Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en Filmin y Apple TV.

A primera vista se podría decir que el autor de la novela original, Jim Thompson, y el director de la película, Sam Peckinpah, tienen bastantes cosas en común: ambos van por libre, tienen estilo propio y -si hace falta- se ponen en plan violento y bestia. El escritor publicó La huida en 1958 y tenía ya muchas otras novelas en su haber, además de contactar con el cine guionizando Atraco perfecto y Senderos de gloria en los comienzos de Stanley Kubrick. Pero su fama literaria subió muchos enteros en 1964 cuando publica 1280 almas, el número de habitantes de un pueblo del sur estadounidense (cuyo nombre no llegamos a conocer), sojuzgado por un zafio y abusador sheriff, que explica que ese número sale porque los picapleitos yanquis "nos obligan a contar a los negros"...

Una versión de esta novela la filmó el gran director francés Bernard Tavernier en 1981, Coup de torchon,  y de otra novela, Los timadores, también hizo una buena película en 1990 Stephen Frears, con Anjelica Huston y John Cusack. Son, para mi gusto, las mejores adaptaciones  al cine sobre obras de Jim Thompson, a las que pienso que no puede añadirse ésta La huida, que hoy comentamos, que tampoco sería un título sobresaliente en la lista de Sam Peckinpah, su director, muy lejos de Duelo en la Alta Sierra o Grupo salvaje, por ejemplo.  

Y sin embargo, la película funciona, como esos antiguos coches de juguete, que se les daba cuerda y salían pitando por su cuenta. Fue esta cinta su noveno largometraje, en 1972, tras Junior Bonner (que fracasó en taquilla), y eso le llevó a probar suerte (de nuevo) al repetir como actor a Steve McQueen para la nueva aventura, y quizás también por basarse en otra novela de Jim Thompson, de 1958. Él es Doc McCoy y lo conocemos en la cárcel, por robo a mano armada mientras su mujer, Carol (Ali MacGraw) se entrevista con el corrupto alcaide, Beynon (el fordiano y veterano Ben Johnson), para  que le adelante su libertad condicional, entregándose carnalmente a él y finalmente logrando su salida,  eso sí, a cambio de perpetrar un atraco a un banco, con dos compinches de Beynon, obteniendo un cuantioso botín.

Doc y Carol esquivan a los dos ayudantes y, a partir de ahí, estamos ante una espiral de coches, choques contra porches, escapes y tiroteos. El guión de Walter Hill (luego director) no deja que la acción pare, con heridos (obligando a un veterinario a curarlos), en tanto la pareja tiene sus más y sus menos, y sus peleas por la inicial conducta de la esposa, aunque también sus arrumacos en el río. Se diría que aquí no hay buenos y malos, sino que todos son  malos, y obedecen a impulsos primarios y violentos. Cinta un tanto lineal y más elemental que otras de su filmografía, en ella Peckinpah logra sin embargo que el espectador no se pare en detalles, y consiguiendo que fuera uno de sus productos más exitosos en sus resultados taquilleros...

Con escenas logradas, como la de la esposa del veterinario o la de Carol y Doc en la cama, bañados en billetes, el tramo final busca huir a Méjico como la manera de quedarse con el botín, cambiando así la novela original, que los sigue en sus andanzas, una vez traspasada la frontera. Y al ser película de pocos personajes, tampoco podemos decir que sea un thriller, ya que no hay ningún misterio que descubrir o aclarar: todo lo que pasa es simplemente lo que vemos a lo largo de la acción, casi siempre en exteriores y a plena luz del día. Quizás en la línea de otras cintas de delincuentes (como Bonnie y Clyde, de Arthur Penn), en ésta más que la sicología o el estudio de los personajes lo que nos interesa es la progresión de la línea narrativa.

Y es sabido que durante el rodaje Ali y Steve sostuvieron un evidente romance, que acabó en boda al completarse la película... y en divorcio cinco años después. Quizás ese idilio explique sus malas interpretaciones, con McQueen totalmente inexpresivo, pero el lastre más fuerte lo aporta el trabajo de Ali MacGraw (encumbrada por su reciente Love Story), que hace de chica mona, totalmente carente de matices, que pone la misma cara cuando está con su marido, que al ir conduciendo, que al protagonizar una persecución o al entrar de lleno en un furioso tiroteo con rifles, de esas balaceras que destrozan puertas, barandillas de escaleras y todo lo que le pongan por delante. Decían algunos (mordaces) críticos que la parejita estaba tan embelesada que ni hacían caso de las indicaciones del mismo Peckinpah...

En el aspecto técnico, eso sí, contamos con la luminosa fotografía de Lucien Ballard o con la vibrante y adecuada banda sonora de Quincy Jones. Y siempre se dice sobre esta película que, como termina con sus héroes huyendo impunemente a Méjico, forrados de dólares, felices y contentos, al estrenarse en la España del tardofranquismo de los años setenta, la censura no se quedó contenta, y congeló el último plano, mientras se oía una voz en off explicando que los ladrones son detenidos tras pasar la frontera y cumplen justa condena en la cárcel. Ya sabemos, pues, que "el criminal (o el delincuente) nunca gana", que quede claro. Poco que decir, en cambio, del remake que tuvo la cinta bastantes años después, en 1994, dirigido por Roger Donaldson y con Alec Baldwin y Kim Basinger como estrellas, una versión que pasó casi desapercibida...


(16-06-2024)


 


Dirigida por

Género

Nacionalidad

Duración

123'

Año de producción

Trailer

La huida (1972) - by , Jun 16, 2024
3 / 5 stars
La fuga interminable