Bilbao

He aquí una pequeña obra maestra de morbosidad y obsesiones. El Festival de Cannes-79 quedó deslumbrado por la aparición de esta cinta claustrofóbica, paranoide, un punto enfermiza, la historia de un hombre gris, con una vida íntima marcada por sus relaciones con una mujer mayor, y cuya pasión excluyente es el fetichismo erótico. Un nuevo "objeto" va a pasar a su colección, la prostituta conocida como la Bilbao, a su vez ejecutante de "strip-tease" en una sala de fiestas.

Buena parte del éxito del filme radicó en el aspecto zombi del protagonista, Ángel Jové, demoledor en su inexpresividad. Pero el no va más es Isabel Pisano, una actriz dotada de "poderosas" razones para encandilar al público, cuyo baile desnuda al son de la música ha pasado a figurar, justamente, en la antología de las mejores escenas eróticas del cine español. Curiosamente, Pisano estuvo casada con Waldo de los Ríos, compositor español que se suicidó algún tiempo antes del estreno de esta película.