Esta película está disponible en los catálogos de Filmin y FlixOlé.
Álvaro Begines tiene dos almas artísticas: una musical, y como tal formó parte del grupo No me pises que llevo chanclas, que fue todo un acontecimiento, entre el humor y la canción, en los años ochenta y noventa; y otra cinematográfica, con una carrera como director, guionista y productor que inició a principios de este siglo XXI. Como tal, que es la faceta que más nos interesa aquí, ha rodado dos largometrajes de ficción, de los que destaca fundamentalmente ¿Por qué se frotan las patitas? (2006), de tan curioso título, un musical andaluz que podría haber abierto un venero en el que profundizar, además de un puñado de documentales y series.
Esta Cachita. La esclavitud borrada es quizá su empeño documental más ambicioso, buscando poner en imágenes una de las cuestiones sobre las que se ha escrito o hablado más bien poco, el hecho ignominioso de que en España también hubo un floreciente comercio de esclavos hasta hace menos de dos siglos.
Begines plantea su película como una mezcla de dramatizaciones y de entrevistas, con una estructura que irá desgranando por orden cronológico de siglos, la génesis, apogeo y decadencia del comercio de esclavos en Europa y América. Así, se nos cuenta que en los siglos XVI y XVII en España todo el que se lo podía permitir tenía esclavos, era signo de prosperidad y además resultaban muy útiles al encargarse de todo tipo de tareas por un coste (el de una magra manutención) mínimo. La esclavitud en Europa había comenzado a partir del siglo XV cuando los barcos de Portugal y España comenzaron a costear la zona occidental de África, generando un negocio rentabilísimo que duró varios siglos.
Se nos cuenta también la curiosa historia de Juan Latino, un antiguo esclavo que vivió en la casa del nieto del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, y allí pudo, furtivamente, hacerse de una formación clásica, lo que a la postre le sirvió, con la ayuda del duque, para convertirse en catedrático de Gramática de la Universidad de Granada, caso seguramente único en el mundo. Al personaje le da vida Emilio Buale, actor de largo recorrido en el cine español, que pone cara y voz a este hombre que además casó con mujer blanca y tuvo prole, y cuya existencia sería glosada en textos de Lope y de Cervantes.
En el siglo XVII las colonias se llenan de esclavos negros procedentes de África. La revolución industrial llevó aparejado el incremento de esclavos, para plantaciones, etc., y en ese contexto surge la figura de Pedro Blanco (interpretado por Salva Reina), capitán negrero en el siglo XVIII, un tipo pobre y sórdido, quien en Cuba se especializó en la trata de negros, un tipo aventurero y sin escrúpulos que se convirtió en un símbolo de los rapaces comerciantes esclavistas.
El siglo XIX trajo la abolición (como sucedería a mediados de la centuria en Estados Unidos, de la mano del presidente Lincoln) y la vergüenza de haber mantenido durante cientos de años un comercio tan abyecto, pero, en palabras de Pedro Blanco, también supuso, al menos inicialmente, un incremento en el valor de los esclavos, al tratarse ya de un mercado ilegal. Así, todavía a principios del siglo XIX se vendían negros en España, a pesar de que ya había un clamor mundial abolicionista. España abolió la esclavitud en 1837, pero sólo en la metrópoli, no en las colonias, so pena de perderlas, por los intereses económicos; así llegaron a Cuba 600.000 esclavos ilegales en 50 años, gracias a la corrupción generalizada de la administración, tanto en la península como en ultramar.
Se nos habla también en el documental de las penosas condiciones de viaje de los cargamentos de apresados en África, apiñados en las bodegas de los barcos, en condiciones absolutamente insalubres, lo que hacía que muchos murieran en el viaje, cuyos cadáveres permanecerían junto a los vivos hasta llegar a puerto. Pero el documental busca hablar del fenómeno de la esclavitud en todas sus facetas, y se comenta también la huella que los africanos dejaron en América, fundamentalmente en la música cubana; así, los negros traían bailes y cantes de origen africano, desbordantemente alegres, que se fusionarían con los sones autóctonos de las colonias; pero también en España, por ejemplo en las cofradías, existiendo en Sevilla la muy popular Hermandad de los Negritos, que acogía en su seno a los esclavos que deambulaban por la ciudad sin amo.
La tercera personalidad que aparece en una dramatización será la de Candida la Negra, interpretada por Kenia Mestre, esclava cuyo barco naufragó en 1850 en Cádiz, y allí se quedaría convirtiéndose en un personaje muy popular en la ciudad.
La esclavitud en España, mientras fue legal, gozó incluso de prestigio social. Así, la jerarquía eclesiástica tenía esclavos con toda naturalidad, mientras que el primer Papa que se pronunciaría en contra sería en 1834, solo tres años antes de que la esclavitud fuera abolida en España. Los negreros gozaban de predicamento entre las clases altas, constituyó una vía de ascenso social, y muchos de ellos fueron prestamistas del reino; algunos incluso obtenían títulos nobiliarios, como el famoso Marqués de Comillas, cuyo primer titular era un esclavista. Pero es que incluso las expediciones en busca de esclavos se financiaban también con participaciones de pequeños ahorradores, como ahora cuando se invierte en bolsa, lo que da idea de hasta qué punto la sociedad de la época lo consideraba entonces algo normal y en absoluto inmoral. Fuera de España nos enteramos por el documental que el personaje ficticio Robinson Crusoe estaba descrito por Defoe como un comerciante de esclavos, e incluso el gran científico Newton lo era.
Estamos entonces ante una lacerante denuncia de una infame, execrable práctica, bien documentada, en la que las dramatizaciones, aceptablemente ambientadas, colaboran a hacerse una idea más cabal del tema. Las entrevistas con expertos resultan amenas, con un buen montaje que obvian el “tono conferenciante”, con especialistas como Jesús Cosano, perito en historia de la esclavitud, pero también el actor Carlos Bardem, licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid y autor de la novela Mongo Blanco, centrada en el fenómeno de la trata de negros y en concreto sobre el negrero Pedro Blanco. También aparece, entre otros, Santiago Userón, exsolista del grupo Radio Futura y estudioso de la música negra en Europa y América.
(04-12-2021)
70'