Pelicula:

Douglas Sirk acabaría su carrera americana con este melodrama intensísimo, Imitación a la vida, que sería su mayor éxito comercial y, curiosamente, también puso fin a su filmografía: aunque supervisó algunos audiovisuales a su regreso a su Alemania natal, no figuró ya más como director. Tiene muy buena fama esta película aunque por nuestra parte, reconociéndole sin duda sus evidentes valores, nos gustan más otras de sus propuestas en el mismo género del melodrama, como Obsesión (1954), Solo el cielo lo sabe (1955), Escrito sobre el viento (1956), Ángeles sin brillo (1957) y Tiempo de amar, tiempo de morir (1958), en un lustro, el que va de mediados a finales de los años cincuenta, que supuso su momento de mayor esplendor, confiriéndole prestigio y concitando un gran consenso crítico y popular sobre su extraordinaria capacidad para presentar en pantalla historias apasionadas, grandes dramas en los que el amor, el odio, la traición, la abnegación, entre otros sentimientos y actitudes humanas, conformaban un corpus cinematográfico de primerísimo nivel.

El film que comentamos se inicia en 1947. Conoceremos entonces a Lora, modelo fotográfica que no pasa por su mejor momento económico; tiene una niña, Susie, como de 7 años. Un día, en un evento al aire libre, conoce por casualidad a Annie, una mujer negra que tiene también una hija de parecida edad, Sarah Jane. Annie tiene aún peores problemas que Lora, pues ni siquiera tiene casa, así que Lora le propone que trabaje en su hogar como asistenta, dado que las niñas hacen muy buenas migas. Lora conoce en ese mismo evento a un fotógrafo, Steve, que se enamora enseguida de ella y empieza a frecuentarla, convirtiéndose en un amigo de la familia, aunque en principio no se atreve a expresarle sus sentimientos. La niña Sarah Jane está acomplejada por ser de raza negra, aunque por su aspecto no lo aparenta. Simultáneamente, Lora tiene la oportunidad de entrar en un proyecto teatral de Broadway, pero pronto se da cuenta de que para ello tendría que ceder a las proposiciones sexuales de los productores, y en principio abandona la idea...

Tiene Imitación a la vida varios temas principales; el preponderante quizá sea el conflicto racial que se suscita en la hija y madre negras, cuando la primera no acepte su color y pretenda pasar por blanca, dado que por sus facciones podría aparentarlo. De esa no aceptación de su identidad surgirán en gran medida los problemas a dirimir en el film, con la tensión entre el absoluto amor de madre y la renuencia de la hija que no quiere ser prole de una mujer negra. Pero habrá otros temas, como la desatención familiar, que se da en la protagonista, Lora, cuando, embarcada en sus múltiples proyectos artísticos una vez que triunfa como actriz, deje un tanto de lado a su hija aunque de forma impremeditada, lo que conllevará, secundariamente, un conflicto amoroso al fijarse madre e hija en un mismo hombre. Ítem más, habrá también tiempo para poner en pantalla las servidumbres no precisamente honestas a las que, con frecuencia, se ven abocadas las aspirantes a actrices (o actores...), en manos de productores que actúan como auténticos depredadores sexuales, como en el siglo XXI puso en evidencia el movimiento #metoo.

Estamos entonces ante un potente melodrama sobre el racismo y las clases sociales, una historia plenamente antirracista en la que es evidente que Sirk se encontraba muy a gusto, en una película donde brilla, cómo no, el toque Sirk: el encuadre perfecto, los maravillosos primeros planos, la fotografía de evidente corte expresionista. Es cierto que la mixtura entre el melodrama antirracista y el drama sobre la ambición profesional  no siempre casa bien, cargándose mucho las tintas en el tema racial, mientras que la parte de conflicto entre la ambición y la devoción de la protagonista está dada con más sutileza. De hecho, la línea argumental del melodrama racial recuerda poderosamente a un folletín radiofónico de esa misma época en España, titulado Ama Rosa, original de Guillermo Sautier Casaseca y Rafael Barón, que fue en su momento un enorme éxito popular en nuestro país.

Film ciertamente estimable, anotamos que nos resulta descompensado en sus distintas líneas argumentales, a pesar de lo cual es, sin duda, un brillante colofón a una de las carreras más interesantes del Hollywood clásico.

Buen trabajo de Lana Turner, que era una actriz que por sus características podría haber sido teóricamente muy sirkiana, a pesar de lo cual solo trabajó en esta ocasión para el gran Douglas. Mucho más débil nos parece John Gavin, galán que parecía una fotocopia desvaída de Rock Hudson, sin el talento de este, de lo que el propio Gavin debió ser consciente al abandonar su carrera como actor para convertirse en embajador de su país durante el mandato de Ronald Reagan.

(12-12-2021)


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125'

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Imitación a la vida - by , Dec 12, 2021
3 / 5 stars
Potente aunque descompensado melodrama