‘71

En el cine inglés hay varios directores que trataron el problema de Irlanda del Norte, como Peter Travis, quien en su película Omagh (2004) exponía el atentado que llevó a cabo el IRA el 15 de agosto en la ciudad del título en el que murieron unas treinta personas. Pero la filmografía de esa guerra no acaba aquí, ya que producciones anteriores como Agenda oculta (1990), de Ken Loach, En el nombre del padre (1993), de Jim Sheridan, o Domingo sangriento (2002), de Paul Greengrass, se pueden unir a otros, por no alargar la lista.

Ahora el director parisino, criado en Londres, Yann Demange incide en el tema, aunque sea con una historia de ficción, pero situada en un marco real, con '71. Es un thriller sobre el conflicto de Irlanda del Norte al comienzo de los 70, cuando se vivían los peores momentos de los enfrentamientos contra el ejército inglés desde que se inició el conflicto en 1968, en el que destaca el aspecto humano y donde no se distinguen los de uno y otro bando, pero no es un film sobre el IRA, del nuevo director Yann Demange, sino que funciona como un drama de acción, como una historia política o como una de suspense, sin tomar partido en ningún momento.

El joven e inexperto soldado inglés Gary Hook es abandonado accidentalmente por su unidad durante los disturbios en las calles de Belfast en 1971 al quedarse aislado por las luchas entre protestantes y católicos y ser atacado por la multitud, suceso en el que muere un compañero y él logra escapar. Era un momento en el que la población civil irlandesa odiaba al ejército británico y el IRA contaba con apoyo popular. Al no distinguir entre amigos o enemigos, desconfiando de sus propios compañeros, el novato recluta trata de sobrevivir en solitario durante la noche, intentando encontrar el camino de vuelta a su cuartel en un paisaje que desconoce, extraño para él y mortal para su seguridad, sin entender nada de lo que está pasando.

Está dirigido por el debutante Yann Demange, tras su experiencia en televisión, construyendo mediante esta historia el retrato de un conflicto real, de una época concreta, sin buenos ni malos y en el que el hecho de que superviva el protagonista depende de la ayuda de la gente que a veces le salvan y otras lo quieren matar. Está realizada con sobriedad y realismo, con fluidez en la narración, sacando mucho partido de una situación casi única, con un ritmo trepidante, ya que casi todo sucede durante un día y su noche, adornada con un suspense que aumenta el interés y la emoción.

Hace una crítica a todos los terrorismos, a la guerra y más cuando el conflicto es entre hermanos en el que se implica a los niños en estos problemas cuando lo que deben hacer es estar en la escuela estudiando y no aprendiendo a odiar a sus vecinos por pensar diferente o tener una religión distinta.

El título no dice nada de lo que es esta cinta que está bien ambientada, con las dos facciones del IRA que luchan entre ellas, para los que la obediencia es fundamental, se esté o no de acuerdo con lo ordenado. Mantiene bien la tensión dentro de ese terror colectivo resultando una película muy recomendable, pero en la que hay alguna confusión en saber a qué bando pertenece cada uno de los personajes que intervienen en la acción, en lo que el guion de Gregory Burke nos parece poco clarificador, con las dos facciones del IRA enfrentadas, católicos, protestantes y todos contra el ejército inglés. Es la misma confusión que tiene el protagonista.

Hay momentos que están rodados con cámara en mano pero justificados, dando así mayor realismo a la acción, sin que resulte mareante, ni ser excesiva su utilización, con un ritmo vivo y un dinámico montaje.

Jack O'Connell da bien el papel del novato inocente perdido en un mundo que desconoce, que no se asusta y siempre tratando de salvar su vida, sobre el que recae el mayor peso del metraje.

Nominado al premio Alexander Korda al mejor film británico y al Bafta al debutante Yann Demange. Mención especial de la OCIC en Berlín. Mejor director en los premios del cine británico independiente, entre otros galardones.