Si “El cortador de césped” tomaba de Stephen King prácticamente un personaje de su cuento “El hombre de la cortadora de césped”, y además ni siquiera lo respetaba, sino que cambiaba totalmente el sentido de ese personaje, en este segunda parte ya no hay ni rastro de la historia de King, ni tampoco de constante alguna típica del escritor. De hecho, viene a este libro por estar basado muy libremente en el citado personaje kingiano. El mismo equipo de producción de “El cortador de césped”, a la vista del éxito comercial de aquella primera parte, montó esta continuación, ahora con Farhad Mann al frente, un hombre especializado en todo lo que es cinematografía virtual, responsable del diseño informático del filme, quien tal vez por ello no fuera la persona idónea para escribir el guión y realizar la película, que adolece de una historia embarullada y tópica, en la que Jobe, que en la primera parte era un ser atormentado por su minusvalía psíquica, aquí apenas tiene un momento para quejarse de su discapacidad física.
Lo que prima en todo momento en este “El cortador de césped 2…” es mostrar escenarios virtuales, a ser posible con escenas de acción, en un filme de evasión que cuando habla de cosas relativamente más serias, como el control del poder a través de las redes informáticas, lo hace de forma superficial, con un malo de opereta que habla de los “demócratas asquerosos”. No se ahorra ni un tópico: el científico harto de la civilización que se refugia en el ascetismo; la mujer abandonada y despechada pero que sigue enamorada de su hombre; los chicos listos como linces, auténticos prodigios de la informática; el villano de la función (Jobe) que en el fondo es un pedazo de pan...
Queda entonces lo que es el espectáculo virtual, las imágenes ciertamente espectaculares de ese otro mundo que ya es una realidad (virtual, eso sí), una nueva forma de vivir, si así se le puede llamar a conectarse a un ordenador y moverse por dentro de una realidad ficticia, que no otra cosa es la realidad virtual. Pero es curioso que, incluso en ese terreno, la primera parte de este díptico, como es lógico más imperfecta técnicamente, por la obvia razón de ser más antigua, es sin embargo más brillante que esta segunda entrega, más imaginativa, visualmente más impactante.
Filme fundamentalmente destinado a adictos al complejo mundo de los ordenadores, aquéllos que no tengan apego a ese mundo ni lo entiendan, seguramente se quedarán “a la luna de Valencia” en más de una ocasión, tal es el volumen de términos y conceptos puramente cibernéticos que se utilizan. En cualquier caso, la sombra de Stephen King no aparece por lado alguno en esta secuela de una película de la que ya abjuró el escritor de Maine.
El cortador de césped 2 (Más allá del Ciberespacio) -
by Enrique Colmena,
Mar 30, 2009
1 /
5 stars
Ni rastro de Stephen King
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