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CINE EN SALAS

La discapacidad auditiva, como también la visual y otras, ha tenido, tiene y, con toda probabilidad, tendrá, como temática, su sitio en el audiovisual de todas las épocas. Desde las clásicas El milagro de Ana Sullivan (1962) o Belinda (1948), hasta las más recientes Hijos de un dios menor (1986), o la aún más reciente y oscarizada CODA: Los sonidos del silencio (2021), entre otras, hay una ya amplia filmografía que habla sobre los problemas de las personas sordas para desenvolverse en el mundo. Sobre este tema, la guionista y directora Eva Libertad (este es su nombre de pila, siendo su nombre completo Eva Libertad García López, nacida en Molina de Segura, Murcia, en 1978) rodó en 2021 un corto de 18 minutos, también titulado Sorda, en el que planteaba los problemas relacionales de una mujer con esa discapacidad, interpretada por su hermana sorda Miriam Garlo (el apellido artístico, como es evidente, es un acrónimo de sus apellidos, García López), que tuvo bastante éxito, hasta el punto de ser nominado al Goya al Mejor Cortometraje, aparte de conseguir un buen número de premios en aquellos certámenes a los que concurrió.

Ahora, como ya es bastante frecuente, sobre todo en el cine español contemporáneo (véase, por ejemplo, los casos de los cortos Madre y Cerdita, ambos rodados posteriormente también en formato largo, con iguales títulos), entendiendo que ese corto era susceptible de ser explorado en otro metraje, se ha rodado este film comercial, Sorda, que tratando el mismo tema, la maternidad en una persona con discapacidad auditiva, se amplía y complejiza.

La historia se ambienta en nuestro tiempo, en concreto en la región de Murcia, aunque en ningún momento se hace ninguna referencia geográfica. Conocemos a Ángela, mujer treintañera y sorda, y a Héctor, de similar edad pero oyente. Ambos son pareja desde hace unos tres años, y acaban de saber que van a ser padres. Ángela está un poco agobiada por si su hija (porque será hija...) será, o no, oyente. Sus padres, ambos oyentes, reaccionan lógicamente con alegría. Cuando llega el momento del parto, este resulta ser muy dificultoso, y el hecho de que ella sea sorda lo complica más aún...

Parece evidente que el hecho de que Miriam Garlo, la hermana de Eva Libertad, sea sorda (bueno, con una discapacidad del 70% en su audición), ha sido determinante en este proyecto, que viene de otro, el citado corto también titulado Sorda, que busca, con toda razón, dar visibilidad a un problema, la sordera, en cuyo tratamiento relacional, por supuesto, se ha avanzado muchísimo sobre las posturas de la sociedad de no hace tanto, apenas medio siglo, un tiempo en el que el nacimiento de un bebé con ese problema era una auténtica maldición para la familia a la que le tocaba. Afortunadamente, esos tiempos han pasado, pero aún sigue habiendo una brecha importante entre oyentes y sordos, una brecha que influye en las inseguridades vitales de las personas con discapacidad auditiva.

Es el caso: aquí, en principio, tendremos una situación casi ideal, con una mujer sorda con pareja oyente, un hombre cariñoso y entregado, que ha aprendido el lenguaje de signos perfectamente, y unos padres también totalmente volcados en su hija y en su futura nieta. Pero el problema de la falta de audición, cuando Ángela se adentra en el proceloso mundo de la maternidad, con la relación con médicos, enfermeras, pediatras, pero también con las responsables de las guarderías, y, especialmente, de las otras madres, las oyentes, que no tienen idea de su discapacidad y no saben cómo reaccionar ante ella. Esos problemas irán haciendo que la mujer se vaya encerrando en su círculo de confort, en su trabajo como alfarera, en su círculo de amigos sordos, en esos lugares donde no se siente una extraña, alguien ajena a la que (claro está, somos todos muy modernos y generosos...), hemos aceptado como una más... aunque sepa, o sienta, que no es “una más”...

Obra austera, que huye de los efectismos y se centra en muy pocos personajes, fundamentalmente en la protagonista, secundariamente en su pareja, y en tercer lugar en los padres, Sorda resulta un ciertamente estimulante film sobre el papel de las personas sordas en nuestro mundo, hasta qué punto ese mundo no está hecho para ellas, y cómo todavía cuesta muchísimo aceptar su peculiaridad, y aún más adaptarnos a ella. Eva Libertad demuestra muy buena mano en la puesta en escena, con una realización realista y sin subrayados, presentándonos los problemas de la protagonista para relacionarse con total normalidad, incluso en contextos (su propio hogar) que deberían ser absolutamente seguros en ese sentido. Mención especial para los últimos 10/15 minutos, en los que Eva nos sorprende quitando el sonido a la película, para que el espectador, en ese tiempo, sienta como se siente un sordo, aprecie hasta qué punto esa falta de audición supone un hándicap importante en el día a día, e incluso, rizando el rizo, posteriormente nos permite escuchar lo que oye un sordo cuando se pone unos audífonos, en lo que supone una chirriante forma de percibir los sonidos que, en el caso de los ruidos más estridentes se convierte en una horrísona tortura auditiva.

Hace bien Eva Libertad en no presentar una situación maniquea, de tal manera que ni los sordos son los buenos (ni los malos, por supuesto) ni los oyentes son ni una cosa ni la otra: todos tendrán sus motivos, todos tendrán también sus reproches, como afloran en una catártica escena ya casi al final, que dará lugar a que los protagonistas digan en voz alta (y en lenguaje de signos, claro...) cuanto han ido callando durante tanto tiempo: ambos (y ninguno...) tendrán razón.

No será la única escena percutante: el parto de la futura bebé Ona será también una escena de una dureza ciertamente notable, una escena en la que se presenta con toda su crudeza la tensión, los nervios, las alarmas que se pueden dar en cualquier alumbramiento, pero aquí acrecentados por el hecho de que la parturienta, ¡ay!, apenas oye, y a su única conexión con el equipo médico que la atiende, su pareja, lo mandan a un rincón cuando las cosas se ponen difíciles...

Film duro, contado en una indubitable clave realista, combina su temática central, la relación de las personas sordas con las oyentes, con otro asunto que en los últimos años se ha convertido casi en el monotema del novísimo cine español de las décadas de los años diez y veinte de este siglo XXI, la maternidad, que de muy diversas maneras ha aparecido en películas tales como Cinco lobitos, Tierra firme, Salve María, Mamífera, O corno, La Maternal, o Madres paralelas, entre otras muchas; generalmente también (aunque no siempre) en películas dirigidas por mujeres, sumándose esta Sorda a esa corriente, si bien está claro que su tema central es la difícil cohabitación de las personas sordas dentro de una sociedad abrumadoramente oyente, incluso en los contextos más favorables.

Buen trabajo actoral de Miriam Garlo, hermana, como decimos, de la directora, ella misma con una discapacidad auditiva, aunque no tan severa como la de su personaje, por lo que le ha tocado interpretar a alguien cuyos problemas auditivos son peores que los suyos. Álvaro Cervantes le da cumplida réplica, muy bien como la entregada pareja de la prota, pero también dando sutil forma a los resquemores a los que seguramente es inevitable que aboque la cotidiana convivencia, sobre todo cuando los implicados tienen una diferente percepción sensorial.  

(09-04-2025)


 


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100'

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Sorda - by , Apr 09, 2025
3 / 5 stars
No oír en un mundo de oyentes