Un día inolvidable

Habrá que confesar (que quieren, los críticos también somos seres humanos, aunque algunos no lo crean...) que acudí a ver esta película con la sospecha de que sería otra comedia romanticona de las que tanto abundan en el cine de plástico norteamericano actual; vale decir el promovido por las grandes productoras.

Y es una comedia, y es romántica, ciertamente, pero su tono está más cerca de cierto realismo cotidiano (las travesuras de los niños, la difícil compaginación del papel de padre/madre con el de trabajador, el sin vivir de una sociedad donde la competitividad prima sobre valores más humanos ) que del empalago blandengue que cabría imaginar.

A ello contribuyen no poco los actores, sobre todo una estupenda Pfeiffer, que clava su papel de madre atribulada entre el amor a su hijo y la necesidad de promoverse en el trabajo, además con una incipiente relación amorosa en un horizonte desierto en ese aspecto (cosa difícil de creer, eso sí...). El guión, que en general es previsible pero agradecido, culmina sin embargo con una inteligente pirueta, poco habitual, dentro del lógico final feliz, que le da a este romance con estrés un toque de distinción infrecuente.