El joven Winston

Lord Richard Attenborough fue un eximio y prolífico actor británico (La gran evasión, El estrangulador de Rillington Place, Parque Jurásico) que, además, tuvo una interesante faceta como director, disciplina en la que su carrera fue mucho más corta. Curiosamente, en muchas de sus películas como director gustó de llevar a la gran pantalla eventos o personajes famosos de la Historia. Entre los primeros cabría citar el film bélico Un puente lejano (1977), y entre los segundos su seguramente obra maestra, o al menos la más conocida, Gandhi (1982), que consiguió 8 Oscar y lanzó a la fama a Ben Kingsley, que interpretaba al famoso líder espiritual y moral hindú; pero también cabría citar en ese apartado de personajes famosos llevados a la pantalla por Attenborough al creador del mítico Charlot en Chaplin (1992), al escritor C.S. Lewis en Tierras de penumbra (1993), al también escritor Ernest Hemingway en En el amor y en la guerra (1996), y al activista surafricano por los derechos humanos Steve Biko, en Grita libertad (1987).

A esa misma tanda de películas sobre personajes históricos pertenece El joven Winston, en el que la figura retratada será, lógicamente, el que décadas más tarde sería premier británico Winston Churchill, un hombre crucial en la resolución favorable para los aliados de la Segunda Guerra Mundial. En este caso, como ya anticipa el título original y el español, el film se centra fundamentalmente en los años de juventud del que sería popular político inglés, en los años en los que se conformó su fuerte personalidad y su pensamiento sobre la cosa pública.

Filme un tanto grandilocuente, como casi todos los de su autor, resulta sin embargo entretenido y agradable de ver. En el reparto lo mejor es la gran Anne Bancroft, muy superior al Simon Ward que encarnaba al que con el tiempo sería dos veces primer ministro de Su Graciosa Majestad (la segunda de las cuales era Isabel II, que ahí sigue en el trono cuando se escriben estas líneas...). También habrá que citar, porque es de justicia, a un puñado de notables actores y actrices ingleses, desde Robert Shaw a Patrick Magee, de Jack Hawkins a John Mills, que imprimen carácter y solidez al relato.