Bird

Clint Eastwood, otrora tachado de fascista y apologeta de la violencia, ya hace tiempo que descubrió, para quien no lo supiera, su verdadera condición de artista, especialmente en las películas que él controla totalmente, las que produce y realiza sin el añadido postizo de un directorzuelo del tres al cuarto.

Filmes como El jinete pálido, Cazador blanco, corazón negro y este Bird son buena muestra de esta faceta del actor. Bird es una biografía, la del saxo tenor Charlie Parker, un solista de jazz que revolucionaría esta música hasta el punto de hablarse de un antes y un después de su paso por la vida, de su paso por los escenarios. Este "bopper" genial, tocado sin duda por los dioses, fue sin embargo un desgraciado integral, un hombre sumido en el sueño sin retorno de las drogas, reo de su propia creatividad.

Eastwood ha hecho una película hermosamente melancólica sobre una figura mítica que se demuestra un ser humano tan endeble como todos. Presentada a golpes de "flashbacks", Bird contiene algunas de las secuencias más memorables que sobre un "jazzman" se hayan rodado nunca, y tiene una intensidad dramática como pocas veces ha alcanzado el cine americano contemporáneo.