Enrique Colmena

06-08-2025


Si Orgullo y prejuicio (ver capítulo II de esta serie de artículos) ha inspirado 43 adaptaciones en cine y/o televisión, convirtiéndose con ello en la novela campeona de las escritas por Jane Austen que han sido llevadas a la pantalla, grande o pequeña, la segunda mejor clasificación en el podio de este peculiar ránking de las obras austenianas más versionadas (medalla de plata, entonces, si seguimos con el símil deportivo), con 16 audiovisuales basados en ella, le corresponde a Emma, otra de sus cuatro grandes narraciones (a saber, la mentada Orgullo y prejuicio, esta Emma, Sentido y sensibilidad y Persuasión), no en balde sus novelas más célebres. 

Escrita, como sus otras grandes novelas, antes de cumplir los 22 años (eso es precocidad, y lo demás es cuento...), hacia 1797, sin embargo Emma no se pudo publicar hasta 1816, un año antes de su muerte, y todavía rezando en su portada “by the author of Pride or prejudice”, “por la autora de Orgullo y prejuicio”, por esa norma no escrita que impedía que las mujeres de cierta posición (aunque Austen nunca pasó de clase media...) escribieran novelas. 

Sinopsis de la novela Emma: Emma Woodhouse es una joven en la Inglaterra de la Regencia. Vive con su padre, un hipocondríaco caracterizado por su excesiva preocupación por la salud y el bienestar de aquellos a los que ama. La señorita Woodhouse está empeñada en hacer de casamentera de sus amistades y relaciones. Pero al ocuparse de los asuntos de sus amigas se olvida de atender sus propios sentimientos. El amigo de Emma y única persona que la critica es el señor Knightley, su "vecino" y cuñado (hermano del marido de su hermana), dieciséis años mayor que ella. Cuando su institutriz, la señorita Taylor, su amiga y confidente, decide casarse, Emma se queda sola ante sus propios sentimientos. Emma, pagada de sí misma, cree que el matrimonio se debe a ella, por haber sido quien presentó la señorita Taylor a su futuro marido, el señor Weston. Emma se enfrenta entonces a un vacío en su vida y con un gran dilema: cómo ayudar a los demás a tener una vida tan perfecta como la suya. En contra del consejo del señor Knightley, busca posibles novios para su nueva amiga, Harriet Smith, una joven sencilla y modesta, alejada del estilo de vida de la alta sociedad. Es una dulce chica de 17 años, no muy brillante, descrita como "la hija natural de alguien". La convence para que rechace un ventajoso matrimonio con un respetable y joven granjero, el señor Martin, pues Emma quiere emparejarla con el vicario local, el señor Elton. Su intriga casamentera va mal cuando resulta que el señor Elton, un trepador social, quiere casarse con la propia Emma... (Fuente: Wikipedia).

16 películas o series son, en efecto, las que hasta la fecha de este artículo se han inspirado, de forma literal, libérrima o “ni pa ti ni pa mí”, en esta novela austeniana que trata, como hemos visto, de lo que podríamos llamar “el regador regado”, la celestina experta en muñir parejas, casamientos, bodas, himeneos, pero que descuida su propia felicidad, hasta que a ella también le llegue el momento de ser también una de esas muchachas casaderas que se enfrenta al matrimonio, con las correspondientes dudas que entonces se suscitarán. Ni que decir tiene que, como es sabido, en aquella época las mujeres tenían escasas opciones: o boda (a ser posible con novio ventajoso), o a intentar sobrevivir de la caridad de los parientes varones. Como siempre, no vamos a citar exhaustivamente esos 16 títulos, sino solo aquellos que nos parece interesante reseñar por motivos diversos. 

