Un silencio

(Esta película forma parte de la Sección Oficial del 20 FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA – SEFF’2023).

Joachim Lafosse (Uccle, 1975) es un guionista y director de cine belga que se ha hecho de un apreciable prestigio como cineasta seguro y con cosas que decir. Es un digno sucesor de los grandes directores belgas, de gente del nivel de los históricos  (y ya difuntos) Agnès Varda, André Delvaux y Chantal Akerman, o de los todavía en activo hermanos Dardenne. Lafosse está dirigiendo cine desde principios de este siglo XXI, con títulos que han gozado de fama en su país y en el extranjero, distribuyéndose normalmente sus películas en Occidente (incluida España) con normalidad, siendo su nombre garantía de calidad e interés. Así, se ha visto en nuestro país films como Propiedad privada (2006), con Isabelle Huppert y el dardenneano Jérémie Renier, Perder la razón (2012), con la también antigua actriz fetiche de los Dardenne, Émilie Dequenne, y el gran Niels Arestrup, y Un amor intranquilo (2021), entre otras obras.

Su cine gira casi siempre en torno a la familia, un microcosmos que, como el buen cinéfilo sabe, es generador de una extraordinaria y quizá infinita gama de posibilidades argumentales de toda laya. Es cierto que la mirada de Lafosse, en general, sobre la familia, suele fijarse más en sus contradicciones, también en sus perversiones, que en sus ventajas, pero esa es la grandeza de la institución humana por naturaleza, en la que cabe todo y lo aguanta todo.

Aquí la historia nos presenta a una familia formada por el paterfamilias, François Schaar, prestigioso abogado que lleva varios años como defensor de una familia víctima de un grave caso de abusos sexuales en menores, un caso de gran repercusión mediática que hace que la casa del letrado esté permanentemente rodeada de periodistas; la esposa, Astrid, que durante un cuarto de siglo ha silenciado un turbio asunto en el que su esposo estuvo involucrado, cuando, durante el embarazo de su primera hija, Caroline, este tuvo un asunto sexual con el hermano todavía menor de edad de Astrid; y el hijo menor, Raphaël, adoptado, un joven en torno a los 18 años. Aquel asunto sobre el que Astrid ha mantenido silencio durante tanto tiempo amenaza con salir a la luz; entonces, los acontecimientos se sucederán, en una espiral sin freno...

Lafosse, como decimos, es un hábil diseccionador de las miserias que, con cierta frecuencia, asuelan a la familia; aquí su tema será la hipocresía, en especial la del padre de familia que aparenta ser un adalid contra la pederastia, un paladín de sus defendidos que han sido abyectamente abusados, cuando resulta que él tiene mucho que esconder: y es que más que un esqueleto en el armario, tiene un cementerio entero... También habla Lafosse de la contaminación del delito, cómo los próximos, especialmente si no están aún debidamente formados, pueden caer en las mismas lacras que aquellos que, supuestamente, debían velar por ellos.

Todo ello en un intenso melodrama, con la fuerza que da la propia historia, sin que Lafosse (que temáticamente recuerda un poco a Michael Haneke, aunque sin el estilazo del cineasta austríaco –aunque nacido en Alemania-) tenga que subrayar nada porque la propia trama, con los sucesivos descubrimientos que se van produciendo, ya la hace avanzar y nos lleva de la mano vertiginosamente. El cineasta belga demuestra saber manejar bien las cartas de la tensión, que, como decimos, se va produciendo de una forma casi natural, a la par que vamos enterándonos de lo que (es cierto) en parte se veía venir. Pero esa relativa previsibilidad nos parece que no le quita fuerza al film, una denuncia sobre (permítannos la metáfora bíblica) los farisaicos sepulcros blanqueados por fuera y podridos por dentro.

Buen trabajo actoral, en especial por parte del siempre estupendo Daniel Auteuil, aquí en un personaje que podría ser directa y simplemente despreciable, pero que él sabe dotar de algo parecido a la humanidad. A su lado, Emmanuelle Devos arrostra un personaje difícil, la mujer que, sabiendo lo que sabe de su marido, sin embargo prefiere mirar para otro lado, quizá buscando mantener la unidad de la familia, aunque quizá también por pura cobardía para afrontar un asunto que les desestabilizará a todos, que les cambiará la vida.

(29-11-2023)