El personaje Buck Rogers apareció por primera vez (todavía como Anthony Rogers) en 1928, en un cómic publicado en la histórica revista de Sci-Fi Amazing stories. Se convirtió pronto en un héroe muy popular, cuyas andanzas espaciales permitirían al norteamericano de su época la familiarización con el concepto del viaje espacial, hasta entonces una entelequia. Sus aventuras se publicaron tanto en novelas como en tiras de cómic en prensa diaria, y se le considera el precursor de otro superhéroe más conocido, Flash Gordon.
En cine y televisión el personaje de Buck Rogers ha tenido cierta repercusión, desde un corto rodado en fecha tan temprana como 1933 hasta varias series televisivas, tanto de animación como de imagen real.
A raíz del gran éxito de La guerra de las galaxias (1977), la primera parte (cuarta en el orden cronológico de la saga) de Star Wars, hizo que se rodaran muchas historias con temáticas espaciales, como esta adaptación del personaje de cómic en esta Buck Rogers. El aventurero del espacio. Buck Rogers, un astronauta de la Tierra, enviado al espacio en el año 1987 en estado de hibernación, permanecerá en este estado durante 500 años, volviendo a la vida en un momento en el que la Tierra es totalmente diferente y se encuentra en grave peligro su supervivencia. Rogers peleará junto a los terrestres para salvar al planeta de la amenaza exterior...
El éxito de La guerra de las galaxias propició, dentro del género de la ciencia ficción, lo que podríamos llamar un subgénero, el galáctico, en el que se encuadrarían muchas de las producciones que se hicieron al calor del éxito de la saga de George Lucas, como Star Crash, Galáctica e incluso esta Buck Rogers. El aventurero del espacio. La película que comentamos participa de todas las constantes de ese subgénero galáctico: tebeo cinematográfico, alarde de maquetas, naves espaciales a tutiplén, oportunidad de lucirse del encargado de los efectos especiales, rayos láser a discreción y otras variantes. Pero, eso sí, tiene un estimable sentido del humor que la aproxima a su evidente modelo, la mentada La guerra de las galaxias. Además, en contra de lo que sucedía con los pencos epígonos de la saga lucasiana, no se dedica a plagiar descaradamente a su referente, sino que Daniel Haller, su director, ha sabido contarnos una historia con visos de originalidad que agrada y entretiene al espectador. No falta, desde luego el robot chistoso ni la princesa digamos exuberante, pero todo está contado como lo que es, un pasatiempo amable que consigue su objetivo, distraer al público sin faltarle al respeto.
Daniel Haller fue un solvente director que procedía del campo del diseño de producción y la dirección de arte. De ahí saltó a la realización, especializándose en series televisivas, firmando capítulos de series tan conocidas de los años sesenta y setenta como Ironside, Kojak y Galáctica, estrella de combate. A partir de este largometraje para cine, Buck Rogers. El aventurero del espacio, se grabaría una serie televisiva que llevaría el título de Buck Rogers en el siglo 25, traducción literal del título del film y de una de las aventuras más conocidas del cómic original.
(15-10-2021)
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