Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS
Disponible en Prime Video y Apple TV.

Desde las décadas de los años veinte y treinta, y muchas más que vinieron después, la figura real del bandolero Jesse Goodson James (1847-1882), nacido y muerto en Missouri, en el estado de la región del Medio Oeste. con capital en Jefferson City, ha sido objeto de atención por parte de numerosos cineastas, que encontraron en sus aventuras (y desventuras) suficiente reclamo para llevarlo a las pantallas. Y así casi desconocidos como Franklin Coates, Lloyd Ingrahan o Joseph Kane, dieron paso a directores curtidos como Henry King, que ya en 1939 rueda Tierra de audaces, nada menos que con Tyrone Power, Randolph Scott, Henry Fonda o John Carradine.

Vendrían luego nombres del nivel y la altura de Fritz Lang, y también Samuel Fuller, Gordon Douglas, William Castle, Nicholas Ray (ya en 1957), Budd Boeticher en 1969... hasta llegar en 1980 al film que hoy nos ocupa, una cinta que rodea al bandolero en un entorno más amplio y autocrítico. Por ejemplo, el propio término de "Long Riders" se refería en los tiempos y en la jerga del Far West a unas circunstancias muy específicas, la de los ladrones que cuando asaltan y roban un banco, una diligencia o un rancho. huyen del escenario a caballo, obviamente para poner cuanta más tierra de por medio, mejor para ellos.
    
Además en la historia que nos narra Walter Hill se impone un carácter colectivo, en la que participan varias familias, sin un protagonista exclusivo, ni en el personaje ni en su intérprete, renegando de alguna forma del título del film en España, que parece ennoblecer a los personajes, cuando en realidad la cinta más bien los baja a ras del suelo, pero -simultáneamente- dotando a las imágenes de una espectacularidad evidente, con ese toque que autores como un Arthur Penn o Sam Peckinpah (además del ralentí) impusieron en el western de los ochenta. Al mismo tiempo se quería poner una distancia a la influencia que el spaguetti había dejado en el moderno cine del Oeste durante los años sesenta y setenta, influencia que poco más tarde daría paso a la impronta de calidad de Clint Eastwood, precisamente una pieza indispensable en ese género europeo y almeriense, junto con Sergio Leone.

Pero hay una faceta que toca a esta Forajidos de leyenda de una palpable originalidad: los lazos de familia entre sus personajes y -rizando el rizo- entre los propios actores. Haciendo una especie de inventario tendríamos tres Carradine (Keith, Robert y David -este último el más famoso por su serie televisiva de Kung Fu-), dos Keach (James -como Jesse James- y Stacy), dos Quaid (Dennis y Randy) y se quería que los hermanos Ford (siempre calificados de cobardes) también lo fueran en la realidad, pero esta vez no pudo ser y los asesinos de Jesse James fueron dos intérpretes distintos, y no pudo redondearse el póquer familiar.

¿Y quién orquesta todo este lío? Pues un señor llamado Walter Hill, un californiano de Long Beach nacido en 1942, de infancia enfermiza y que estudió en la Universidad de las Américas, con sede en México y con una veintena de largometrajes, desde 1975 hasta 2013, tocando toda clase de géneros, casi siempre con un punto de originalidad y atrevimiento. Previamente se había fogueado con un buen número de guiones, hasta el punto que parecía que su contacto con el séptimo arte se iba a quedar en esa faceta, y con trabajos como La huida, del propio Peckinpah o Con el agua al cuello de Stuart Rosemberg y Paul Newman como protagonista.   

Sin conocer su primer film, Hard Times, protagonizado por dos duros como Charles Bronson y James Coburn, el segundo largo llama ya la atención, Driver, el desafío, una cinta absorbente sobre un conductor adicto al volante, con un gran trabajo de Ryan O'Neal, junto a Bruce Dern e Isabelle Adjani. Con The Warriors, los amos de la noche entra de lleno en un cine notable, provocativo, de jóvenes pandilleros y que estuvo a punto de ser prohibida en algunos países de Europa. Desde el primer momento se consideró inspirada por "La Anábasis", del historiador griego Jenofonte, que narra la retirada y vuelta de un ejército de diez mil hombres desde el interior de Persia hasta volver al Egeo helénico, pero aquí cambiando el mundo clásico por la Nueva York del siglo XX
 
Convertido en una extraña mezcla de autor con gancho para la taquilla, un verso suelto, que siempre busca intérpretes comerciales como Stallone, Mickey Rourke o Arnold Schwarzenegger, la carrera de Hill se va apagando hacia fórmulas más fáciles que anulan la esperanza puesta en él inicialmente. Pero no nos centremos solo en su filmografía y volvamos a la cinta de hoy, donde se apuesta claramente por el western, ambientado en un tiempo todavía próximo al final de la guerra de Secesión, cuando las rivalidades están aún vivas, y arrancando el relato en un asalto a un tren, mientras se celebra una boda, o hay una escena con una prostituta, o la llegada de los mercenarios de la famosa Agencia Pinkerton, que se enfrentan a la banda de los James. Todo un muestrario de situaciones tan conocidas en los westerns.

Y así, sin ser una obra maestra, la película es dinámica, inteligente, cuidando el vestuario, la música de Ry Cooder, el eficacísimo montaje de las escenas de acción, o la matizada fotografía entre los oscuros interiores y los amplios escenarios al aire libre, junto con un reparto de hermanos (tan curioso) y unas secuencias espectaculares que enganchan al espectador. Pero cuando termina la película nos queda la sensación que en los años posteriores podíamos haber conocido a un autor de primera fila, que sin embargo no llegó a cuajar como tal... y fue una lástima.


Forajidos de leyenda - by , Dec 11, 2025
3 / 5 stars
A la sombra de Jesse James