Phantasma

Tras la muerte de un joven en una situación sospechosa, su hermano pequeño, Mike, de 13 años, hará algunas investigaciones en el cementerio de Morningside, donde supuestamente está enterrado el cadáver...

En su momento este film fue lo que entonces (y ahora también, ya en el siglo XXI) se denomina un "sleeper", un film de bajo coste que se convierte en un inesperado éxito de taquilla. De hecho, la película, financiada de forma más que precaria, con un presupuesto estimado de solo 300.000 dólares, recaudó en todo el mundo la bonita cifra de 22 millones de dólares, por lo que consiguió ingresos que multiplicaría por 73 su modesto costo. Sus ingredientes son elementales pero eficaces: conjunción de todos los miedos latentes ocultos en el espectador relativos a la muerte, como cementerios, mausoleos, oscuridad, muertos... en definitiva, todo lo que resulta una constante en el aspecto de los miedos atávicos de la infancia y que permanece subconscientemente en la mente del adulto. El autor de este pintoresco producto de terror es Don Coscarelli, quien, a la vista de la penuria de medios económicos disponbles, se encargó de buena parte de los apartados técnicos principales del film: además de director y guionista, se encargó de la dirección de fotografía y del montaje.

Bien es cierto que en Phantasma el guion es lo de menos; porque en realidad lo que importa mayormente son los curiosos y peculiares efectos especiales que provocan el horror en el espectador, que es de lo que se trata. Para ello Coscarelli ha echado mano de todo un compendio de trucos de demostrada eficacia en el género. El espectador puede entretenerse en ir acertando de qué película clásica de terror está tomado cada golpe de efecto; así, podrán ver que hay manos que salen de la tierra, como en Carrie, hombres que se reflejan en espejos cuando menos se espera, como en Repulsión, gigantescos muertos que aparecen vivitos y coleando, como en Frankenstein, monstruosos enanos como el deforme niño de Estoy vivo, y otras semejanzas que a buen seguro descubrirán. La habilidad de Don Coscarelli ha estado en saber engarzar estos trucos nada originales con la suficiente pericia como para tener en tensión al espectador durante los casi noventa minutos que dura el film.

Curiosamente, la película, aunque en una primera instancia no fue demasiado bien recibida por la crítica, con el tiempo se ha convertido en un film de culto y, de hecho, ha tenido hasta tres secuelas, aunque ninguna de ellas alcanzó la popularidad del original.

La interpretación de los jóvenes y poco conocido actores se ajusta con corrección a lo requerido por este tipo de cintas; quizá en este apartado la más interesante sea la composición del veterano actor Angus Scrimm en su papel del Hombre Alto, auténtico villano de la película. La fotografía, de colores puros, se recrea en los tonos de los claroscuros del cementerio y alrededores, aportando un fantasmagórico y desasosegante ambiente a la cinta.

Coscarelli rodó posteriormente otro film de culto, El señor de las bestias, en un género distinto, el de la fantasía y la acción, pero el resto de su filmografía carece del impacto que lograron estas dos películas.

(10-08-2022)