Pelicula:

CINE EN SALAS

La Segunda Guerra Mundial ha sido, es, y seguramente será, un venero prácticamente inagotable de audiovisuales: aquella tragedia que costó la vida a una cantidad ingente de personas (se calcula que en torno a 55 millones) funciona, por supuesto, como fuente de inspiración (espero que también como vacuna para que no se repita, aunque de esto, a día de hoy, no estoy tan seguro…) para cientos, miles de cineastas de todo tipo y nacionalidad, desde mil y una perspectivas. 

Sobre los juicios que tuvieron lugar tras la rendición del Tercer Reich se han hecho varios films, tanto de ficción como documentales, y también series televisivas. El producto más (re)conocido de todos ellos es, sin duda, Vencedores o vencidos (1961), título con el que se estrenó en España Judgement at Nuremberg, la película dirigida y producida por Stanley Kramer, un hombre y un nombre a reivindicar como el cineasta liberal, humanista y progresista que fue. 

Esta Núremberg, aunque pudiera parecer que va de lo mismo, en realidad no es exactamente así, porque se ambienta en el primero de los varios juicios que se plantearon contra líderes nazis, mientras que Vencedores o vencidos lo hacía en un juicio posterior. En esta Núremberg se juzgó a Herman Göring, número dos en el escalafón del Tercer Reich, sustituto natural, por tanto, del mismísimo Hitler, y a otros 21 altos dirigentes de aquel régimen brutal y sanguinario, entre ellos Rudolf Hess, que sería, a posteriori, el único que permaneció vivo durante décadas, encarcelado en la famosa cárcel de Spandau.

La peli se inicia al día siguiente de la rendición del régimen nazi, en mayo de 1945. En una carretera repleta de personas que huyen, el ejército norteamericano detiene a Göring, que intenta escapar en un coche. Trasladado a una prisión, los aliados debaten qué hacer con él y con otros altos cargos del Tercer Reich. El juez Jackson, con aspiraciones a presidir el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, es elegido para llevar la acusación contra los militares nazis. Paralelamente, al doctor Kelley, psiquiatra, con rango de mayor del ejército USA, se le encomienda que evalúe si los 22 altos cargos nazis están cuerdos o locos. Kelley traba pronto una relación especial con Göring, viendo en el narcisismo de éste una forma de aproximarse a él y que confíe en su persona…

James Vanderbilt (Norwalk, Estados Unidos, 1975), el director del film, procede del campo de los guionistas, tarea en la que se viene desempeñando desde prácticamente principios de este siglo. Como tal, ha sido muy ecléctico y profesional, estando en productos bien considerados por crítica y público, como la terrorífica En la oscuridad, de Jonathan Liebesman, y Zodiac, de David Fincher, pero también en otros tenidos por bastante endebles, como la secuela Independence Day: Contraataque o algunas de las enésimas continuaciones de la saga Scream que aún se perpetran. Como director, Vanderbilt tiene todavía una corta experiencia, siendo esta su segunda peli como tal, tras su debut en La verdad (Truth), sobre el reportaje televisivo de la CBS en torno al controvertido servicio militar del entonces presidente George W. Bush, un reportaje que les costó la carrera a los periodistas que lo realizaron.

La película funciona sobre todo gracias al guion (basado en el libro El nazi y el psiquiatra, de Jack El-Hai), que es el fuerte de Vanderbilt, en esta historia ciertamente llena de fuerza (sobre todo porque la historia real ya la tenía…), a vueltas con la extraña relación que se forjó entre un criminal de guerra como Göring, un tipo de una inteligencia ciertamente muy superior a la media, pero también muy pagado de sí mismo, y el hábil psiquiatra que lo evaluó, una relación que quizá no pudiera catalogarse como amistad, pero ciertamente sí tuvo evidentes puntos de encuentro en el que ambos se sentían cómodos. El hecho de que el doctor Kelley sirviera de mensajero para Göring, llevándole cartas a su mujer y a su hija, también fortaleció esta peculiar relación que, sin embargo, no pudo resistir la prueba de fuego del conocimiento por parte de Kelley de las atrocidades cometidas por el régimen nazi en los llamados campos de trabajo para judíos (y comunistas, y gitanos, y homosexuales…), que no eran otra cosa sino campos de exterminio sistemático. Esa “prueba del nueve” será, por supuesto, insoportable para Kelley, pero también será el comienzo de su declive personal, que lo llevaría, tras la terminación de los juicios, a una espiral de autodegradación de la que no se recuperaría. 

Sólido trabajo profesional de todo el equipo, en una película rodada en Hungría, que actúa como país coproductor, un sólido trabajo que se cimenta, además del excelente desempeño de los técnicos, en una sobresaliente actuación de los actores, en especial de Russell Crowe, que hace toda una creación del personaje de Göring, un personaje ciertamente tan fascinante (a fuer de humano, porque, ¡oh, sorpresa!, resulta que los nazis no tenían cuernos ni rabo…) como, en el fondo, sabiendo lo que sabemos, repugnante en su fanática convicción de la supremacía de una raza sobre las otras. 

Rami Malek, que le da la réplica, se mantiene a su altura, lo cual ciertamente era difícil, teniendo en cuenta que el personaje de Göring era un “bombón” en términos interpretativos, y que el rol de Malek, el doctor Kelley, era mucho más dubitativo y sin el carisma del temible (y terrible) Reichsmarschall, el número dos de un régimen atroz. Del resto nos quedamos con las sabias interpretaciones de Michael Shannon, que hace del juez Jackson, pero sobre todo con la del británico Richard L. Grant, cuyo último y brillantísimo interrogatorio a Göring, tendiéndole una astuta trampa, propició que el arrogante oficial nazi se “retratara” y, con ello, se consiguiera el veredicto que los aliados anhelaban.


(05/12/2025)


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138'

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Núremberg - by , Dec 05, 2025
3 / 5 stars
El nazi y el psiquiatra