¡Atraco!

Sigue la buena relación entre las cinematografías española y argentina de la que de vez en cuando se obtienen notables resultados. En esta ocasión es Pedro Costa, un guionista y realizador que se pateó las crónicas de sucesos de la etapa franquista y muchos de ellos los llevó a la pantalla grande (produjo Amantes, de Vicente Aranda, dirigió El caso Almería) y otros se convirtieron en series para la televisión, como La huella del crimen, el que con Eduard Cortés han destapado uno más de aquellos hechos luctuosos y esta vez lo han llevado a cabo para exhibirlo en las salas comerciales.

En el invierno de 1955 se efectuó un robo en una joyería de una céntrica calle de la capital de España que resultó bastante insólito, ya que el propietario estaba enterado de que se iba a producir el atraco. En aquellos días el general argentino Perón, exiliado en Panamá, estaba en situación económica bastante crítica. Uno de sus ayudantes empeñó las joyas de Eva Perón en esa joyería de Madrid para poder tener liquidez y hacer frente a los gastos. Ante la sospecha de que pudieran desaparecer, ya que el establecimiento era visitado con frecuencia por doña Carmen Polo, esposa de Franco, organizaron el robo para recuperarlas y ponerlas a buen recaudo.

Con este hecho real se ha articulado una parte ficticia que da cuerpo al argumento de esta historia que no se ha realizado de forma muy seria, excepto al final, sino con un tono irónico y de comedia al comienzo, ya que los dos personajes encargados de llevar a cabo el torpe atraco, un guardaespaldas peronista y un joven aspirante a actor, que se hacen pasar por uruguayos para despistar, van vestidos de un uniforme alquilado que creen que pertenece a un cuerpo del ejército cuando en realidad se trataba del equipo de bomberos. Resulta de lo más cómico y divertido el rocambolesco atraco por los contrastes que se dan en la historia con una relación amorosa de fondo y un final sorpresivo.

Con esta película Eduard Cortés se rehace de su anterior título The Pelayos, que era más bien flojo, ya que en cambio en éste posee un acertado retrato de la dura situación de la España de la posguerra y la opresiva dictadura, con una buena ambientación de la década de los años 50 del Madrid del pasado siglo en decorados, peinados, vestuarios, música, etc.

Por otro lado tiene en el reparto uno de los mejores actores veteranos del cine argentino, Guillermo Francella, al frente del elenco. Está bien encajado el resto de los intérpretes, destacando el corto papel de Amaia Salamanca y Oscar Jaenada por la parte hispana.

Apuntar el esfuerzo de Eduard Cortés por hacer un cine comercial digno, con una hábil narrativa, pero al mismo tiempo con una producción cuidada, lo que contribuye a su buen logro.

Como nota curiosa hay que decir que el film batió récord de taquilla en Argentina.