ESTRENO EN NETFLIX
En enero de 1977 tuvo lugar un suceso en España que fue (además de un gravísimo atentado) un momento histórico dentro de la complicada Transición que el país vivía desde la dictadura franquista hacia lo que se esperaba que fuera (como fue) una democracia homologable con otros estados de nuestro entorno. Aquel atentado histórico consistió en el asesinato de 5 personas, más otras 4 heridas, en un bufete de abogados de la calle Atocha, en Madrid. Aquel suceso que conmovió el país seguramente no fue indiferente, ni mucho menos, al devenir político español del momento; de hecho, solo 2 meses después el presidente del gobierno, Adolfo Suárez, legalizó el histórico Partido Comunista, liderado por Santiago Carrillo, quien, en un rapto de pragmatismo, aceptó como contrapartida la monarquía parlamentaria y la bandera bicolor, amarilla y roja.
Sobre aquellos hechos, pero también sobre las vidas y peripecias de cuatro abogadas inmersas en la vida profesional del bufete, RTVE y Mod Producciones han realizado esta miniserie de 6 capítulos, creados por la veterana cineasta Patricia Ferreira, que fallecería, víctima de una larga enfermedad, poco después de terminar la filmación del audiovisual.
La serie, como decimos, tiene su punto álgido en el atentado del despacho de abogados de Atocha, suceso que, desde distintas perspectivas y visiones de los (y sobre todo, “las”) protagonistas, veremos al comienzo de cada episodio. Pero a lo largo de la serie iremos viendo, en diversos flashbacks, la trayectoria estudiantil, personal y profesional de las cuatro abogadas y de otras personas de su entorno. Las cuatro letradas son Lola González (la única herida de ellas en el atentado), Cristina Almeida, Paca Sauquillo y Manuela Carmena. Lola, tras reponerse de las graves heridas, mantuvo su compromiso a través de la abogacía, mientras que Cristina y Paca entraron en política, aunque nunca abandonaron su vocación de letradas, y Manuela Carmena se convirtió en jueza y, años después, ya jubilada, sería alcaldesa de Madrid durante una legislatura.
A lo largo de estos 6 capítulos iremos viendo cómo las cuatro abogadas, desde su tiempo como estudiantes universitarias, se implicaron en los movimientos antifranquistas; alguna de ellas, como Paca Sauquillo, a través de movimientos de raíz cristiana, vinculándose a curas obreros como el padre Llanos (aunque en la serie aparece con otro nombre). Las veremos a las cuatro a lo largo de los años sesenta de su primera juventud universitaria, su graduación en Derecho y su ejercicio de la profesión, primero como abogadas en bufetes ya en marcha, después poniendo ellas mismas en funcionamiento sus propios despachos. Veremos también sus amores, casi siempre dentro del grupito antifranquista formado desde sus tiempos de estudio en la facultad, con algunos momentos de gran impacto emocional, como sería el del asesinato de uno de ellos, Enrique Ruano, del que Lola era novia; años después también le matarían al siguiente novio, Javier Sauquillo, hermano de Paca, en el atentado de Atocha, así que lo de esta chica, Lola, fue un caso de auténtica mala suerte...
Tiene la serie una correcta realización, a cargo de dos sólidos profesionales como Juana Macías y Pol Menárguez, hecha con solvencia, quizá sin mucha personalidad, pero sí muy efectiva. Hay una buena ambientación de la época, años sesenta y setenta, aunque tiene algunos errores de vestuario, como el anacronismo de poner a las chicas, en 1966, con pijamas a cuadros; bastante mejor nos parece la reconstrucción de los ambientes pobres, en fábricas y poblados de chabolas... Por otro lado, se utilizan adecuadamente, intercalándolas con las escenas rodadas con actores y actrices, las imágenes documentales de los tiempos de Franco, imágenes, que por supuesto, abundan, especialmente en los archivos del Nodo (un tesoro documental de la época) y de TVE.
La historia se articula en torno a las cuatro abogadas protagonistas, de cada una de las cuales iremos conociendo sus vicisitudes y peripecias, tanto profesionales como personales; en algún caso, como el de Paca Sauquillo, veremos hasta qué punto influyó en ella el conocimiento de la existencia de comunidades paupérrimas, en las que ella era la burguesita que iba a ayudar, pero después se iba a su casita de rica; esa contradicción le pesará enormemente, siendo uno de los motores de su implicación a todo trance con aquella gente que nada tenía y a la que algún miserable desaprensivo (arquetipo de todos los desaprensivos) estafó de mala manera.
Aparecerán siniestros organismos de la época, como el Tribunal de Orden Público, el malévolo TOP, encargado de la lucha desigual entre el estado, con todos sus poderes (y más en un estado totalitario como el franquista) contra una oposición clandestina, no demasiado bien organizada y con frecuencia con una idea de España más que trasnochada.
