White God (Dios blanco)

Esta película es una especie de cuento visionario sobre la rebelión del reino animal contra el hombre, de una raza y sus congéneres caídos en desgracia... para acabar con abusos y malos tratos, que no es más que una alegoría en torno a la persecución de los emigrantes.

Una nueva ley salida en Hungría da preferencia a los perros de raza e impone un tributo elevado por las razas que no son puras. Debido a ello las perreras pronto se llenan con canes que han sido abandonados. Lili, una chica de 13 años, lucha por proteger a Hagen, su perro de raza mixta, pero su padre lo suelta en la calle para no pagar. Pero Hagen y su ama se buscan por todos los medios, hasta que un día Lili baja los brazos. Pero Hagen lucha por sobrevivir y se da cuenta de que no todo el mundo es su mejor amigo. Se une a unos perros vagabundos, pero es capturado y enviado a la perrera. Finalmente los perros logran escapar y hacen una revolución contra los seres humanos y la venganza será despiadada.

Es uno de los títulos que más sorprendió tanto a la crítica como al jurado del Festival de cine de Cannes por el significado de su contenido y por su puesta en escena. Es la quinta y la mejor del director húngaro Kornél Mundruczó, quien toma de partida las cada vez más absurdas relaciones sociales, al tiempo que hace una crítica sobre el dominio de una raza sobre otra, en esta metáfora en la que los perros son los seres inferiores que se unen en manada revelándose contra el hombre como ser opresor superior. Hace con ello un retrato de la Hungría actual que se puede extender al resto de la Humanidad.

Teniendo ello en cuenta se basó en las novelas de J. M. Coetzee y tomó como protagonista al perro, el mejor amigo del hombre, para profundizar en el rencor, el triunfo de las castas en la sociedad actual y la falta de solidaridad que impera en ella, pero en el fondo habla del amor y todos nos podemos ver reflejados en el personaje de Lili, una chica independiente, con el suficiente valor para rebelarse cuando no está de acuerdo con las reglas que le quieren imponer y a la que le cuesta pedir perdón cuando sabe que lleva razón. Lili y Hagen procuran estar juntos en un mundo desalmado y cruel, sin escrúpulos, algo que le supone un gran esfuerzo tanto a ella como al perro, tratando de lograrlo.

Mundruczó dirige esta fantasía húngara o fábula moral canina, metáfora política y cinta de acción, con soltura en esta rebelión de los perros como en otros momentos fueron simios o pájaros, como símbolo de la intolerancia, que funciona igual como película de suspense, con algo de violencia y un poquito de sentimientos.

Si Alfred Hitchcock decía que no era conveniente trabajar con niños ni animales, nos podemos imaginar lo que habrá sido el rodaje de este film con una de 13 años y con más de 200 perros reales, nada de digitalización de la imagen, hasta el punto de que dos de ellos, que encarnan a Hagen, fueron premiados con la Palma de Oro canina a los perros Luke y Body, así como el Premio a Kornél Mundruczó en la sección Una cierta mirada en el Festival de Cannes. También logró el Premio Eurimage en el Sevilla Festival de Cine Europeo 2014 y fue la elegida por Hungría para acudir a los Oscar.