Pelicula:

El productor, Mark Hellinger, narra la película en off. En su primer parlamento, hablando de la ciudad de Nueva York, dice que no ha sido rodada en estudio, sino en sus calles, oficinas, viviendas... toda una declaración de intenciones sobre el carácter realista del film. Hellinger, por cierto, murió de un infarto de miocardio poco antes del estreno de esta película, convirtiéndose así en su obra póstuma, su testamento cinematográfico como productor, siendo ciertamente un personaje fascinante del mundo del periodismo y la cultura de la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos.

El otro personaje fundamental del film es, por supuesto, su director, Jules Dassin, uno de los nombres más peculiares del cine norteamericano de los años cuarenta, que tuvo que exiliarse a Europa (consecutivamente en Reino Unido, Francia y Grecia) por la persecución del Comité de Actividades Antiamericanas, el tristemente célebre Comité McCarthy, en el episodio de represión política que la Historia conoce como “la caza de brujas”. Pero mientras pudo hacer cine en su país, Estados Unidos, Dassin hizo algunas de las mejores películas de cine negro de la época, como Fuerza bruta (1947), Mercado de ladrones (1949) y esta La ciudad desnuda (1948).

Su carrera, tras su marcha de Estados Unidos por la persecución del senador McCarthy, tendría un renovado interés especialmente en su etapa francesa, en la que realizó un film plenamente inscribible dentro del cine negro (en este caso en el llamado “polar”, el policiaco galo), Rififi (1957), que se convirtió en el canon de las películas de “atracos perfectos”, pero también otras cintas no adscritas al “noir”, como El que debe morir (1957), adaptación de la novela de Nikos Kazantzakis; ese film sería su primera colaboración artística con la actriz griega Melina Mercouri, con la que se casaría años después.

La historia se ambienta en Nueva York, como decíamos, y se desarrolla en gran medida en sus calles. De entrada vemos a dos hombres asesinando a una mujer, de nombre Jean Dexter. A partir de ahí conoceremos al veterano teniente Dan Muldoon, jefe de Homicidios en la comisaría de Manhattan, que se encarga del caso junto al joven oficial Jimmy Halloran. La muerta es modelo; aunque de entrada parecía ahogada en el Hudson, el forense determina que había sido asesinada con anterioridad. A partir de ahí, conocida la identidad de la víctima, la Policía investiga el caso en su entorno más próximo, aunque hay pocas pistas....

En una clave premeditadamente realista, el film juega a fondo la baza cuasi documental, con numerosos planos en los que la ciudad es la protagonista, una Nueva York pocas veces tan hermosamente “vintage” como en esta película (ella sí) desnuda, con una intrincada trama criminal en la que la Policía habrá que desentrañar un enrevesado embrollo en el que estarán implicados personajes tales como Frank Niles, un impostor que se ha inventado un personaje que no es, y que le sirve para vivir mayormente de las mujeres, a las que embauca con su palmito y su palabrería de supuesto potentado.

Con una narración clásica, sin renunciar a una mirada costumbrista sobre la vida cotidiana, la voz del productor como narrador aporta una visión interesante, a ratos sentenciosa, también filosófica, utilizándose incluso como recurso narrativo con la que escuchamos en off los pensamientos del asesino en su huida de los policías, ya al final del film, en un vibrante desenlace magníficamente filmado y resuelto. Esa voz del narrador es también un homenaje a los neoyorquinos, prácticamente una declaración de amor a la ciudad.

Buen trabajo actoral en general, destacando quizá el protagonista (aunque es un film muy coral), Barry Fitzgerald, un viejo actor generalmente secundario que aquí hizo toda una creación de su personaje, un teniente socarrón, sibilino, con diálogos llenos de ironía.

(01-09-2024)


Dirigida por

Género

Nacionalidad

Duración

96'

Año de producción

La ciudad desnuda - by , Sep 01, 2024
3 / 5 stars
Una declaración de amor a Nueva York