El vestido de fuego

El vestido de fuego se ambienta en los primeros tiempos de la Revolución de los Claveles, a partir de la primavera de 1974, que derrocó la oprobiosa dictadura salazarista para instaurar la democracia. En ese contexto histórico, un joven médico conoce a una mujer hermosa y ardiente con la que no tarda en casarse. Pero la muchacha es tan ardorosa con él, que el galeno empieza a imaginar si no lo será también con otros hombres…

Esta historia de amor y celos, con un paisaje histórico tan poderoso como la convulsa situación creada en el Portugal posterior al golpe de los capitanes, sin embargo está realizada con esa insufrible “qualité” que no es exclusiva del cine francés, aunque pudiera parecerlo por la palabra. El filme de Lauro António narra en largos monólogos y diálogos entre los protagonistas sus aburridas aventuras y desventuras, con una planificación en el rodaje no superior, a veces, a la que podría diseñar un aficionado, y con muy escaso interés cualquiera que sea el punto de vista que se utilice.

El director lisboeta Lauro António, que en su juventud fue afamado crítico, como cineasta se ha movido generalmente más en el terreno de los documentales, y lo cierto es que parece que ésa es la faceta en la que se encuentra más a gusto; en la ficción, como demuestra en esta olvidable muestra de acartonada historia entre el amor y el desamor, no se maneja demasiado bien.