Curiosamente, la primera vez que la novela Emma aparece en una pantalla será en lo que se podría llamar un “visto y no visto”: la entonces todavía bastante novata BBC emitió en 1948 la retransmisión de la adaptación a la televisión de Emma, en una emisión en directo de la que no se conserva grabación alguna (entre otras cosas, entonces este tema estaba en mantillas, salvo que se hubiera filmado en celuloide...). Para conservar testimonio grabado habrá que esperar a comienzos de los años sesenta para que de nuevo la BBC (pero ahora sí ya con soporte de grabación) emita una miniserie de 6 capítulos, lógicamente titulada Emma (1960), con la proverbial elegancia que ya entonces era la marca de fábrica de la célebre radiotelevisión británica, en este caso con la particularidad de que en su reparto, repleto de actores y actrices que a día de hoy la verdad es que no nos dicen nada, aparece, eso sí, un intérprete, David McCallum (que tiene un papel secundario en la trama), que andando el tiempo, pocos años después, sería muy popular en las pantallas televisivas españolas por la serie El agente de CIPOL, donde interpretaba a Illya Kuryakin, amigo y colaborador del agente secreto del título, un circunspecto Robert Vaughn que llevaba el sonoro nombre de Napoleon Solo... 

Tenemos que saltar ya a los años noventa para encontrar otra adaptación reseñable, aunque en este caso sus créditos no citen expresamente a Jane Austen como autora, lo que no deja de ser curioso, porque las novelas de la escritora son de dominio público, al haber transcurrido más que sobradamente 50 años desde su defunción. Su título fue Clueless (1995), a la que en España le añadieron, entre paréntesis, Fuera de onda. Era una producción norteamericana escrita (bueno, partiendo del texto austeniano, aunque no se reconociera en los créditos…) y dirigida por Amy Heckerling, que en aquella época gozó de cierta popularidad. Emma aquí se llamaba Cher (sí, como la cantante y actriz en modo Dorian Gray...), y la interpretaba Alicia Silverstone, ambientándose la historia en nuestro tiempo y en un contexto de enseñanza secundaria de alto nivel económico, con nuestra Emma, digo Cher, ejerciendo de celestina a tiempo total, poniendo a funcionar sus poderosas dotes de casamentera entre profesores, alumnos (cada uno de esos grupos por su lado, se entiende, que esto no es Sodoma y Gomorra...), hasta que se da cuenta de que ella también quiere disfrutar de las mieles de la pareja... La película fue muy popular en su momento y Silverstone se convirtió un poco en “la novia de América” de aquella época. Incluso se lanzó un “spin-off” televisivo, igualmente titulado Clueless, en formato “sitcom”, que se mantuvo durante tres años en antena, aunque ya sin Alicia como protagonista.

En 1996 llega una de las adaptaciones que quizá podría disputar ser la “versión canónica” de la novela: manteniendo el título de Emma, esta producción anglo-norteamericana contó con la dirección de Douglas McGrath y el protagonismo de Gwyneth Paltrow, un par de años antes de saltar a la fama definitivamente con Shakespeare in love, además de un entonado reparto de buenos secundarios, como James Cosmo, Greta Scacchi, Alan Cumming o Toni Collette, entre otros. La película, con un buen comportamiento en taquilla, incluso ganó un Oscar, a la Mejor Música, para Rachel Portman, siendo la primera mujer compositora que consiguió la preciada estatuilla (casi 70 años después de la creación de los Premios de la Academia, que ya les vale...). 

A partir de estos años noventa lo cierto es que menudean las versiones reseñables de la novela de Austen. Así, ese mismo año es el de la costeada producción televisiva Emma (1996), en la que se aunaron productoras inglesas y norteamericanas para una nueva versión que contó con el veterano cineasta irlandés Diarmuid Lawrence a los mandos, y con una jovencísima Kate Beckinsale como la Emma protagonista, en una versión que, sin estar producida por la BBC, mantenía los estándares de calidad y elegancia típicas de la famosa productora pública británica. Entre los secundarios, como es habitual en estos casos, aparecían nombres de conocidos (entonces algo menos...) actores y actrices anglosajones, como Mark Strong, Samantha Morton y Olivia Williams. 

