Icíar Bollaín es una directora que no se prodiga, hace una cinta cada cuatro o cinco años, con unas características personales que se repiten a lo largo de casi todos sus títulos.
Hace un cine comprometido socialmente, casi siempre en torno a personajes femeninos y con problemáticas que les afectan: la crisis en la pareja, la defensa de los débiles, los malos tratos o el análisis de la conducta humana.
A estas señas de identidad se acopla su nueva película, Katmandú, un espejo en el cielo (2011), a las que hay que añadir en este caso el tema de la desigualdad entre hombres y mujeres ya que estas últimas no cuentan para nada, además de la opresión que sufren y la injusticia que existe en Nepal sobre ellas.
Para hacer el guion Icíar Bollaín contó con la ayuda de su pareja Paul Laverty, habitual colaborador de Ken Loach. Se inspira libremente en el libro Una maestra en Katmandú, escrito en 2003 por Victoria Subirana, en el que narra sus experiencias de impartir enseñanzas en Nepal, donde las autoridades le quitaron el permiso de residencia y tuvo que acceder a un matrimonio de conveniencia, adoptando el nombre de Vicky Sherpa, para así poder permanecer sin problemas en el país.
Lo que cuenta el film es muy parecido, aquí la protagonista es Laia y todas las dificultades que halla para ejercer esa vocación de enseñar, hasta casarse por interés. Entre esos inconvenientes está la falta de dinero, los tropiezos con la administración en los permisos para abrir una escuela, la corrupción de los funcionarios para dárselos, la oposición de algunas madres que prefieren que sus hijos trabajen para poder comer a su educación, la pobreza extrema de los barrios de chabolas de los más necesitados, y la miseria a la que están condenados viviendo siempre al límite.
La cinta denuncia una sociedad que no permite progresar a los más desfavorecidos por la fortuna. Ella intenta cambiar la situación sin paternalismo, renunciando a su ego, entregándose a los demás y obteniendo como única recompensa la satisfacción de cumplir su deseo y el amor del marido con el que se casó por conveniencia, del que termina estando verdaderamente enamorada.
Con ello no trata de acallar su conciencia ya que es pobre y con un conflictivo pasado, que se nos da en breves flashbacks que se podían haber eliminado sin que afectara a la personalidad de Laia, porque apenas aclaran nada en este sentido.
El guion plantea el problema sin demagogia, simplemente denuncia con sensibilidad el problema de la mujer, vejada y explotada, como ocurre con la niña alumna vendida para ejercer la prostitución en los burdeles de India o la de su amiga Sharmila, repudiada por la familia de su marido, sin cuya ayuda le es difícil llevar a cabo su labor.
Film realizado con una gran sencillez y austeridad narrativa por Icíar Bollaín, que saca partido de un relato con situaciones sin unión, como si hubiera habido problemas de postproducción o montaje, y faltaran datos para conocer más los motivos de Laia.
Personaje bien interpretado, con naturalidad, por Verónica Echegui, a la que encontramos ya madura en su dramático papel lejos de la Juani de sus inicios. Por este personaje de Laia ha sido nominada al Goya, como también lo está el guión adaptado.
Katmandú. Un espejo en el cielo -
by Francisco Casado López,
Feb 14, 2012
2 /
5 stars
Una historia real solidaria
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