Serie: El día

ESTRENO EN FILMIN

Las muestras de las películas y series que tratan fundamentalmente sobre atracos son ciertamente numerosas; por citar algunas de las clásicas, hablaremos de Atraco perfecto, de Kubrick, Rififí, de Dassin, o Tarde de perros, de Lumet, y si nos ceñimos a nuestro tiempo, podrían citarse títulos como La casa de papel, Way down o Caleidoscopio. Pero hay más, muchas más... Decimos esto porque, lógicamente, cada vez que se avanza en el tiempo es más difícil encontrar formas de presentar atracos que no sean ya redundantes con las muchas veces que hemos visto ese mismo tipo de historias en la pantalla. En ese sentido, nos parece que esta serie belga (con coproducción minoritaria germano-norteamericana) ha dado en la tecla con su planteamiento.

Ese planteamiento no es otro que el siguiente: se trata de presentar un atraco (de los que suelen tener vocación de “perfecto”, aunque después salgan como el rosario de la aurora...) de tal forma que en pantalla aparezca avanzando hora a hora (con ese mismo minutaje de cada episodio), y alternando en cada capítulo la visión de los policías y la de los atracadores, con uno para cada uno de esos grupos. El hecho de que se trate de un atraco con rehenes, por supuesto, aporta el plus habitual de intensidad y emoción, al estar en juego vidas humanas.

La acción se inicia, entonces, a las 7 de la mañana, en Brujas, ciudad de la zona flamenca de Bélgica. Vemos de entrada a un negociador hablando por teléfono con un atracador; este hace varios disparos... entonces nos enteramos de que es un simulacro para evaluar a un negociador en prácticas, de nombre Ibrahim (y, por tanto, de etnia árabe, plenamente integrado en la sociedad belga). Este nuevo negociador deberá ocupar el lugar de Vos, la negociadora que se marcha a Homicidios, quizá cansada de un puesto de tanta responsabilidad y tanta intensidad emocional. El jefe de su equipo, Ivo, intenta infructuosamente que Vos desista de su intención de irse. En esas están cuando reciben un aviso: hay un banco que está siendo atracado. Al llegar allí, se enteran de que hay bombas colocadas para impedir la entrada de la policía, y comienza el toma y daca con los negociadores, siendo Ibrahim, asistido por Vos y Roland, otro compañero veterano, el que toma las riendas de la negociación. Pronto la Policía empieza a detectar pistas extrañas, como una grabación de vídeo de seguridad en la que parece que es el propio director del banco el que es cómplice del atraco...

Los creadores de la serie, Jonas Geirnaert y Julie Mahieu, son gente joven que se iniciaron como guionistas (como es bastante habitual en la figura relativamente reciente del "creador" o "showrunner"), aunque no tienen todavía una carrera demasiado larga como tales. También se desempeñan como actores, en esa tónica moderna de la gente del cine que les empuja a ser un poco de todo (y está bien, por supuesto: recordemos a Chaplin, por ejemplo, que era a la vez director, guionista, actor, productor y hasta músico…). Su trabajo no parece el de gente novata, sino ya experimentada, consiguiendo un producto sólido, bien construido e intrigante, con los correspondientes "cliffhangers" al final de cada capítulo, escenas álgidas que dejan en punta la acción.

La serie, de 12 capítulos de unos 60 minutos cada uno, va transcurriendo a lo largo de una sola jornada ("el día" del título), tiempo en el que la trama irá desarrollándose e iremos asistiendo a interesantes giros de guion, algunos muy ingeniosos, pero que por supuesto no deben ser revelados para que surtan sus oportunos efectos.

Se alternan, como queda dicho, las visiones de polis y ladros (como se diría si habláramos del popular juego infantil), de tal manera que al capítulo impar, que corresponde a los maderos, le sigue el par, que supone ver la acción desde la perspectiva de los cacos. Ese sistema, sin duda novedoso, y que constituye una de las bazas en cuanto a la originalidad del producto, es cierto que también tiene sus pegas; y es que hay algún problema en presentar la misma escena de intriga duplicada en distintos episodios; de esta forma se corre el riesgo de no alcanzar el mismo nivel de tensión la segunda vez que se presentan esas escenas, al conocerse ya el desenlace, sobre todo si no hay elementos novedosos en esa segunda vez... Es verdad que tampoco son demasiado estrictos en lo de la separación entre las dos visiones diferentes del atraco, siendo en esto más o menos flexibles, quizá precisamente para no incurrir en esas repeticiones que podrían hacer decaer el ritmo y la narración.

Con una buena puesta en escena, aunque un tanto marrullera argumentalmente, la serie juega con habilidad con este atraco que, en puridad, es otra cosa, como se aprecia en los primeros capítulos, y con una interesante serie de giros de guion, y de personajes que cambian de buenos a malos en un pispás (además, con una crueldad y una frialdad pasmosas...), que hacen muy atractiva e intrigante la historia, que es a lo que aspira, lícitamente, el producto. En especial uno de los personajes, que no debe desvelarse, resulta ser extremadamente taimado, inteligente, inmisericorde y manipulador, dando cuerpo a un formidable arquetipo de villano, además muy inesperado.

Como suele ocurrir con el thriller moderno, también aquí conoceremos algunas circunstancias personales de los protagonistas, en especial del personaje central, la negociadora Vos, cuyo padre, ingresado de una enfermedad terminal en un hospital, se constituye en un continuo remordimiento para la agente, demediada entre su deber profesional y su deber para con su familia, asistiendo a los últimos días de vida de su progenitor. Hay también una mirada poco afable hacia los ricos, los que siempre van avasallando con su dinero y su posición, en una familia adinerada que, además, tendrá bastante que ver con el meollo de la trama. Tampoco salen muy bien parados los de la prensa sensacionalista, pintados aquí como gente sin escrúpulos que buscan a toda costa la noticia, no importándole que ello pueda poner en peligro a inocentes, aunque una última maniobra, en los capítulos finales, parecen venir a decir que, en el fondo, estos reporteros buitres también tienen su corazoncito...

También las relaciones entre los atracadores tienen su interés, con personalidades (y motivaciones...) muy distintas, desde la pura venganza a la busca de la paz de espíritu cumpliendo determinadas responsabilidades con terceros.

Formalmente, la serie suele seguir a los personajes en su deambular, mayormente a los policías que intentan pillar a los atracadores, con una cámara ágil y que se mueve por todos lados, aunque sin buscar el alarde de “¡oh, qué plano secuencia...!”, sino ajustándose a las necesidades de cada escena.

Bien contada, con una narración solvente y profesional, filmada con firmeza y resolución, estamos ante un inteligente thriller de atracos y rehenes, que juega con habilidad con el (supuesto) tiempo real, aunque en realidad no es así, al estar trucado, y con una buena dosis de escenas de tensión e intriga, quizá lo mejor de la serie. Entre los fallos (que se pueden considerar menores), además de la duplicación de la narración en los dos capítulos en los que se narra la historia con las dos perspectivas encontradas, hay algunas cosas en el guion que chirrían, como el hecho de que, para comprar un paquete de patatas fritas, alguno de los protagonistas tenga que ir al banco a sacar dinero, de lo que se deduce que, o bien el guionista no anduvo muy fino y coherente, o en Bélgica comprar un paquete de “chips” es más caro que irse a cenar a un restaurante con mantel de algodón...

Buen trabajo actoral en general, de intérpretes belgas flamencos ciertamente poco conocidos fuera de su país.

(28-10-2024)


El día - by , Oct 28, 2024
4 / 5 stars
Un atraco con rehenes intrigante y novedoso