr. Jekyll (1941), film dirigido por Victor Fleming (el de El mago de Oz y Lo que el viento se llevó), que se ajustaba razonablemente a la obra de Stevenson, pero tenía un pequeño problema… su protagonista, Spencer Tracy, encarnaba perfectamente al honesto Dr. Jekyll, pero cuando le tocaba hacer de Mr. Hyde… pues como que no resultaba demasiado creíble, dada la bondad que era santo y seña del famoso actor… Por lo demás, el film era notable, con el sello característico del mejor Hollywood clásico, y con un reparto (además de Tracy) de lujo, con Ingrid Bergman y Lana Turner, nada menos… (Ver la escena final pulsando en enlace al término de este artículo).
Ya hemos visto que el humor también podía hacer suyo el mito de RLS, así que tampoco es demasiado raro que los dibujos animados se fijaran en él… A mediados de los años cuarenta encontramos El extraño caso del gato Jekyll (1947), un corto de 8 minutos con Tom y Jerry, en el que el gato intenta envenenar al ratón, pero lo único que consigue es que se convierta en un monstruo hipermusculado, para su horror… con dirección de los míticos Joseph Hanna y William Barbera (los creadores de Los Picapiedra y El oso Yogi, entre otros dibujos legendarios), este corto confirmaba que el mito de Jekyll y Hyde lo aguantaba todo, como pasa generalmente con los clásicos…
Saltamos de nuevo de década y nos vamos a principios de los años cincuenta, para encontrarnos con otra perla exótica, con el título El extraño caso del hombre y la bestia (1951), rodada en Argentina (cuando gobernaba Perón, para situarnos), con Mario Soffici en la dirección, quien además asumió el doble rol de Jekyll y Hyde, aunque (era el signo de los tiempos…) aquí, cuando toma el rol de Hyde, su personaje presenta unos sospechosos rasgos negroides, en lo que podría suponer un (nada solapado) tono racista… Eran otros tiempos, concluiremos…
De nuevo tendremos que hablar de un tratamiento humorístico en el film Abbot y Costello contra el Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1953), un largometraje al servicio de la entonces popular pareja cómica, en la que los dos memos, convertidos en detectives yanquis, buscan el paradero de Jekyll y su socio Hyde en Inglaterra, que serán encarnados nada menos que por Boris Karloff, el mito del cine de terror de la Universal, ya evidentemente de retirada.
Volverá el interés a subir con la TV-movie El testamento del Dr. Cordelier (1959), visión bastante libre del texto stevensoniano, producción francesa dirigida por el gran Jean Renoir; de hecho, los personajes no se llaman como en la novela, sino Cordelier y Opale, aunque en términos generales la película sigue una línea parecida a la del original literario. Del doble personaje se encargó Jean-Louis Barrault, un eximio actor teatral que tuvo también una interesante carrera en cine y televisión. La película tuvo problemas sindicales y fue objeto de una fuerte controversia, a favor y en contra, entre la crítica (ver escena de la transformación pulsando en enlace al final de este artículo).
La Hammer Films, como el buen cinéfilo sabe, fue (bueno, es, porque sigue existiendo, aunque ya es solo un pálido reflejo de lo que fue) una productora británica que, sobre todo durante los años cincuenta y sesenta, renovó poderosamente el cine de terror con una sugestiva serie de películas sobre monstruos típicos del género (vampiros, licántropos, momias…); no es de extrañar que también se fijara en la mítica novela de RLS, y efectivamente, a principios de los años sesenta, su director estrella, el gran Terence Fisher, rueda Las dos caras del Dr. Jekyll (1960), en el que intervenía Christopher Lee, uno de sus dos actores fetiche (el otro fue, claro está, Peter Cushing), quien, sin embargo, no encarnaba el (los) papel(es) principal(es), sino que a Jekyll y Hyde lo interpretaba Paul Massie. La peculiaridad de la versión es que aquí Hyde no es el tipo repulsivo de la novela y de las adaptaciones habituales, sino que el suero lo convierte en un playboy guapo, limpio y sexy, que busca reconquistar a su esposa que lo engaña con un amigo del doctor Jekyll (Ver esta película pulsando en enlace al final de este artículo).
