Cyclo

Tras su interesante El olor de la papaya verde, Tran Anh Hung ratifica el gran momento de las cinematografías orientales con este desgarrador relato de la vida de dos hombres en la ciudad de Hanoi, capital de la República Popular de Vietnam, visto a través de la mirada perpleja de un cineasta de mirada occidentalizada, transmitiendo la complejidad y putrefacción de una sociedad que, tras la entrada del capitalismo con la anuencia de las autoridades comunistas, se encuentra enfrentada a sus peores miserias: las mafias campan por sus respetos, la violencia a flor de piel surge en cualquier momento, las drogas, la prostitución y otras lacras lo ocupan todo...

Ese paisaje dantesco, habitual en los países postcomunistas, está dado por Tran con un doble lenguaje: por un lado, con la dureza que le corresponde, no ahorrando en sangre en las peripecias de los dos protagonistas, un infeliz ciclo-taxista que, una vez perdido su vehículo, se ve abocado a la vida del hampa, y un chuloputas a su pesar, de cruel final por mor de su sensibilidad; por otra parte, el director destila lirismo, como contraposición al hiperrealismo, incluso con hermosos textos poéticos en off.

De esa contradicción se resiente el filme, perdiendo su unidad de estilo. A pesar de ello, Cyclo es una obra notable, de momentos espléndidos, donde brilla al tiempo la técnica occidental del equipo de realización y la magia oriental del "tempo" propio de aquellos parajes.