Tánger

Juan Madrid es un escritor, especializado en novela negra, que tiene su interés. Sin embargo, como suele ocurrir a los novelistas que se pasan al cine como directores, le ha salido el tiro por la culata (nunca mejor dicho...). Hay casos similares recientes, como Ray Loriga y su La pistola de mi hermano o Vicente Molina Foix y su Sagitario, sendos pestiños que estarán acompañados desde ahora por esta espantosa Tánger, que por cierto se desarrolla toda en Madrid (ciudad) donde Madrid (escritor) adapta su propia novela, enhebrando uno tras otro todos los tópicos habidos y por haber del cine negro, desde la música de saxo y piano a los protagonistas que fuman y beben como cosacos, sin olvidar algunos lugares comunes hispanos del género, como los policías, todos fachas y maltratadores, y la correspondiente camada negra de fascistas juveniles de clase alta y más falsos que si fueran de guardarropía. Como será la cosa que hasta sale Ramoncín haciendo de eurodiputado, que ya es imaginación...

El novato director confirma que le faltan las tablas en la realización cinematográfica y le sobra engreimiento cultural, que su película carece de ritmo, sin un mínimo de creatividad visual, fiándolo todo en un pobre guión que acertaría el pleno al quince en una quiniela de chorradas. Ana Fernández apenca con un horrible rol de vampiresa del tres al cuarto, sobreactuada y sin la fascinación que, supuestamente, debería tener su papel.

Jorge Perugorría está penoso en su rol de medio moro, con lo que consigue una imposible fusión caribe-magrebí que hará las delicias de su muy multicultural (y muy desastroso) director, pero con lo que desde luego no enderezará una carrera que, desde Fresa y chocolate, sale a batacazo por filme. En fin, qué decir de una película en la que se afirma, literalmente, "un fascista es un liberal asustado". Qué bueno que haya liberales, asustados o no, para pagar las películas a gente como este apreciable novelista metido a execrable director, que enmienda el conocido proverbio hasta convertirlo en "de Madrid al suelo...".