Los robinsones de los mares del sur

Durante una tormenta, un barco encalla en una isla desierta. Solo se salvará una familia de colonos suizos que marchan hacia el nuevo mundo. Pronto habrán de ingeniárselas para sobrevivir como pueden en un medio hostil... Walt Disney Productions se caracterizó, durante los años sesenta, por simultanear las cintas de dibujos animados, que son las que le habían dado justa fama, con films de acción real, rodados con actores y actrices, dirigidos hacia una clientela preferentemente juvenil, y que basaban su principal aliciente en sugestivas aventuras, generalmente en paisajes exóticos, y casi siempre en un marco familiar.

Con el material base que aportaba la novela de Johann Wyss (padre e hijo), El robinson suizo, evidentemente deudora de la iniciadora del subgénero, la clásica y archiconocida Robinson Crusoe, de Daniel Defoe, Disney encargó la realización de su adaptación cinematográfica a Ken Annakin, reconocido artesano del cine hollywoodense que algunos años más tarde haría (en comandita) su título más famoso, la bélica y kilométrica El día más largo (1962), sobre el Desembarco de Normandía.

Del guión se ocupó Lowell S. Hawley, que podó la novela a su conveniencia, primando más el papel del pequeño Francis y, sobre todo, la disputa amorosa entre los jóvenes hermanos para llevarse los favores de la chica que encuentran un poco de casualidad. Estos elementos dan más comercialidad a la cinta, aunque desvirtúen un tanto el original relato de los Wyss. De todas formas esto no es desdeñable y sí perfectamente asumible por cuanto una narración literaria no es nunca una narración cinematográfica.

La cinta está impregnada de las conocidas ideas conservadoras de Disney, si bien Annakin tuvo buen cuidado en no cargar demasiado la mano en este sentido. Cinematográficamente hablando, el director resolvió con la eficacia acostumbrada en la productora de la Casa del Ratón este producto de mero entretenimiento, llevado con buen pulso y con acertado aprovechamiento de los escenarios naturales.

En otros aspectos los intérpretes se comportan de forma correcta, dando bien el tipo requerido todos ellos, y estando los actores de la cabecera de cartel, John Mills y Dorothy McGuire, muy ajustados a sus papeles. La fotografía del veterano Harry Waxman se recrea en los bellos paisajes naturales, y la música del no menos veterano William Alwyn, perito en bandas sonoras de pelis de aventuras, cumple razonablemente bien su función.

(23-05-2022)