Antonia y Jane

Presentada en el Festival de Venecia de 1992, esta cinta, Antonia y Jane, es un ejemplo más de la inteligente política fílmica de la BBC, la modélica cadena de televisión pública británica, que sabe dar oportunidades a los cineastas para que realicen un tipo de cine poco viable sin ayuda institucional.

El film está dirigido por Beeban Kidron, una realizadora de la que ya conocemos su posterior e interesante Used people (en España titulada Romance otoñal), una cinta coral cuyo reparto encabezaban dos veteranos de la talla de Shirley MacLaine y Marcello Mastroianni. De aquellos muchos personajes se pasa aquí, por el contrario, a centrar la historia en estas dos mujeres, Jane y Antonia, unidas por sesiones ante el psicoanalista.

En efecto, la cita es, fundamentalmente, el retrato femenino de estas dos mujeres, amigas desde la infancia y que coincidirán muchos años después en el diván del psicoanalista, también en este caso una mujer. Antonia y Jane, Jane y Antonia, irán presentando ante el espectador un auténtico puzzle con distintos pasajes de su vida, unas veces coincidiendo entre sí, otras por derroteros distintos.

En el dibujo de los personajes está claro que la directora cuida a sus dos protagonistas, en tanto presenta al resto –especialmente a los hombres— con un cariz mucho más esquemático y caricaturesco, sin que por ello pueda interpretarse el film desde una clave abiertamente feminista, simplemente se nota en Beeban Kidron que quiere mucho más a su pareja protagonista que al resto.

Con leves y lejanas reminiscencias del cine de Woody Allen, con una eficaz y habilidosa narrativa y con un sólido trabajo de la pareja de actrices principales, se advierte en Antonia y Jane un tono humanista y comprensivo con la época que nos ha tocado vivir que también estará presente en la posterior y citada Used people, más compleja y elaborada pero con el mismo tono simpático y de guiño al espectador que ya tiene esta sencilla y recomendable película.