Pelicula:

CRITICALIA CLÁSICOS
Disponible en Prime Video y Google Play Movies.

Como a tantos otros directores de origen globalmente germánico, a Otto Ludwing Preminger lo calificamos de alemán muy a la ligera, cuando en realidad había nacido en el seno de una familia judía en 1905, en Wiznitz, ciudad que formaba parte del Imperio Austrohúngaro, y que ahora se inserta en la actual Ucrania. Pero como también pasaría con el vienés Fritz Lang, cuando ambos (y muchos más) emigraron a Norteamérica y tomaron  la nacionalidad estadounidense, se les tildaba de alemanes. Y tras pasar su primera juventud entre Polonia y Alemania, y hacer sus primeros pinitos como actor y realizador -logrando cierto renombre-, en 1935 Otto emigra a EE.UU llamado por los productores Joseph Schenck y Darryl F. Zanuck, que acababan de fundar la Twenty Century -todavía sin William Fox, que se incorporó poco después-.

Pero no cansemos a los lectores. Todos sabemos la extensa y variada filmografía que fraguó en Hollywood este director, al que por su exigencia con sus equipos actorales y técnicos en las películas, le apodaron Otto el Terrible. Pero siempre en el "ala liberal" de la cinematografía yanqui, como por ejemplo su valentía en poner al perseguido Dalton Trumbo como guionista, con  todas sus letras, en los créditos de Éxodo, de 1960, en simultáneo gesto con los de Kubrick y Kirk Douglas en su film Espartaco.  Afincado ya en la meca del cine, puntea su carrera con varios ejemplos de cine negro, como la excelente Laura, de 1944, una intriga sicológica e intimista, o Cara de ángel, casi una década después.

Pero estando ya prestigiado era lógico que tarde o temprano nuestro director rodara el género norteamericano por excelencia, rodara (como le también le pasó a Fritz Lang) algún western. Y éste llega en 1954, un año después de ser actor en Stalag 17, de Billy Wilder, en la que hace de malvado jefe nazi de un campo de prisioneros. Así surge Río sin retorno, cinta de encargo de la Twenty Century Fox, una de las primeras películas rodadas en CinemaScope (junto con La túnica sagrada), sistema patentado por la casa. Junto al reclamo de la gran pantalla, una pareja de actores en pleno ascenso, Robert Mitchum -un año antes del papel de su vida, como el sicópata predicador de La noche del cazador (único film dirigido por Charles Laughton)- y Marilyn Monroe, que acababa de estrenar dos luminosas comedias, Los caballeros las prefieren rubias y Cómo casarse con un millonario, bajo dirección de Howard Hawks y Jean Negulesco respectivamente, y ambas de la casa Fox.

Es justo calificar la cinta como una del Oeste, pero también podría tildarse de melodrama e incluso de musical, por las hermosas canciones que canta Marilyn en el Saloon del pueblo. Hay que decir que Preminger no estuvo cómodo en el rodaje (en tierras canadienses), con Mitchum empinando el codo, la rubia obligando a repetir muchas tomas, y las copiosas lluvias que entorpecieron el rodaje. La historia es complicada, con un viudo recién salido de prisión que vuelve a recoger a su hijo de nueve años, que había encargado cuidar a la cantante Kay, mientras su prometido -el traicionero jugador Harry (Rory Calhoun)-  la convence de que vayan a la ciudad para recoger las escrituras de una mina, ganada en el póquer. Mientras el viudo y su hijo viven ya en una granja, y confraternizan entre sí.

Aparece entonces una tribu de indios renegados y hostiles, y la crecida del río obliga a Kay y el jugador a refugiarse en la granja de Matt (Mitchum) donde -con malas artes- el traicionero Harry le roba el rifle y el caballo. Aislados padre, hijo y Kay, ante el peligro de verse inundados recurren a la balsa de troncos para seguir el río, cada vez más embravecido. Como se ve, demasiados lances en un descompensado guión, y culminando todo en el tiroteo entre los dos contrincantes, donde el bueno elimina al malo. Al final, un plano de los zapatos de baile, tirados al suelo por la cantante, indican que se va, que ha elegido la vida más tranquila de la granja, con Matt y su hijo.

Con secuencias famosas, como la de la balsa, en donde Marilyn se lesionó y hubo que escayolarle la pierna, el clima del rodaje fue tirante, entre Preminger y su protagonista femenina que, por primera vez, hacía un papel "de época" en un Oeste de finales del XIX. Y aunque la cinta funcionó en taquilla, su director prefirió romper el contrato con la Fox, a la que pagó 150.000 dólares de entonces. Y ciertos flecos sin terminar tuvieron que ser rodados por Jean Negulesco, por lo que en algunas fichas técnicas lo consideran como co-director, algo desde luego exagerado.

Pero todo ello no rompió en absoluto la carrera de Otto el Terrible, que afincado y prestigiado en Hollywood, procuró enseguida ser productor de sus propias películas, y cambiando mucho de géneros, ambientes o épocas rodó cintas como Santa Juana/La dama de hierro, Porgy and Bess, la notable El hombre del brazo de oro (con Frank Sinatra) o Anatomía de un asesinato, y una de sus mejores obras, Tempestad sobre Washington, donde realiza un implacable análisis de la alta política estadounidense. Ya en 1963 El cardenal, con Tom Tryon, Romy Schneider y John Huston como actor, dando paso al tramo final de su carrera -en donde baja el listón-, aunque todavía nos da la excelente El rapto de Bunny Lake, un curioso film de intriga, con un espléndido Laurence Olivier, finalizando su carrera con una versión -solamente correcta- de la estupenda novela de Graham Greene El factor humano, en 1979.

Y, ya en abril de 1986, muere con 80 años en Nueva York aquel director que tan incómodo se sintió, muchos años antes, rodando la aventurera, interesante y colorista Río sin retorno, su incursión en el universo del western, el género fílmico más representativo del país que lo acogió, a alguien que llegó desde tan lejos...

(18-02-2024)


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91'

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Río sin retorno - by , Feb 18, 2024
3 / 5 stars
De Ucrania, a Hollywood