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Leo McCarey (Los Ángeles, 1896 – Santa Mónica, 1969) fue un cineasta que no gozó del mismo predicamento de los grandes de la comedia clásica norteamericana (Hawks, Cukor, Lubitsch, Capra, Wilder...), pero ciertamente su trayectoria en el cine es muy atractiva. Comenzó a dirigir jovencísimo, con solo 25 años, en la época del cine mudo, encargándose de la realización de alrededor de 60 cortos, tiempo en el que se asoció con uno de los nombres fundamentales de la etapa silente, Hal Roach, y además descubrió el potencial cómico de Stan Laurel y Oliver Hardy, a los que unió como El Gordo y El Flaco.


Ya en la etapa sonora, McCarey se especializó mayormente en comedias, no solo para Laurel y Hardy, de las que hizo un buen puñado, sino de todo tipo, con algunos títulos ciertamente memorables, como la espléndida Sopa de ganso (1933), quizá la obra maestra de los hermanos Marx, y dos versiones de una misma historia, ambas tituladas Tú y yo, rodadas en 1939, con Charles Boyer e Irene Dunne, y en 1957, con Cary Grant y Deborah Kerr, ambos maravillosos dramas románticos, historia que Warren Beatty, como  director  y protagonista, retomaría años más tarde en Un asunto de amor (1994), muy inferior. Algunos films de McCarey de corte marcadamente anticomunista durante los años cincuenta y sesenta le granjearon la enemistad de la crítica de izquierdas, la preponderante en la época, y ello quizá influyó en una consideración artística inferior a la que realmente merecía.

Pues McCarey es también el autor de esta divertida comedia romántica, La pícara puritana, cuya traducción literal del título original The awful truth sería algo así como “la terrible verdad”: al distribuidor español le debió pillar creativo a la hora de ponerle título para su exhibición en nuestro país... La trama se ambienta en su momento histórico, en el segundo lustro de los años treinta, en los Estados Unidos. Conocemos a la pareja formada por Jerry y Lucy, marido y mujer, que aparentemente se llevan muy bien, pero cuyos celos mutuos hacen que terminen en un abrupto proceso de separación. Ya divorciados, ella se compromete con Daniel, un ingeniero con madre sobreprotectora tirando a insoportable. Jerry, que en el fondo sigue enamorado de su mujer, aunque no lo reconozca ni aunque lo maten, se dedica a sabotear ladinamente la relación de Lucy con el ingeniero... Pero es que después será ella la que se ponga a la labor de boicotear el futuro himeneo de su ex...

Estamos ante una comedia de ambiente elegante, ligera, de brillante ritmo, con buenos diálogos, llenos de ironía; una comedia que no ha envejecido nada, salvo, lógicamente, por los usos y costumbres amorosos, aquí muy recatados; ya entonces estaba en vigor en los USA el disparatado Código Hays de la Censura, que impedía, por ejemplo, que los besos (sin lengua, of course...) duraran más de 3 segundos, o que los hombres pudieran lucir el ombligo (de lo otro ya ni hablamos...). Pero al margen de esas circunstancias censoriles, lo cierto es que esta comedia romántica se mantiene perfectamente, combinando con inteligencia el tono romántico (en su vertiente de putaditas a hacer al ser humano amado para que no se case con otro...) con el de comedia de enredos, con algunas escenas muy divertidas en esa línea, como la de los sombreros, típica de la clásica comedia de puertas y ventanas que se abren y cierran...

Las escenas en las que ambos excónyuges se dedican astutamente a fastidiar las mutuas parejas en ciernes están bien urdidas y resueltas, en especial las que monta ella contra él, haciéndose pasar por la hermana basta, una auténtica gamberra, que chirría en la familia de la novia de Jerry, que son de la cofradía del meñique tieso; todo esto en una parte final del film que está trufada de un humor “destroyer”, brutal, quizá incluso un tanto grouchista.

Otras divertidas escenas incluyen la del juicio por divorcio de los protagonistas, con un perro, Mr. Smith (buen nombre para un can...), que será la piedra de toque que decidirá hacia qué lado se inclina la balanza judicial

Gran trabajo de la pareja protagonista, el gran Cary Grant, tan dotado para la comedia romántica como para el drama y el thriller, como demostró reiteradamente a lo largo de su fecunda carrera, e Irene Dunne, una actriz que se manejaba perfectamente en este tipo de productos de acerados diálogos y vertiginoso ritmo.

(18-03-2024)


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90'

Año de producción

La pícara puritana - by , Mar 18, 2024
3 / 5 stars
Brillante comedia romántica y de enredo