Piraña

Joe Dante pertenece a una generación de directores norteamericanos, la que empezó a hacer cine en los años setenta, en la que abundaron los nombres prometedores que después se quedaron en nada. Hablamos de John Milius, Walter Hill, John Landis, incluso el propio Peter Bogdanovich, que tiene otro nivel dada su condición de erudito e investigador cinematográfico. A ese elenco de promesas no cumplidas pertenece también Dante, que se consagraría con el exitazo de Gremlins (1984), pero que inició su andadura como realizador con este Piraña, producto industrialmente paupérrimo hecho al calor de la factoría del gran Roger Corman; sin embargo, Dante, a partir de los años noventa, se desinflaría hasta ser confinado en rutinarios productos televisivos del tres al cuarto, con los que sobrevive desde entonces.

El film está claramente  concebido como una secuela más o menos camuflada del éxito inenarrable del spielbergiano Tiburón (1975), del que incluso copia llamativamente el cartel, aunque después tome un cierto camino propio. Desierto de Texas, noche: una pareja de jóvenes escapados de sus hogares se dan un chapuzón en lo que parece una piscina abandonada, aunque todos sabemos (salvo ellos...) que alberga ciertos moradores no precisamente amistosos...

Aunque el guion en el que participó John Sayles (el notable director de Lianna y Passion fish, entre otras estupendas películas) buscaba caminos no trillados, ni Dante tenía aún tablas para llevar a buen puerto la empresa, ni la cutre producción cormaniana (600.000 dólares de la época) daba más de sí, a pesar de lo cual la película tuvo bastante repercusión comercial, hasta el punto de generar varias secuelas, algunas declaradas y otras no, que llegaron incluso al siglo XXI.

Al frente del elenco artístico aparece Bradford Dillman, actor generalmente de reparto y especializado en productos televisivos, aquí en uno de los escasos personajes protagonistas que hizo a lo largo de su dilatada carrera. La banda sonora original la puso Pino Donaggio, el músico italiano que por aquella época compuso el “score” de varias populares películas norteamericanas, como Carrie (1976) y Vestida para matar (1980).

(28-08-2019)