The event

Esta película se pudo ver en la Sección Las Nuevas Olas-No Ficción en el Sevilla Festival de Cine Europeo (SEFF’2015).

El 19 de agosto de 1991 los grupos conservadores de la Unión Soviética lanzaron un golpe de Estado que pretendió derrocar el gobierno de Mijail Gorbachov, acabar con las políticas conocidas como “perestroika” y “glasnot”, que buscaban democratizar progresivamente el país, y restaurar la ortodoxia comunista. Una masiva respuesta popular en contra de este golpe de Estado, así como la presión de la comunidad de naciones, consiguió detenerlo y reponer la normalidad, si bien de aquel aciago día surgió la figura de Boris Yeltsin, a la sazón presidente de la Federación Rusa, que finalmente fue quien mejor rentabilizó el golpe a su favor, consiguiendo poco después el desmembramiento de la URSS y la desbandada de las antiguas repúblicas soviéticas, pasando a convertirse en el hombre fuerte de la nueva situación. Así que, como suele suceder en estos casos, los que quisieron reponer el antiguo orden no hicieron sino acelerar su destrucción y la llegada de otro nuevo, no necesariamente mejor, como el tiempo demostró.

Sobre ese día histórico, el documentalista bielorruso, pero ucraniano de adopción, Sergey Loznitsa, ha realizado un documental con archivos de la época, con metrajes rodados durante aquella jornada, que nos muestra, fundamentalmente, la respuesta de la gente en la calle, en Leningrado, a la asonada que pretendieron dar los halcones del régimen.

Pero lo cierto es que el valor del documental no va más allá de mostrar lo que ya rodaron los camaramen de la época. Habrá, no digo que no, una tarea de montaje, es evidente que no está sin editar, pero lo cierto es que este The event no tiene mucha más trascendencia que eso. Bueno, y los acordes de El lago de los cisnes que sirven para cerrar en negro un segmento y dar paso al siguiente; no es mucha aportación, la verdad sea dicha, aunque la música de Tchaikovski siempre se agradece.

Así las cosas, The event es lo que es su material documental rodado por otros hace veinticuatro años. La mirada de Loznitsa es, de todas formas, inequívocamente en contra del fallido golpe de Estado, y eso, ciertamente, se agradece. Otra cosa es que lo que continuó no fue lo que se esperaba, no fue el régimen abierto, democrático, tolerante, plural, que todos (los primeros los rusos) hubiéramos deseado, sino que se recuperó la figura del zar, ahora sin sangre azul (en el caso de Yeltsin, con algo de sangre en el sistema circulatorio: el resto era vodka), que nos trajo el actual imperio gobernado a su manera por el emperador Vladimir I (alias Putin).

Al final del filme suena una bella canción, en la que se escucha el verso “no vueles sobre mi cabeza, negro cuervo”. El córvido, afortunadamente, dejó de volar. Lástima que otros pájaros no hicieran lo mismo…