Serie: Nolly

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La insaciable maquinaria de las plataformas requiere de un creciente número de productos audiovisuales con la que nutrir los respectivos públicos de cada una de ellas. Con más frecuencia de la deseable (aunque quizá sea lógico), ello va en desdoro de la calidad, dándose mucho el caso de productos desechables incluso antes de haberse estrenado. No obstante, también hay series que tienen su interés y que, sin ser obras maestras (ni nadie se lo pedía...), sí mantienen razonablemente la atención del espectador y tienen cosas que contar.

En este caso lo que se nos cuenta es una historia real (un venero en el que las series y, sobre todo, las miniseries, beben sin descanso), la de la famosa actriz Noele “Nolly” Gordon, toda una institución de la televisión británica, habiendo sido la primera mujer, siendo muy joven, en aparecer en una televisión en color en su país, allá por 1938. Posteriormente Nolly, como la llamaban todos, desarrolló una feraz carrera como actriz, convirtiéndose en un icono de la pequeña pantalla en el Reino Unido, con telenovelas que se hicieron popularísimas y le dieron fama y dinero. También es cierto, o así lo indica esta miniserie de 3 capítulos, que Nolly se endiosó con el tiempo y se convirtió en un personaje tan admirado por el público como tóxico para sus compañeros de grabación y, sobre todo, para los que, supuestamente, la dirigían, convirtiéndose en una dominadora y manipuladora de todos, sabiéndose importante, por no decir imprescindible. Pero esa forma de actuar le traería sinsabores, como verse descabalgada de la famosísima serie que lideraba, Crossroads, lo que le ocurrió en 1981, convirtiéndose esa eliminación de su personaje casi en una cuestión de estado, dado lo polémico del caso y el extraordinario predicamento que su personaje, y ella misma, tenían entre el público televidente. Ello supondría un intenso y prolongado debate en los medios de comunicación, que mantuvo en vilo a la opinión pública durante semanas y meses.

Stephen T. Davies, el creador de esta miniserie, es uno de los más famosos guionistas y productores británicos, habiendo estado a los mandos en el “reboot” de la longeva,  (casi) inmortal serie Doctor Who, en las nuevas temporadas que se han ido realizando de este venerable producto audiovisual a lo largo de lo que llevamos del siglo XXI, pero también en otros muchos éxitos de la televisión en inglés, como Queer as Folk (en ambas series, la primitiva británica y la posterior yanqui), que contribuyó notablemente a la normalización de la temática gay en la pequeña pantalla, además de Torchwood y Years and years, entre otras muchas. Davies sabe lo que se trae entre manos, y sus ficciones (aunque estén basadas, como esta, en una historia real) consiguen atrapar al espectador con tramas atractivas, buenos diálogos, personajes bien desarrollados y, a ser posible (como es el caso), una presencia impactante, como ocurre aquí con Helena Bonham Carter, que es ella sola ya media miniserie...

Su personaje, esta controvertida Nolly, adorada y odiada a partes iguales, por fans y compañeros, se nos presenta como una mujer dotada de un poco común sentido común, si vale la casi contradicción, lo que hace que todos en su entorno acepten sus indicaciones, como si fuera ella la directora de la miniserie, y no el director propiamente dicho; evidentemente, este tipo de cuestiones suelen tener mal término, porque al que manda no le gusta ser ninguneado, como ocurría aquí. Porque la palabra de Nolly, según esta miniserie, era ley; ella sabía lo que quería y no admitía réplica.  No le faltaba razón: y es que el dramático (podríamos llamarlo también “culebrón”, si no fuera por las connotaciones negativas del término) que lideraba, Crossroads, alcanzaba los 15 millones de audiencia en cada episodio, cifra estratosférica hoy día directamente imposible.

En un rasgo elogiable, a fuer de autocrítico, la principal productora (y principal distribuidora también en el Reino Unido) de esta miniserie, la International Television, la mítica ITV, resulta que era la empresa dueña de la subsidiaria ATV, que fue la productora de Crossroads durante los años que estuvo en antena, y que fue también la que, en su cúpula, le puso la proa a Nolly (por la labor de zapa del director de la serie, que no soportaba que fuera la diva la que mandara en el plató, y no él) hasta acabar artísticamente con ella, aunque la actriz no se lo puso fácil, con varios astutos contraataques que en la miniserie funcionan muy bien, haciendo de esta Nolly un producto agradable, no precisamente exento de aristas, y que habla entre otras cuestiones de los entresijos de los platos televisivos, de lo que se cuece entre bambalinas, con sus zancadillas, sus egos endiosados, etc. Una mirada agria, entonces, hacia ese microcosmos de la producción televisiva dirigido a un público medio, en el que habrá lugar para todo: para la solidaridad, pero también para las puñaladas traperas, para las traiciones menos esperadas.
 
Formalmente la miniserie gusta de los planos largos, con buenos diálogos marca de la casa, llenos de ironía y de réplicas y dúplicas mordaces, con buen ritmo, dejándose ver con agrado.

Como curiosidad, la propia Helena Bonham Carter, alma mater de este producto, viene a ser, de alguna manera, como la Nolly a la que encarna: no decimos que se comportara como ella, pero sí que, evidentemente, la miniserie gira de forma absoluta en torno a Helena, siendo la obvia estrella de la misma. Por supuesto, Bonham Carter está espléndida, y es difícil imaginar otra actriz en este papel, un auténtico bombón para una intérprete de su amplio registro actoral, que ella resuelve con lo que parece una pasmosa sencillez (que, por supuesto, no será tal: la supuesta sencillez se consigue a fuerza de trabajar y trabajar...).


Nolly - by , Apr 05, 2024
3 / 5 stars
La diva que mandaba en el plató