La Patagonia rebelde

Durante varias décadas Héctor Olivera y Fernando Ayala formaron un más que peculiar dúo en el cine argentino; ambos crearon a mediados de los años cincuenta la productora Aries Cinematográfica, una de las más importantes empresas audiovisuales del país del segundo medio siglo de la vigésima centuria. Ambos también se alternaron en distintas facetas de las películas y series de televisión que acometían; a veces era Héctor el director y Fernando el productor, y otras a la inversa. Casi siempre escribían o coescribían los guiones de esas películas. Aunque cada uno tenía su propio estilo como director, sus películas tenían todas un marchamo de calidad, de buen hacer, y casi todas también tenían una preocupación social, cuando no política. Olivera dirigió un buen puñado de films de interés que tuvieron repercusión internacional, y en los que Ayala tuvo también un papel esencial como productor y guionista; fueron títulos como Cacique Bandeira (1975), sobre texto de Borges, No habrá más penas ni olvido (1983), una percutante tragicomedia política, y La noche de los lápices (1986), sobre el infierno de la guerra de las Malvinas.

Cuando Juan Domingo Perón llega de nuevo a la Casa Rosada (sede de la presidencia de la República Argentina), a mediados de los años setenta, el tándem Héctor Olivera-Fernando Ayala rueda La Patagonia rebelde, una de sus mejores películas como director y productor, respectivamente. Se trata de una historia basada en hechos verídicos acontecidos en la Argentina de los años veinte del siglo XX, cuando en una potente huelga obrera media un militar de carácter progresista, enviado por el gobierno. Pero los patronos no quedan satisfechos con el resultado del pacto, y la historia se repetirá poco tiempo después, entonces con un resultado mucho más sangriento.

Rigurosa reflexión sobre el compromiso político y social, pero también un film espléndidamente dirigido, con espectaculares escenas de masas, en su momento confirmó la primacía del cine argentino sobre cualesquiera otros del continente americano. Además, Olivera y Ayala contaron con un soberbio elenco interpretativo, con Héctor Alterio y Federico Luppi al frente del reparto, pero también con el gran Pepe Soriano y el clásico Luis Brandoni, entre otros. La Patagonia rebelde, muy atinadamente, consiguió el Oso de Plata a la mejor dirección, para Olivera, en la Berlinale. Del calado político del film da idea el hecho de que la censura franquista prohibió su exhibición en España en su momento, no estrenándose en nuestro país hasta 1985, once años después de su rodaje.