Enrique Colmena

La trigesimoséptima edición de los Premios ASECAN, que entrega la Asociación de Escritoras y Escritores Cinematográficos de Andalucía, galardones decanos entre los de ámbito regional en España, tuvo lugar ayer sábado día 22 de diciembre en Sevilla, en el Espacio Platea Odeón Imperdible, en el Centro Comercial Plaza de Armas, que se aloja en la histórica estación de ferrocarril de ese mismo nombre, construida hace ya casi siglo y cuarto bajo las órdenes del ingeniero Suárez y Albizu. Bajo la inmensa bóveda de la antigua estación tuvo lugar esta nueva edición, en el que hubo dos títulos, una serie y una película, que se coronaron como los mejores del 2024 para los socios de ASECAN.

La película fue Solos en la noche, una producción de Summer Films y La Claqueta, dirigida por Guillermo Rojas, que imagina qué podría haber pasado en un despacho laboralista aquella tarde/noche/madrugada del 23-F, en 1981, cuando el teniente coronel Tejero, al mando de un destacamento de guardias civiles, asaltó el Congreso y, con ello, puso en jaque a la joven democracia española, justo en el momento en el que se procedía a la votación para elegir a Leopoldo Calvo Sotelo como nuevo presidente del gobierno, tras la dimisión (nunca suficientemente explicada...) de Adolfo Suárez. En ese contexto, conocemos a seis personajes (que, en contra de la famosa obra teatral, no están a la espera de un autor...), cómo se desenvuelven en esa situación, con las noticias que llegan del Congreso y de otras partes (Valencia, con Milans del Bosch poniendo los tanques en la calle...), pero también, y quizá sobre todo, con las cuitas erótico-sentimentales de los seis susodichos protagonistas. Los premios para Solos en la noche (cuyo título recuerda, por cierto, aquella vieja peli de Garci, Solos en la madrugada...) fueron a Mejor Película, Mejor Dirección de Película, Mejor Guion de Película y Mejor Interpretación Femenina, para Beatriz Arjona.

La serie fue En fin, un audiovisual de 6 capítulos disponible en Prime Video, creada por David Sáinz y Enrique Lojo y dirigida por el primero de ellos, una serie sobre un no-apocalipsis (habrá que inventar el concepto: ya que existe el cine postapocalíptico, esta sería una serie noapocalíptica...) centrada en un pobre diablo que invierte los supuestos últimos meses de su vida (ante la anunciada llegada de un planeta errante que borraría nuestra civilización) en una continua francachela; pero al final, burla burlando, el planeta de marras pasó de largo, como el autobús que te deja tirado en la parada con la manita levantada. Entonces habrá que intentar recomponer la vida familiar abandonada... En fin se llevó nada menos que tres Premios ASECAN (Mejor Serie, Mejor Dirección de Serie y Mejor Guion de Serie), e incluso se podría considerar que han sido cuatro, por cuanto David Sáinz, alma mater del audiovisual, también se llevó otro premio, el denominado Otros Formatos, para su podcast Un mundo violento. Sáinz, a la chita callando, desde que empezara con aquella entrañablemente cutre pero tan divertida parodia de superhéroes Flaman, pasando por la mítica comedia negra (nigérrima, más bien) Malviviendo, se está haciendo un nombre dentro del audiovisual andaluz y español, y nos parece que está llamado a hacer grandes cosas en el ámbito televisivo y/o cinematográfico.

La infiltrada (con coproducción minoritaria andaluza a través de la productora Esto también pasará) consiguió ex aequo el premio a Mejor Película, junto a Solos en la noche, mientras que el de Mejor Interpretación Masculina recayó en el actor algecireño Víctor Clavijo por su papel protagonista en la miniserie El marqués, ambientada en el contexto del famoso “Crimen de los Galindos”, y emitida en su momento por Telecinco, estando ahora disponible en Prime Video.

El Premio ASECAN No Ficción (podría también denominarse Documental...) recayó en María la Portuguesa, evocación en clave lírica y nostálgica de la famosa canción homónima de Carlos Cano, y el Premio a la Mejor Música fue para Pilar Onares por su inspirada banda sonora escrita para Summers el rebelde, de Miguel Olid.

El Premio al Mejor Corto fue para La noche dentro, de Antonio Cuesta, el de Mejor Libro para Elmer Bernstein, melodías de Hollywood, del que es autor Juan Ignacio Valenzuela, sobre el mítico compositor autor de bandas sonoras tan conocidas como Los siete magníficos o La gran evasión. Los premios ASECAN rebautizados con el nombre de nuestro inolvidable compañero Juan Antonio Bermúdez fueron para: el de Mejor Labor de Difusión, para la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales (AAMMA), y el de Labor Informativa, para la revista digital de crítica e información cinematográfica mundoCine. El premio ASECAN Industria fue para Juan Manuel Hernández Sepúlveda, y el Premio de Honor, para la gran María Alfonsa Rosso, actriz de largo recorrido, casi siempre en papeles de reparto, pero inconfundible y enorme en su talento.

La ceremonia resultó entretenida, presentada por Marta Jiménez y Miguel Ángel Parra, con Rafa Pontes entre el público, aportando los correspondientes toques humorísticos. Las actuaciones musicales, agradables y relacionadas con el mundo del cine, como la peculiar introducción que hizo Paz de Alarcón parafraseando el famoso Willkomnen, bienvenue, welcome de Cabaret, adaptándolo a la ocasión, o su homenaje a la recientemente fallecida Marisa Paredes cantando el Piensa en mí que la diva madrileña cantaba (con la voz de Luz Casal, que ya era un lujo) en Tacones lejanos.

La ceremonia, que consiguió cumplir la duración prevista de 2 horas, no tuvo, curiosamente, reivindicaciones políticas como tantas veces ocurre en este tipo de actos, casi siempre en boca de los premiados, que se limitaron a las correspondientes gracias a todo quisque (aunque es verdad que estuvieron bastante comedidos, en general). Solo los propios presentadores, dentro del guion, tuvieron al final algunas palabras sobre el genocidio de Gaza, pero poco más. La fórmula escogida este año, la entrega de premios en el transcurso de un cóctel, nos pareció que presentaba algún problema en cuanto a la atención de los invitados, un tanto dispersos en sus conversaciones de los corrillos, lo que hizo que los presentadores tuvieran que pedir varias veces respeto para los premiados y sus discursos de agradecimiento.

En cualquier caso, hay que dar la enhorabuena a la presidenta de ASECAN, Lourdes Palacios, a su Directiva, y a toda la organización de esta 37 edición de los premios cinematográficos autonómicos más longevos de España. Sabemos que los medios económicos y humanos son muy limitados, y que Lourdes y los suyos sacan petróleo de donde no hay, así que solo puede haber parabienes para una gala que confirma, de nuevo, la buena salud del audiovisual andaluz.

Ilustración: Foto de familia con todos los galardonados en los 37 Premios ASECAN.