Ya en el siglo XXI nos encontramos con una miniserie, de título Emma, producida (esta sí...) por la BBC, con una duración de 4 episodios, con dirección de Jim O’Hanlon y con Romola Garai como la casamentera, además de un reparto, como casi siempre, de lo más interesante: el gran Michael Gambon (el segundo Dumbledore de la serie Harry Potter, para entendernos...), así como Jonny Lee Miller y Rupert Evans, entre otros. 

Ha habido también versiones muy exóticas de Emma, como la titulada Aisha (2010), versión hindú del clásico de Austen, con la casamentera y sus manejos trasladados al entorno de Nueva Delhi, donde la protagonista habrá de lidiar con sus manejos para unir destinos ajenos hasta que se da cuenta de que el suyo también está en danza... 

Las versiones “aggiornadas” a nuestro tiempo también han tenido su sitio dentro de las adaptaciones de esta novela austeniana. Así, la compañía norteamericana denominada muy apropiadamente Pemberley (como la mansión de Darcy en Orgullo y prejuicio) Digital, grabó entre 2013 y 2018 un total de ¡80 capítulos!, con el título de Emma Approved, distribuidos en dos temporadas, la primera de 72 episodios y la segunda de solo 8 (quedarían exhaustos con la primera, los pobres…), una serie que evidentemente se tomó bastantes libertades sobre  la historia austeniana, en la que se presenta a Emma como una moderna empresaria especializada en “coaching” vital (lo que quiera que sea eso…), aunque en el fondo lo que resulta ser es la casamentera de toda la vida de Dios, que tendrá que lidiar no solo con la felicidad de sus clientes, sino también, inopinadamente, con la suya…

Claro que para versión libre, la que presente el film USA Emma (2018), cuya particularidad, aparte de que se ambienta hacia la mitad del siglo XX (es decir, unos 150 años después de ser escrita), es que se trata de una versión musical, con letra y música de Paul Gordon, con Kelli Barrett como nuestra heroína, en una versión tan teatral que incluso está filmada, literalmente, en un teatro, viéndose incluso al público; en realidad es la filmación del musical que se presentó sobre las tablas del Westside Theatre.

Y así llegamos a otro de los títulos que pueden reclamar ser “la versión canónica” de la novela. Su título es Emma. (2020), así, con un “punto” tras el nombre de la heroína austeniana, film dirigido por la fotógrafa y filmadora de videoclips neoyorquina Autumn de Wilde, una inteligente versión, por supuesto plenamente consciente de su mensaje y de su tiempo, en una adaptación hermosa, clásica y a la vez temáticamente moderna, sobre el personaje femenino austeniano probablemente más avanzado a su época, una versión por muchas razones deliciosa, entre ellas el protagonismo de Anya Taylor-Joy, los ojos más grandes y fascinantes de los últimos cincuenta años, también, y sobre todo, una de las mejores de la clase (o sea, de su joven generación…). 

Como no podía faltar la versión un tanto extravagante, incluso friqui, vamos a terminar este repaso de las versiones de Emma en el audiovisual con el largometraje norteamericano Love Magick (2023), que imagina a nuestra protagonista (aquí llamada Emmie…) como una bruja “wiccana” (explicación para no iniciados: la “wicca” es una especie de religión neopagana que celebra la Naturaleza y venera a una diosa y un dios), que además en cuanto a su orientación sexual es lesbiana, en una versión obviamente muy, muy libre, ante la que seguramente Jane Austen, si levantara la cabeza, se volvería a morir…  

Ilustración: Anya Taylor-Joy, en una escena de Emma. (2020), de Autumn de Wilde.

Próximo capitulo: A un cuarto de milenio del nacimiento de Jane Austen: su obra en la pantalla. Sentido y sensibilidad (IV)