Pecados conyugales

La obra del director José María Forqué abarcó prácticamente todas las etapas del cine español de los años cincuenta hasta los noventa; curiosamente, sus películas de más interés fueron producidas durante la etapa franquista de su carrera, de los años cincuenta a la mitad de los setenta, para después oscurecerse su estrella. Durante esa etapa bajo la dictadura, desde su debut, de la mano de Pedro Lazaga, en “María Morena”, hasta sus comedias de los años setenta, “El monumento” o “La cera virgen”, que preludiaban ya el hambre de sexo de los españoles del tardofranquismo, seguramente está lo mejor de su obra. La película que comentamos en este texto pertenece más bien a este último apartado, si bien todavía no tan claramente como en las citadas, donde la intencionalidad carnal y los centímetros de epidermis expuesta eran mucho más evidentes. Es, por tanto, un filme de transición entre la comedia a secas y la comedia con intenciones más o menos lascivas que marcó su última etapa durante el franquismo.
La materia prima de la trama la puso el comediógrafo Juan José Alonso Millán, un hombre de cierta habilidad para armar juguetes cómicos, pero carente de auténtico talento creador. Forqué, un cineasta pulcro, muy buen profesional, pero también sin un gramo de genialidad, no pudo hacer gran cosa con este endeble encargo, una cinta de episodios, como se llevaba en la década de los sesenta, ninguno de los cuales tiene suficiente enjundia por sí mismo para hacer una película, y lo peor es que tampoco en conjunto valen gran cosa.
Mientras que el primer “sketch” cuenta la ambición de una mujer, que llega a conseguir que su marido se queme “a lo bonzo” para así ser famosa, el segundo y el tercero van de triángulos amorosos, uno de la clase alta y otro de la baja. Muy poca cosa, realmente. Véase como testimonio del cine que se hacía en España justo en el año del Mayo Francés: así nos iba. Como siempre en estos casos, los actores están muy por encima del producto, desde la elegante Analía Gadé a los polifacéticos y auténticos animales dramáticos que son José Luis López Vázquez y Esperanza Roy. Arturo Fernández pone su percha, y ya es bastante…

Duración

93'

Año de producción

1968

Obra de transición

Dirigida por

Interpretada por

Género

Nacionalidad

Duración

Año de producción

Uso de cookies