Por supuesto, la serie es muy crítica, como no puede ser de otra manera, con el régimen franquista, un régimen que no solo aherrojó las libertades públicas, cercenó la cultura y mantuvo en la indigencia intelectual al pueblo llano, sino que además actuó como una formidable maquinaria represiva contra aquellos que (y qué valientes fueron...) intentaban revertir ese estado de cosas y lucharon por la democracia. Por supuesto también, aparecerán algunas de las iniquidades concretas del régimen, como el verídico asesinato del estudiante Enrique Ruano, al que lanzaron desde un séptimo piso haciendo creer que se había suicidado; a este joven no le salvó ni siquiera el hecho de ser hijo de un procurador en Cortes (los diputados franquistas de la época), o, ya en los últimos capítulos, el fusilamiento, tras un juicio sumarísmo, de cinco de los once condenados a muerte en el juicio contra miembros del FRAP y de ETA, desoyendo Franco incluso la petición de clemencia que hizo el Papa Pablo VI.
Como buen audiovisual centrado en cuatro letradas, la miniserie pone en pantalla varias secuencias sobre juicios que tendrán lugar sobre todo en el TOP, pero también en el tribunal laboral, en los que nuestras protagonistas siempre buscaron las rendijas del sistema para aprovecharse de ellas y favorecer a sus defendidos, lo que ya tenía mérito...
Estamos entonces ante un muy apreciable retrato de la España que resistía a Franco a través de estas cuatro mujeres, abogadas, que representan paladinamente la nueva España que surgió a partir de los años sesenta y setenta, en una historia bien contada, jugando con las estupideces, pero también con la represión cerril de un régimen que se resistía a darse cuenta de que era ya una antigualla. En este sentido, nos parece bastante bien representado el clima de sordo terror del franquismo, y está bien que recordemos aquel régimen de oprobio, para que no se olvide que lo era.
Hay curiosidades interesantes en la serie, como el hecho de que la izquierda de la época distaba mucho de tener entre sus prioridades los derechos de las mujeres, algo que se veía por parte de los dirigentes como algo secundario. También es apreciable, y en ese sentido la serie toma partido claro por las protagonistas, cómo las abogadas, cuando el Partido (dicho así, en la España de los sesenta y setenta, era el Partido Comunista, el único que tenía una estructura sólida dentro del país) les daba directrices contrarias a sus propios criterios, desoían lo que decían los prebostes comunistas y hacían de su capa un sayo, en un ejercicio de libertad ciertamente encomiable, porque tenían que oponerse no solo al régimen franquista, sino también a sus superiores en el Partido... En ese sentido, la serie toma claro partido por las abogadas, en detrimento del dirigismo estalinista del PCE, el famoso “centralismo comunista”.
Aparecerán en imágenes algunos de los hechos históricos de la época, como el llamado Proceso 1001 (que llevó a la cárcel a los principales líderes del sindicato Comisiones Obreras, entre ellos Marcelino Camacho), y el asesinato del presidente Carrero Blanco perpetrado por ETA, cuya ejecución el mismo día en el que debía conocerse la sentencia del mentado 1001 hizo que ésta fuera mucho más dura de lo que se preveía.
Pero, por supuesto, el hecho histórico que aquí se desmenuza es el atentado que la Historia conoce como la Matanza de Atocha, que tuvo lugar el 24 de enero de 1977, cuando un comando instigado por la dirección del sindicato vertical de Transportes entró en el despacho laboralista sito en el número 55 de esa calle madrileña, asesinando a tiros a tres abogados, Enrique Valdelvira, Javier Benavides y Javier Sauquillo, al estudiante de Derecho Serafín Holgado, y al administrativo Ángel Rodriguez, además herir gravemente a otras cuatro personas, entre ellas una de las abogadas protagonistas, Lola González. A las otras tres abogadas el atentado terrorista las pilló en Chile (Cristina), Palomeras (Paca, donde las chabolas) y Carmen (fuera de la oficina).
Tras el atentado y las escenas en el hospital (donde morirá Javier Sauquillo, que había sido malherido), la serie muestra las poderosas imágenes documentales del funeral, con el impresionante cortejo fúnebre atravesando las calles de Madrid, con los rostros rotos de dolor, la emoción a flor de piel, los puños en alto, en lo que supuso la primera gran manifestación “tolerada” del Partido Comunista en España.
Radiografía desde la izquierda del tardofranquismo, la serie viene a ser un a modo de historia de España que refleja los estertores del franquismo través de un grupo de valerosas abogadas que tuvieron un papel relevante en aquellos años, en la Transición, y en la democracia... La serie mezcla casos más o menos reales llevados por las abogadas protagonistas, con algunos asuntos sentimentales entre ellas y sus amigos, más la acre denuncia sobre los desmanes del franquismo y su entorno, todo ello en un producto bien manufacturado, con una inteligente narración y una muy interesante utilización de las músicas de la época, como la preciosa canción de Aute “Al alba”, emocionalmente vinculada a los últimos fusilamientos del franquismo en septiembre de 1975, que suena por supuesto cuando estos aparecen (en off, solo con los disparos) en pantalla.
Muy esforzado trabajo interpretativo de las cuatro protagonistas, Irene Escolar, Paula Usero, Elisabet Casanovas y Almudena Pascual, que están muy bien en sus respectivos papeles. De Escolar ya conocíamos su gran talento, pero sus compañeras, sin tanto renombre como la heredera de la saga Gutiérrez Caba, dan también el do de pecho en sus actuaciones.
(14-02-2025)