Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS


Disponible en Filmin y Apple TV.


Si hubiera que elegir una única mujer realmente mítica que haya surgido de Hollywood, sin duda esa sería Marilyn Monroe (nacida Norma Jeane Mortenson), una actriz que entró directamente en la leyenda aquel nefasto día 4 de Agosto de 1963 en el que apareció muerta, al parecer por una sobredosis de barbitúricos, aunque sobre esa hipótesis de suicidio también se ha especulado hasta la saciedad, con todo tipo de teorías conspiranoicas, aunque alguna de ellas (como la intervención de la CIA propiciando su muerte, dada la supuesta –e inconveniente para el poderoso estado yanqui...- relación sexual de la bella con el presidente John F. Kennedy) tenga visos de verosimilitud. Lo cierto es que Monroe era ya entonces una estrella más que consagrada, el ideal erótico de toda una generación de hombres, cuyos sueños húmedos habitó durante décadas, pero también una formidable actriz, como demostró en trabajos más dramáticos, a las órdenes de directores de prestigio, como Río sin retorno (1954), de Otto Preminger, Bus Stop (1956), de Joshua Logan, y Vidas rebeldes (1961), de John Huston, que sería a la postre su último film.

En esta deliciosa comedia musical Los caballeros las prefieren rubias (1953), Marilyn, como la explosiva Lorelei Lee, cantaba y bailaba junto a Jane Russell, cuyo personaje se llama Dorothy Shaw, siendo ambas de profesión “showgirls”, chicas del espectáculo. Lorelei está empeñada en buscar un buen marido, lo que para ella supone un hombre adinerado, cuanto más mejor; por el contrario, Dorothy cree en el verdadero amor, no le importa el dinero sino que realmente ella quiera y la quieran. Cuando Lorelei, comprometida con el pánfilo heredero Gus Esmond (que debería ilustrar en el diccionario el término “pagafantas”...), viaja a París a costa de éste, con su amiga Dorothy como (más o menos...) carabina, el padre millonetis de Gus le pone un detective para que confirme, como él cree, que la bella Lorelei quiere a su hijo solo por su dinero. Pero el detective, Malone, se enamora de Dorothy, así que la cosa se complica...

Detrás de las cámaras estaba Howard Hawks, uno de los talentos más prolíficos y, sobre todo, más polifacéticos del Hollywood de oro: era capaz no sólo de realizar magistrales wésterns como Río Bravo (1959) y Río Rojo (1948), sino también policíacos espléndidos como Scarface (1932), quizá el pistoletazo de salida del cine negro norteamericano, El sueño eterno (1946) y Tener y no tener (1944), pero también comedias desternillantes y humanísimas, como Bola de fuego (1941), Luna nueva (1940) y La fiera de mi niña, (1938), aventuras como Hatari! (1962), e incluso musicales como este Los caballeros las prefieren rubias (1953), aunque ciertamente fue el género menos cultivado por el cineasta.

La película, basada en la novela de Anita Loos y en el musical homónimo de Broadway, firmado por la propia Loos y Joseph Fields, tiene fastuosos bailes, picantes diálogos (para lo que se estilaba en la época, se entiende: hoy puede parecer lenguaje de ursulinas...), además de una deliciosa ironía que jugaba a placer con la lucha de sexos, en un tiempo en el que eso significaba réplicas y dúplicas brillantes, aceradas, inteligentes, siempre en un agradable tono de comedia, en un film en el que ellas están siempre un peldaño por encima de los varones; todo ello con  un finísimo “look” visual, propio del maestro que la puso es escena, y un acabado perfecto, con algunos de los mejores momentos del género (y eso que Hawks no era experto en el musical, que si lo llega a ser...). En 1928 ya se había realizada una primera versión, dicho sea esto en todos los sentidos: aquella era en blanco y negro, y además no contaba ni con Marilyn (ni con Jane Russell, que tampoco era manca...) ni con Hawks, así que no había color (esto literalmente …).

Dos años más tarde se hizo una especie de secuela, titulada Los caballeros se casan con las morenas (1955), con dirección de Richard Sale, ya sin Marilyn, aunque sí con Russell, con un resultado muy inferior.

Por supuesto, la película es sobre todo Marilyn Monroe, que hace toda una creación, estableciendo el canon de rubia maciza pero tonta (solo cuando le interesa...), un canon que llega hasta nuestros días, quizá porque, como todos los arquetipos, en el fondo tiene mucho de verdad... Jane Russell está también muy bien, especialmente cuando, en el memorable número que tiene lugar en un juicio, se hace pasar por su amiga rubia y supuestamente boba, bordando (ella también, y en clave caricaturesca) ese mismo papel. Los caballeros aquí, aparte de preferirlas rubias, todos están al servicio del lucimiento de las bellas; mencionaremos en todo caso al veterano Charles Coburn, que compone un chistoso personaje de viejo verde simpáticamente salido...

(30-03-2025)


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91'

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Los caballeros las prefieren rubias - by , Apr 10, 2025
4 / 5 stars
Un buen marido