En la estela de las adaptaciones exóticas tiene su lugar por derecho propio la película titulada Záhadný pan Hyde (1964) (literalmente sería “El misterioso señor Hyde”), producción checoslovaca filmada en la muy ortodoxa república comunista que estaba teledirigida desde Moscú, cuatro años antes de la Primavera de Praga, filmada para la Czech TV, la televisión checa, dirigida por el realizador griego (pero formado en Checoslovaquia) Giorgios Skalenakis, en una versión en la que, curiosamente, los personajes de Jekyll y Hyde estaban interpretados por actores distintos (Ver esta película pulsando en enlace al final de este artículo).
Como siempre que podemos nos gusta poner una pica en Flandes (valga el tropo…), recordaremos la versión televisiva que el gran Narciso Ibáñez Serrador hizo en los años sesenta, en España, a través del entonces único operador catódico, TVE, dentro del espacio de teleteatro Tras la puerta cerrada, en una miniserie de 3 capítulos bajo el título de El hombre y la bestia (1965), lógicamente con su padre, el carismático Narciso Ibáñez Menta, como Jekyll y Hyde.
Claro que si hablamos de versiones exóticas, pocas lo serán más que la rodada en la India en el segundo lustro de esos años sesenta, con el título Karutha Rathrikal (1967) (según el traductor online usado sería “Noches oscuras”), una película en blanco y negro que no se ahorraba las canciones y bailes típicas de lo que se ha dado en llamar el cine de Bollywood, y con una transformación de Jekyll en Hyde de un “amateurismo” realmente entrañable… (Ver esta película pulsando en enlace al final de este artículo).
Mucho más ortodoxa fue La terrible historia del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1968), costeada TV-movie bajo pabellón canadiense-norteamericano, dirigida por Charles Jarrott, con Jack Palance (uno de nuestros villanos preferidos de la época) interpretando el doble papel protagonista, más algunos secundarios de lujo, como Denholm Elliot y Oskar Homolka. La primera transformación, por cierto, se hace a través del pelo, en vez del rostro, como es habitual; no deja de ser curioso que casi todos los Hydes en cine han sido hirsutos, con mucho pelo (y enmarañado…), quizá como forma de presentar en pantalla lo que se supone es barbarie (no sé que pensarán de esto los hippies…).
Cerramos esta primera parte de la revisión de los audiovisuales más significativos rodados sobre esta novela de RLS con la adaptación que hizo la italiana RAI, en formato televisivo, en su miniserie Jekyll (1969), en 4 episodios, con dirección de Giorgio Albertazzi, quien se encargó también del papel dual protagonista, mientras que Massimo Girotti se encargaba del personaje de Utterson (que narra la historia original), en una versión modernizada que se ambientaba en la Italia de finales de los años sesenta.
Ver El hombre y la bestia (1920), de John Robertson:
https://www.youtube.com/watch?v=ullJoBolcqE
Ver Dr. Pyckle and Mr. Pride (1924):
https://www.youtube.com/watch?v=WKSTFVH5mTo
Ver la escena de la transformación de El hombre y el monstruo (1931):
https://www.youtube.com/watch?v=GynMi0E7B5g
Ver escena final de El extraño caso del Dr. Jekyll (1941)
https://www.youtube.com/watch?v=WGRVxwlEoio
Ver escena de la transformación de El testamento del Dr. Cordelier (1959)
https://www.youtube.com/watch?v=VHWWcJ4nazM
Ver Las dos caras del Dr. Jekyll (1960):
https://www.youtube.com/watch?v=NIKdtVKFkbU
Ver Záhadný pan Hyde (1964):
https://www.youtube.com/watch?v=LN0B6lr6mKE
Ver Karutha Rathrikal (1967)
https://www.youtube.com/watch?v=Wtd-UCdCS8c
Ver La terrible historia del Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1968):
https://www.youtube.com/watch?v=_y7Z54rluGU
Ilustración: Un desmelenado Spancer Tracy como improbable Hyde en El extraño caso del Dr. Jekyll (1941), de Victor Fleming.
Próximo capítulo: En el 175 aniversario del nacimiento de R.L. Stevenson: sus narraciones más versionadas en el audiovisual. El extraño caso del Dr. Jekyll y el señor Hyde (1971-2025) (III)