Cuando menos te lo esperas

La comedia romántica norteamericana hace años que no da en la diana. Nancy Meyers, que se hizo un nombre como guionista de conocidos títulos del género como La recluta Benjamín y El padre de la novia, se pasó a la dirección hace unos años, siendo su filme más renombrado ¿En qué piensan las mujeres?, lo que ciertamente no es tampoco ningún galón.

Con esta Cuando menos te lo esperas se atreve con el amor en la madurez, entre los sesenta y pico y cincuenta y muchos, aunque con un preámbulo que parece la balada del viejo verde, con Jack Nicholson haciendo de casanova que se lleva al catre (esos delirios de viejo chocho...) a cuanta veinteañera se le pone a tiro. Conoce a la madre de una de sus conquistas, cincuentona larga, y ahí empiezan sus problemas, cuando se da cuenta de que las maduritas también tienen su encanto.

Lo cierto es que la comedia requiere un ritmo que Meyers está lejos de conseguir para esta su, por lo demás, exitosa película, al menos en taquilla. Además, como suele suceder en el cine norteamericano moderno, el metraje está estirado hasta la extenuación, y las dos horas largas que dura, haciéndose eterna, se podría haber quedado en noventa minutitos, y todos habríamos ganado.

Filme que podría suponerse más que liberal, libidinoso, por aquello del carcamal que se beneficia a las que podrían ser sus nietas, su moraleja dista mucho de ello: parece venir a decir, parafraseando aquellas películas clásicas, que los viejos verdes prefieren a las jovencitas, pero se casan con las cuasi ancianitas. Así las cosas, nada de amor intergeneracional: cada oveja con su pareja.

No se termina de entender tampoco los elogios a Diane Keaton y Nicholson, ambos bastante sobreactuados y en el caso de él, con evidentes problemas de sobrepeso y de desfondamiento personal, que no son precisamente las "virtudes" que, teóricamente, deberían impulsar a las tortolitas a enamorarse de semejante vejestorio.